Intel necesita una actualización de plataforma para poder luchar contra la fiera competencia que le está presentando AMD con sus procesadores Ryzen 5000 Series. Es por eso que la compañía está desarrollando la serie 500 de chipsets, conformada por los tres mercados potenciales: el chip H510 para la gama baja, el B560 para la gama media y el chipset Intel Z590 para la gama alta, todos ellos diseñados para los próximos procesadores Rocket Lake de 11ª generación. Ahora, un mayorista chino ha filtrado la fecha de lanzamiento, que será tan pronto como en el mes de enero del año próximo.
Conocida como 11ª generación de procesadores Core, la próxima generación de Intel se construirá por enésima vez sobre el nodo de 14 nanómetros de la marca. Se supone que estas CPUs cuentan con núcleos Cypress Cove, un «puerto trasero» de los Golden Cove que se encuentran en la generación Ice Lake. La serie 500 de placas base será la última en contar con memoria RAM DDR4, pues para su lanzamiento la memoria RAM DDR5 todavía no estará lista.
Intel H510, B560 y Z590 llegarán el 11 de enero
Según un medio de comunicación chino, quienes han publicado una historia corta en la plataforma WeChat, tenemos información por primera vez sobre la fecha de lanzamiento de estos nuevos conjuntos de chips: según la fuente, supuestamente Intel los pondrá en la calle el día 11 de enero, justamente cuando tendrá lugar la conferencia de Intel en el CES 2021.
La plataforma inicial incluirá placas base de todos los fabricantes socios de Intel, como ASRock, ASUS, MSI o Gigabyte, y se supone que brindará por fin soporte para el ya muy necesario protocolo PCIe 4.0. La fecha de lanzamiento debe tomarse con pinzas, por supuesto, ya que lo más probable es que simplemente realicen la presentación de los nuevos chipsets y no que realicen un lanzamiento como tal, si bien la fuente lo ha indicado al contrario.
¿Hasta cuándo exprimirá Intel los 14 nm?
El proceso de fabricación de Intel lleva ya muchas, muchísimas generaciones sin bajar de litografía, y mientras que AMD sigue evolucionando cada vez más sus procesadores utilizando nuevos métodos de fabricación, Intel sigue exprimiendo hasta la saciedad su nodo a 14 nm, y parece que la actualización no va a llegar nunca. Por mucho que la compañía siga refinándolo y mejorándolo, la realidad es que en cuanto a la eficiencia de rendimiento por vatio Intel se ha quedado ya muy atrás (y decimos que se ha quedado y no que se está quedando porque hace años que va por detrás), algo que los usuarios están viendo y la prueba es el detrimento de ventas de procesadores de Intel en favor de AMD en los últimos años.
Los problemas con los nodos avanzados y los procesos de fabricación «prometidos» a 7 y 10 nm no llegan, el soporte para PCIe 4.0 llega muy tarde y por mucho que digan que están proporcionando una nueva arquitectura con la nueva plataforma, el hecho es que están llegando tarde y mal.
Los 14 nm están más que gastados y rentabilizados, y si Intel no evoluciona esta 11ª generación de procesadores podría suponer el batacazo final para la compañía. AMD está cada vez más fuerte, le da a los usuarios lo que éstos piden y necesitan e Intel sigue con su cerrada política de ir soltando las novedades granito a granito, sin mejoras reales que hagan pensar a los usuarios que una actualización de plataforma merezca la pena.