No diremos que el showcase del pasado miércoles que ofreció Sony sobre novedades para PlayStation fuera un fail, pero estuvo muy cerca de serlo porque en general no ofreció demasiados exclusivos y la práctica totalidad de juegos anunciados son compartidos con Xbox o PC. Solo Spider-Man 2 y Project Q levantaron la moral de la bancada sonyer cuando el evento enlatado ya tocaba a su fin.
Project Q fue la confirmación de esos rumores que hemos venido escuchando últimamente que daban por hecho un regreso de los japoneses al mercado de las consolas portátiles, después de dos extraordinarios intentos con PSP y PS Vita, máquinas que no podemos decir que fueran malas. Al revés, supusieron en su momento un avance evidente respecto de lo que teníamos en el mercado gracias a Nintendo.
La consola no consola
Seguramente ya lo sabréis, pero Project Q no es una consola, sino una pantalla encastrada en un gamepad inspirado en el famoso DualSense de PS5 y con la que podremos disfrutar de juego en la nube. Es decir, que todo se ejecuta en remoto y gracias a la calidad de la conexión que podamos conseguir. Ya sea en casa a través de una red inalámbrica o en movilidad, por la calle, gracias al 5G.
Pero claro, ofrecer un dispositivo así tiene sus riesgos porque absolutamente todos los usuarios de PS5 (creo que no me dejo a ninguno fuera) ya tiene la mitad de ese aparato en sus bolsillos y solemos llamarlo «teléfono móvil». O mejor aún, «smartphone«. La otra mitad para conseguir algo así sería un adaptador de mando de control compatible, como es el famoso Backbone One Edición PlayStation tanto de iOS como de Android.
Asi que, ¿qué razones podrían llevarnos a querer comprar Project Q cuando salga? En mi caso, que soy de experimentar todo lo que puedo cuando algo aterriza en el mercado, me moverían dos razones, y una de ellas no importa demasiado: la primera es por puro coleccionismo, y la segunda el poder acceder a cualquier título de los que tengo comprados en PlayStation Store allí donde me encuentre para continuar con la partida.
Elegir tú el juego, no que te lo elijan
Este es el punto clave que, creo, es el que un dispositivo como Project Q debe cumplir para triunfar. Y es que Sony es seguro que ofrecerá la posibilidad de conectarnos a su catálogo de títulos en streaming de PlayStation Plus y, como mucho, añadir después ese Remote Play para conectarnos a la PS5 que tenemos en casa. Lo primero tiene el sentido de potenciar su suscripción, y ocurrirá, pero lo segundo supone que los japoneses han decidido lavarse las manos y dejar toda la responsabilidad de acceder a nuestras bibliotecas en nosotros, los usuarios.
¿Y por qué no es esta posibilidad algo aceptable? Pues porque todos los que hayáis intentado jugar fuera de casa con ese Remote Play sabréis los problemas que provoca, casi siempre, antes de que logremos conectarnos a la consola: la app del móvil se ha actualizado y ha perdido las credenciales, la consola se ha desconectado y es imposible encenderla, la última actualización de la máquina ha eliminado el vínculo con Remote Play, etc. El caso es que siempre que te acuerdas de que puedes seguir con la partida de God of War Ragnarok fuera de casa… ocurre algo (técnico) que te impide hacerlo.
Project Q será un éxito en la medida que Sony proporcione a los usuarios la posibilidad de jugar con cualquier título de su biblioteca sin depender de sus respectivas PS5. Ya sea porque instala servidores específicos o lo que sea, pero que no tengamos que andar verificando antes de salir de casa que ese enlazado sigue activo y sin problemas. Y ni aun así, muchas veces conseguimos que la cosa salga como queremos.