Estados Unidos está empeñada de impedir el avance tecnológico de China utilizando todos los mecanismos que puedan. Una de las mayores obsesiones es evitar que China se ponga a la altura de las empresas estadounidenses en cuanto a fabricación de chips. El antiguo jefe de ASML, ha asegurado que esta guerra de chips no es pasajera, pudiendo durar décadas.
La «Guerra de los chips» tiene como único fin que China no pueda igualar o superar a las soluciones ofrecidas por las compañías estadounidenses. Un conflicto que ha escalado recientemente con la amenaza china de recuperar Taiwán a toda costa.
Seguramente te preguntes que pinta Taiwán en todo esto. La isla está frente a las costas chinas y tiene la mayor empresa de fabricación de chips del mundo como es TSMC. Para que te hagas una idea, esta fundición produce chips para Intel, AMD, NVIDIA, Qualcomm, Apple y muchas otras empresas.
Guerra comercial y tecnológica alejada de la realidad
Posiblemente, ASML no te suene de absolutamente nada si no estás muy metido en el mundo del hardware. Esta es una empresa con sede y fabrica en Países Bajos que produce casi la totalidad de las máquinas necesarias para la fabricación de chips.
El que fuera máximo responsable de ASML, Peter Wennick, recientemente ha dado su opinión sobre la guerra comercial de chips entre estadounidenses y chinos. Destaca que este conflicto puede llegar a durar décadas. Además, dice que la presión que ejercen los yanquis es exclusivamente por razones ideológicas.
Wennick ocupó el cargo de directo ejecutivo de ASML durante una década y sabe mucho de este conflicto. Este mismo año se ha jubilado y ha sido entrevistado en la radio holandesa BNR.
Ha destacado que Taiwán y China son los dos clientes más importantes de ASML en la actualidad. Destaca también que distribuyen a TSMC y Samsung suministros de litografía EUV para los procesos de 7 nm y los de menor tamaño de nodo.
Pese a que la venta de herramientas de litografía EUV está prohibida en China, el gigante asiático sigue siendo el segundo mayor cliente. Ha destacado que AMSL lleva más de tres décadas suministrando equipamiento a China. También ha destacado que solo una pequeña parte de los clientes chinos se ven afectados por las restricciones estadounidenses, cada vez más duras.
El propio Wennick ha dicho que durante su mandato solo velo por los intereses de los accionistas de la empresa y la dirección ejecutiva. Asegura que no busco favorecer a EEUU o China en su conflicto. Incluso, dice que simplemente buscaba que ambas partes se comportaran bien y cumplieran la ley.
También ha dicho que ha hablado con Washington para reducir las sanciones a las exportaciones. Por otro lado, indica que hablo con Pekín para concienciar sobre las violaciones de la propiedad intelectual. Lo único que saco en claro es que ambos gobiernos especularan sobre una supuesta lealtad al bando contrario.
Asegura que, debido al caos geopolítico de la industria, el conflicto pueda seguir durante décadas. Comenta también que ASML ha tenido un gran impacto en los debates globales en torno al conflicto. También indica que Países Bajos se ha convertido en el interlocutor entre China y Occidente.
Si antes de escuchar a Wennick, ya intuíamos que esto era más una pataleta entre niños que quieren el mismo juguete, ahora queda más claro. Muy posiblemente, si Rusia no estuviera enfrascada en la Guerra de Ucrania; China ya habría invadido Taiwán. Es más, si los estadounidenses sigue con sus sanciones, posiblemente Pekín se canse y termine pasando a la ofensiva.