IOPS, latencia y MB/s: cómo entender las pruebas de rendimiento de los SSD

Muchos son los factores que determinan el rendimiento general de un SSD. Porque no solo la tasa de transferencia que puede llegar a alcanzar, es un parámetro que nos pueda servir para evaluar dicho rendimiento. Sin embargo, otros parámetros como los IOPS y las latencias que posee el SSD a la hora de funcionar, son quizás mucho más indicativos de cómo de bien se comporta el SSD cuando se le está exigiendo el máximo de rendimiento.
La mayoría de nosotros, a la hora de comprarnos un SSD, en lo único que nos solemos fijar es en el rendimiento general, medido por la tasa de transferencia de archivos de éste cuando está en uso. Sin embargo, este parámetro es solo una parte de aquellos que son realmente importantes a la hora de decidir nuestra compra. De hecho, la mayoría de nosotros suele pasar por alto parámetros tan importantes como los IOPS o la latencia.
¿Qué son los IOPS?
El nombre IOPS significa Input Output Per Second, e indica el número de operaciones internas que es capaz de realizar el SSD cuando se está empleando. Este número viene influenciado por la calidad de la memoria NAND Flash, la calidad del diseño y construcción de la unidad y, especialmente, por el tipo de controlador que emplea nuestro SSD.
Como norma, a mayor número de IOPS, mejor es el rendimiento general de una unidad de almacenamiento, ya sea ésta sólida o mecánica. Ahora bien, donde las unidades mecánicas suelen dar como 100 o 200 IOPS, los SSD suelen ser capaces de producir hasta 90.000 IOPS. Esta cifra es una de las que más puede demostrar la rapidez de un SSD, especialmente cuando lo comparamos con una unidad mecánica. Aun así, si la unidad sólida tiene una memoria NAND Flash de baja calidad, o un controlador interno de baja calidad, el número de IOPS puede descender de una manera bastante aparente.
¿Qué es la latencia?
El concepto de «latencia» va íntimamente ligado a los IOPS que acabamos de explicar. La latencia es el tiempo que tarda una operación de IO en completarse en la unidad de almacenamiento, desde el principio al final de esta. Por tanto, cuanto menor sea la latencia de la unidad, a mayor velocidad será capaz de completar la operación de IO. Esto indicaría un rendimiento superior.
En el test que os mostramos, podemos ver que la latencia media de la unidad de tan solo 5 ns, aunque la latencia máxima de esta es de 3,06 ms. Ambos resultados son normales cuando hablamos de una unidad de tipo SSD.
¿Qué es el rendimiento?
El rendimiento es la unidad de medida que más se emplea por parte de fabricantes y usuarios y es, simplemente, la velocidad a la que este tipo de unidades de almacenamiento son capaces de transferir archivos, tanto al recibirlos y grabarlos, como a la hora de leerlos.
Sin embargo, hay que tener en cuenta que estos datos suelen ser reales cuando se trata de archivos de gran tamaño, que permiten que el SSD o el HDD desarrolle todo su potencial. Seguramente lo hayáis podido ver al copiar archivos en una unidad de almacenamiento, que aquellos que son de gran tamaño se copian a gran velocidad, mientras que los que son pequeños lo hacen a baja velocidad. Y, si hay muchos archivos pequeños, pueden llegar a colapsar el rendimiento de la unidad por completo, haciendo que caiga mucho.