Una ventaja que tiene Sony (al menos para nosotros, los usuarios) es que es muy previsible en muchas de las cosas que hace. Como Rockstar con los plazos de lanzamiento de sus juegos, los japoneses siempre recurren a su plantilla estratégica y repiten una y otra vez los mismos movimientos… solo que con máquinas completamente diferentes. Y en el caso de PS5 Pro no creáis que van a inventar nada nuevo.
Sea como fuere, en la última semana se han multiplicado las noticias alrededor de cómo será la versión Pro de PS5. Una consola que, esperemos, nos permita jugar ya a tope de calidad gráfica en resoluciones 4K y a 60 frames por segundo sin que el hardware interno salga ardiendo (algo que hemos visto con títulos como Final Fantasy XVI), cosa que ahora mismo no es posible con los modelos estándar de la presente generación. Así que al menos por ese lado, hay muchos jugadores ansiosos por comprobar hasta dónde podrá llegar el nuevo hardware.
¿Cuándo saldrá PS5 Pro?
Como os decimos, no hay nadie más previsible que Sony en el lanzamiento de su nuevo hardware, donde tiene una especial querencia por el mes de noviembre. En esas fechas no solo ha lanzado sus últimas generaciones (PS4 y PS5) sino que también hizo lo propio con el modelo Pro de PS4 y, más recientemente, con el Slim de PS5 y la nueva PlayStation Portal.
¿Y existe alguna razón para que Sony sea tan matemática en esas cuestiones? Es evidente que sí, y todo atiende a que de esa forma cierra los ciclos de vida de cada nuevo modelo de hardware con años completos, lo que ayuda a segmentar la vida útil de cada una de sus máquinas y crear una sensación de seguridad en el jugador, que sabe que su inversión no va a quedar diluida por un cambio de criterio repentino.
Así, PS4 Pro duró cuatro años completos entre noviembre de 2016 y noviembre de 2020, por lo que es fácil deducir que con PS5 Pro tendremos más de lo mismo: un lanzamiento en noviembre de 2024 para un cambio de generación en noviembre de 2028.
La generación se alargará un poquito
Los últimos ciclos de vida de las consolas han durado unos siete años pero tiene toda la pinta de que en el caso de PS5 –y Xbox Series– muy probablemente la cosa se alargue como mínimo otro más. La razón hay que ir a buscarla a la falta de stock que hemos vivido durante dos años enteros, hasta que en marzo de 2023 por fin llegaron a las tiendas suficientes unidades como para no andar comprándolas a través de una lista de espera o pagando de más en el mercado de segunda mano a causa de los especuladores.
Eso, necesariamente, debería retrasar los planes de Sony, que ya con el modelo Pro ha demostrado que está siendo así: entre PS4 y PS4 Pro solo hubo tres años de diferencia (lástima que no tuviera de serie un SSD) mientras que entre PS5 y PS5 Pro seguramente lleguemos a los cuatro, quizá cinco. Tiene toda la lógica y evitaría un choque de los japoneses con su público que espera que, tras gastar los casi 600 euros que cuesta el nuevo modelo (el que conocemos como Slim aunque no se llama así de forma oficial), no quede obsoleto a las primeras de cambio.