Seguro que alguna vez te has planteado que ocurre con nuestros datos en Internet cuando morimos. Actualmente tenemos la red repleta de nuestra información: imágenes, post, documentos, cuentas en redes sociales, cuentas de correo electrónico… Sin embargo, parece que aún ningún organismo se ha preocupado de que ocurrirá cuando las generaciones que más utilizamos Internet empecemos a morir: se quedarán millones de cuentas y datos repartidos por la red ocupando un espacio innecesario en los servidores de todo el mundo. Cómo hacen nuestros productos electrónicos desechados.
A pesar de lo que se muestra en las películas, no existe un programa capaz de, con un solo clic, eliminar tu rastro en la Gran Nube. La realidad es que cada página web, desde una red social a una tienda online, cuenta con políticas de acceso a nuestros datos que hacen más fácil o más difícil el borrar nuestras cuentas.
Lo que no está tan claro es si después de la muerte de alguien podrá borrarse todo su rastro de Internet. La respuesta es no, es imposible poder hacer desaparecer todo dato de cualquier persona que haya sido usuaria de Internet; ya sea porque comparte fotos con otras personas en las redes sociales o porque sus datos están guardados en una copia de seguridad de alguna web.
En cuanto a las redes sociales, hay algunas como Facebook que han contemplado este supuesto y ofrecen a los familiares la posibilidad de desactivar su cuenta y convertirla en una especie de obituario dónde las amigos y personas cercanas puedan compartir recuerdos con el fallecido.
Twitter eliminará la cuenta de un usuario si contactan los familiares con la empresa y son capaces de demostrar el fallecimiento de la persona. Aunque en este caso, la red social lo único que hará es liberar el nombre de usuario y borrar su paso por la web.
Gmail permite que designemos a un usuario para que pueda entrar en nuestra cuenta y borrarla en caso de que no ocurra algo. Pudiendo evitar así el tener que enviar papeleo a la empresa.
Otro punto es la posibilidad de «preveer» tu muerte digital y es la de configurar en las aplicaciones que borren tu cuenta una vez hayan pasado X meses de inactividad. Aunque consigamos borrar todas nuestras cuentas de la red, seguirán quedando resquicios de nosotros. Algo muy parecido a lo que sucede en la vida real. Ahora que todas las instituciones están informatizadas, el propio gobierno debe de tener un registro sobre nosotros en Internet, ya que no pueden eliminarlo, aunque muramos.
En resumen, si nuestros familiares se empeñan en que las webs borren nuestras cuentas y datos, yendo una por una con nuestro certificado de fallecimiento, sí conseguirán quitarnos de la capa de Internet accesible para el público común. Hay movimientos que buscan que los gobiernos legislen sobre estos temas y que tras certificar la muerte de un usuario, las webs estén obligadas a borrar sus cuentas de los servidores.