El mes pasado saltó la noticia de que tanto Western Digital como Toshiba habían sufrido problemas de contaminación en sus fábricas de productos de memoria flash en Japón, provocando que una gran cantidad de productos de ambos fabricantes se echaran a perder. Tras conocer este hecho, los usuarios ya nos temíamos que los precios de la memoria RAM y los SSD se iban a disparar, algo que se vio acrecentado por el reciente terremoto en el país nipón, pero la realidad es que debido a otras circunstancias, no se espera que se produzca una subida del precio, o en el caso de que se produzca, que la diferencia sea mínima. Os contamos por qué a continuación.
Cada vez que sucede un desastre o accidente en las fábricas de productos de hardware, los usuarios nos echamos las manos a la cabeza temiéndonos lo peor. Y es que es una situación que hemos vivido ya varias veces a lo largo de los últimos años, y solo hay que recordar la conocida «crisis de los discos duros» a causa de las inundaciones que tuvieron lugar en Tailandia en 2011, o los apagones que Samsung sufrió en sus fábricas hace unas semanas. Sin embargo, parece que en esta ocasión la cosa pinta bastante diferente.
El precio de la memoria RAM y los SSD no subirá a corto plazo
Después de unas semanas bastante atípicas, en los que la guerra de Rusia y Ucrania está copando todos los informativos pero que a la vez estamos viendo la huelga de transportes, el terremoto en Japón y la contaminación de las fábricas de WD y Toshiba, todo apuntaba a que el precio de los dispositivos basados en memoria flash se podría disparar al alza, y ya nos temíamos que íbamos a tener que pagar bastante más si queríamos comprar memoria RAM o SSD.
Sin embargo, este esperado aumento de precio no ha tenido lugar, y los analistas del mercado dicen que es porque la industria del PC está sufriendo una gran desaceleración en estos momentos; dicho de otra manera, a pesar de que los fabricantes han sufrido impacto en sus inventarios, como la demanda de componentes es menor, no hay motivos para una subida de precio.
Desde que estalló la pandemia por el COVID-19, el teletrabajo se instauró para quedarse en muchos casos, algo que provocó un gran crecimiento en la industria del PC porque muchas personas necesitaban renovar sus equipos o comprar nuevos, haciendo que la demanda aumentara bastante. Sin embargo, hace ya más de dos años de eso y hoy en día la gente ya tiene sus PC actualizados o relativamente nuevos y no necesitan comprar más, motivo por el que la demanda ha sufrido una gran desaceleración.
«La caída en la demanda de PC también ha afectado directamente a los chips de memoria».- dice Zhan Jiahong, analista de la industria de semiconductores en Morgan.- «Se espera que la memoria flash sufra un repunte de precio de menos del 5%, muy inferior a las expectativas que había que colocaban la subida por encima del 10%».
Con estas previsiones en la mano, una subida del 5% es tan nimia que incluso podrían absorberla los propios fabricantes o incluso las tiendas, por lo que el precio que pagaremos por comprar memoria RAM y/o SSD no debería resentirse prácticamente nada.