Casi todos los dispositivos y gadgets actuales tienen una certificación contra líquidos como el sudor o el agua, ya sea IP67, IP68… etc. Sin embargo, esto no quiere decir que cubran todo tipo de circunstancias y sustancias. Solo están preparados para condiciones especiales, y debes saberlo para no tirar por la ventana esa última y flamante compra que has hecho.
Hoy hablaremos de las diferentes certificaciones y para qué están 100% homologados. Ya que no es lo mismo el agua salada de la playa, la de la piscina con cloro, o la que sale de tu grifo de casa. ¿Crees que son lo mismo?
Agua salada e IP67
Si tienes un dispositivo con una certificación de este estilo, primero vamos a ver qué significa.
El primer número sería la protección contra sólidos, siendo el 6 el valor más alto. En la columna derecha tenemos a nivel de líquidos cómo el máximo es el 8 que nos garantiza protección antes inmersiones permanentes. Sin embargo no especifica qué tipo, ya que estas certificaciones solo están contempladas en agua pura. Ni en otro tipo de líquidos ni con otros componentes.
Si en algún lugar encuentras una X significa que no está claro su grado y posiblemente no haya sido testeado. Hay muchos dispositivos con IPX8, lo que garantiza protección contra agua, pero no sabes realmente su protección real, puesto que contra el polvo y otros agentes no tendrías total seguridad.
Es decir, la resistencia al agua salada del mar no está garantizada, y es más, su exposición sería peor que hacerlo con una botella de vino, puesto que la sal es un corrosivo muy potente que puede dañar un dispositivo electrónico de forma muy rápida. Además, sus componentes hacen que la propia agua sea aún mejor conductor de la electricidad pudiendo producir un cortocircuito y dejando nuestro gadget o equipo inservible en unos segundos.
Por tanto, su uso en la playa no sería recomendable. De haberlo hecho y no acordarnos de que lo teníamos puesto, lo mejor será aclararlo después en agua normal, intentando así limpiar la sal que puede quedar oculta y pegada a nuestro dispositivo, ya que aunque lo seques y creas que no tiene nada, este componente sódico no es líquido y por tanto puede estar oculto dentro. Será mejor asegurarnos de que esté bien lavado.
Por otro lado, aunque el cloro de una piscina pueda ser también perjudicial, estudios demuestran que de forma general, debido a la temperatura y condiciones de uso, no afectaría para nada a nuestro equipo. Tendría que utilizarse a más de 110 grados para que el propio cloro actuase de forma corrosiva como la sal. Algo imposible, ya que se quemaría tanto él como nosotros antes. De todas maneras, un aclarado con agua normal después de un baño en una piscina tampoco le vendría mal. Mejor prevenir.
En resumen, podemos sacar en claro que tenemos que tener cuidado a la hora de mojar un móvil, smartwatch o incluso ordenador, ya que la idea principal es que si llueve o se te cae accidentalmente al mar, no se estropee, pero no está pensando para nadar con delfines y hacerles fotografías. De todas formas, cada vez vienen más protegidos y sellados, por lo que si lo haces de forma puntual (como todo el mundo ha hecho alguna vez), es probable que no le pase nada.
Aun así, un pequeño golpe o grieta puede dejar nuestra protección anulada, por tanto, sino es imprescindible, sería mejor que te lo quites siempre antes de entrar al agua. Tenlo en cuenta.