El principal problema al que nos podemos enfrentar con un dispositivo electrónico es que no arranque. En un PC es importante seguir una serie de pasos para comprobar donde está el origen del problema para dar con la solución y conseguir que funcione, pero ¿qué pasa por una Raspberry Pi?
Teniendo en cuenta una Raspberry Pi es prácticamente lo mismo que cualquier PC, pero con un tamaño y prestaciones inferiores, lo normal sería seguir los mismos pasos, sin embargo, no hablamos del mismo tipo de dispositivo, por lo que no todos los pasos que debemos seguir son los mismos.
Qué hacer si la Raspberry Pi no arranca
No todos los modelos de Raspberry Pi que se han lanzado al mercado son iguales, por lo que, dependiendo del tiempo que tenga, tendremos que proceder de una u otra forma. En ciertos modelos puede resultar un poco más complicado reconocer en qué parte está el fallo, por ejemplo en las versiones Zero hay menos cosas que comprobar pero puede resultar más difícil.
Comprobar fuente de alimentación
La Raspberry Pi del modelo 1 al 4 cuenta con diversos LEDs que nos permite conocer el estado de funcionamiento. Si al conectar la fuente de alimentación se ilumina un LED rojo de forma fija, significa que el problema no está en la fuente de alimentación.
Si el LED rojo se ilumina y parpadea, significa que el voltaje que está ofreciendo la fuente de alimentación está por debajo del voltaje requerido. Lo mismo sucede si el LED no se enciende tras conectar la fuente de alimentación.
La Raspberry Pi 5 es la más completa de todas y, a diferencia de los modelos anteriores tiene un único LED que puede parpadear en color rojo y en verde. Si se muestra en color rojo, significa que la fuente de alimentación está bien conectada.
Si parpadea durante 4 veces y muestra 6 destellos rápidos, indican un problema con la fuente de alimentación. La fuente de alimentación recomendable para todos los modelos de Raspberry Pi es una que sea capaz de ofrecer 27W como mínimo.
No muestra imagen
Si el problema de funcionamiento lo tenemos con la imagen y no el propio dispositivo es recomendable no utilizar adaptadores de micro HDMI a HDMI, ya que la mayoría son de muy mala calidad debido a su bajo coste.
Para solucionar el problema, es recomendable utilizar un cable micro HDMI a HDMI directamente, un cable no mucho más caro que cualquier otro cable HDMI. Si estamos utilizando un cable de este tipo, este debe estar en perfectas condiciones.
Comprobar la tarjeta microSD
Utilizar una tarjeta microSD de quita y pon en un Raspberry Pi es una pésima idea. Las tarjetas de memoria no están pensadas para este tipo de usos, sino para utilizarlas de forma fija en un dispositivo y acceder a su contenido desde el dispositivo al que está conectado.
Para comprobar si el problema se encuentra en la tarjeta, podemos extraerla del dispositivo y conectarla a un lector de tarjetas para salir de dudas. Si utiliza un sistema de archivos exFAT, no vamos a tener problemas en leerla, pero si utiliza el sistema de archivos de Linux, ext4, necesitaremos de una aplicación de terceros ya que Windows no es compatible.
En este paso debemos asegurarnos de que el sistema operativo se ha instalado de forma correcta en la tarjeta de memoria, es posible que haya ocasiones en las que durante el proceso se cree un fallo que impide que se instale correctamente por lo que hay que verificar que todo está como debería. Como podéis imaginar en el caso de que vuestra instalación haya terminado corrompiéndose tendréis que volver a formatear la tarjeta e instalar el SO.
No carga el sistema operativo
Si intentamos iniciar la Raspberry Pi con una distribución Linux no optimizada para este dispositivo o no compatible, el dispositivo no podrá cargar el sistema operativo. Para evitar este tipo de problemas, es recomendable utilizar las distribuciones oficiales de Raspberry Pi OS de 64 o 32 bits o incluso la versión Raspberry Pi OS Lite.
Estas distribuciones están creadas específicamente para el tipo de procesador que utilizan estos SBC mientras que otras simplemente están adaptadas, obviamente esto implica que aquellas que no están creadas para una Raspberry Pi pueden dar una gran cantidad de fallos entre los que se encuentran el hecho de que no se inicie o que no funcione como debería.
Para crear un medio de arranque para la Raspberry Pi, tan solo debemos acceder a este enlace y descargar el creador de medios siguiendo todos los pasos que nos indica la aplicación, un proceso muy sencillo de hacer y que no tiene ninguna complicación. Además, se encuentra traducido al español por lo que el idioma no será una barrera adicional.
