Microsoft tiene la difícil misión de aguantar el embate de dos de las marcas que más éxitos han venido cosechando en el mundo de los videojuegos desde hace lustros: una es Sony con sus PlayStation y otra es Nintendo que, con Switch, parece haber dado en el clavo. Ahora bien, a pesar de ese escenario adverso, ¿qué tal están resistiendo las ventas de Xbox Series X|S respecto de otros clásicos de la historia de los videojuegos?
Como las comparativas con Sony y sus PlayStation se han vuelto tan complicadas desde 2013, Microsoft ahora lo que hace es ver cómo, a pesar de los resultados adversos en la presente generación, está mejor que otras máquinas que llegaron en el pasado y que con el paso del tiempo han ganado en trascendencia. Y eso es justo lo que vamos a hacer hoy, comparar lo que han vendido a día de hoy todas las Xbox Series X|S y un nombre mítico de Nintendo.
Con el cubo en el corazón
Efectivamente, la consola con la que ya podemos comparar en ventas el acumulado de Xbox Series X|S es, ni más ni menos, que GameCube. La sucesora de Nintendo 64, que incorporó aquel minidisco óptico y que tuvo entre sus tripas a algunos de los mejores clásicos de la compañía en esos primeros años de siglo. No hay más que recordar al genial Luigi’s Mansion, o Perfect Dark, Starfox Adventures, Super Mario Sunshine y los Pikmin, que hicieron acto de presencia en ella para asentarse para siempre.
Así las cosas, la marca que ha logrado Microsoft con sus Xbox Series X|S es que, desde mayo, ya han superado las cifras que GameCube consiguió mundialmente a lo largo de toda su vida en las tiendas. Pensaréis que son pocas, y así es, sobre todo para una firma como Nintendo, pero también habla de la enorme expansión que ha sufrido la industria y de cómo unos datos que podríamos llegar a dar por buenos hace dos décadas, ahora mismo son una ridiculez.
De esta manera, mientras Nintendo GameCube logró alcanzar los 21,74 millones de consolas vendidas en todo el mundo, Xbox Series X|S de forma conjunta superaron esa cifra el pasado mes de mayo, situando su techo en los 21,96 que, a estas horas, ya habrá dejado atrás alcanzando holgadamente los 22 millones de máquinas vendidas en todo el planeta.
El éxito por territorios
GameCube, globalmente y a lo largo de toda su historia, consiguió vender 12,55 millones de máquinas en norteamérica, 4,04 solo en Japón, 4,44 en Europa y apenas 0,71 en el resto del mundo. Por su parte, en el caso de Microsoft, Xbox Series X|S ha dejado tras de sí un reguero de ventas de 11,82 millones entre EE.UU. y Canadá, 5,98 en Europa, 0,44 en Japón –ojo a la tremenda caída– y 3,72 en el resto del mundo.
Como podéis ver, la enorme diferencia radica en que Japón no es muy amiga de apoyar consolas que no sean japonesas y lo deja bien claro con sus cifras de ventas. Algo por lo que Microsoft lleva luchando 20 años, desde su primera máquina, y que a día de hoy no ha conseguido superar. Ni con la colaboración exclusiva con algunas desarrolladoras del país intentando poner títulos afines con la cultura y los gustos de quienes reinventaron los videojuegos a mediados de los 80 tras el crash de la industria en los EE.UU.