El final del año pasado fue cuanto menos atípico, dado que un año atrás aún salíamos a la calle con mascarilla y se consideraba que todavía estábamos en periodo de pandemia. ¿Cómo ha afectado el cambio de hábitos sociales y, por tanto, de consumo? En concreto, os hablaremos de las ventas de final de 2022 que hubo en cuanto a ordenadores y no son, precisamente, positivas.
No es ningún secreto para nadie que las medidas de confinamiento por la pandemia del COVID-19 forzaron al teletrabajo y a la compra de equipos informáticos por parte de muchos usuarios, creando así una burbuja en el mundo del hardware que movió los recursos hacia la fabricación de ordenadores de bajas prestaciones para uso ofimático y educativo. Una vez se ha vuelto a la normalidad, las ventas se han ido estableciendo hasta volver a los niveles prepandemia. Y lo que es peor, dado que se transportó demanda del futuro a un presente ya convertido en pretérito, las ventas se han visto obviamente afectadas.
Un final de 2022 desastroso en ventas de ordenadores
Pese a que el entusiasmo por la tecnología no cesa, la cantidad de sistemas informáticos que se han vendido ha resultado ser más baja de lo esperado, en especial por los efectos de la inflación global sobre la economía y el pánico por parte de los usuarios a una recesión. Lo que frena la compra y si a eso le sumamos que muchos usuarios renovaron su equipo informático en la pandemia por diversos motivos, pues tenemos la receta para un desastre.
Pues bien, según un informe de mercado de la IDC, en el interanual para el último trimestre del año se han vendido un 30% menos de ordenadores con Dell, qué ha recibido un impacto del 37% en cuanto a volumen de ventas, pero siendo HP la más afectada con una perdida del 25% de su cuota de mercado. Ambas empresas se especializan sobre todo en equipamiento para empresas, por lo que se beneficiaron en su día de las políticas de teletrabajo en todo el mundo.
Pero, ¿cómo está el vaso realmente?
Si usamos un poco la cabeza, está más que claro que los fabricantes de ordenadores sabían que el repunte de ventas por la pandemia no iba a ser eterno y que iba a tener su contraparte negativa, la cual ahora se encuentran sufriendo en sus propias carnes. El problema viene cuando los ensambladores actúan como si dichos periodos fueran eternos y se acaban pillando los dedos.
Es curioso como se ve el vaso medio vació, cuando fuera de ámbitos específicos, no ha habido más demanda por ordenadores durante la pandemia. ¿El motivo? Ya los utilizaban en su día a día, ya sea para ocio como para trabajo y, por tanto, no ha habido un robo de la demanda del pasado hacia el presente. Es decir, ¿se han vendido menos ordenadores? Sí, pero los mercados que más gastan por usuario siguen y no se han visto afectados.
Otra cosa distinta ya es la situación económica en la que nos encontramos, la cual sí que afecta, pero lo que está muy claro es que la bajada en las ventas de final de 2022 han demostrado que no solo había una burbuja, sino también otra que se estaba ejecutando al mismo tiempo. Ahora solo hace falta esperar que el mercado se reajuste como ya ha ocurrido muchas otras veces.