Intel ha anunciado que tiene la intención de eliminar el soporte para Legacy BIOS en su firmware para placas base UEFI en el año 2020, y así se lo ha hecho saber a todos los principales fabricantes de placas base con los que trabaja. Así, esto significa que a partir de ese año las nuevas placas base carecerán de CSM (compatibility support module), un componente que permite que sistemas operativos y discos no UEFI arranquen en máquinas modernas.
El fin del soporte Legacy BIOS supone más de lo que parece, puesto que prácticamente significa el fin de la era de los sistemas operativos de 32 bits en máquinas modernas (dado que tanto Windows como Linux de 32 bits requieren CSM para funcionar). Con todo y con eso, todavía se podrá ejecutar Windows de 32 bits gracias a las capas de traducción WoW64, pero probablemente con algunas carencias y, sobre todo, problemas de configuración en el arranque (lo que incluye incluso dispositivos USB).
Eliminar el módulo CSM también afectará a dispositivos que utilicen OpROM de 16 bits, como adaptadores de red o tarjetas RAID antiguos. Si se quiere seguir utilizándolos se tendrá que depender de capas de software para el propio sistema operativo, lo que en el caso de las tarjetas RAID perderá el sentido dado que pasaremos a tener RAID dependiente del software aunque éste se realice en hardware. Otra de las repercusiones que tiene el eliminar el soporte para Legacy BIOS en las placas modernas es que tarjetas gráficas relativamente viejas (más o menos las lanzadas antes de 2013) también tendrán problemas para poner en funcionamiento el monitor, puesto que estas gráficas carecen de firmware compatible con UEFI.
Condenados a utilizar hardware moderno
En definitiva, con éste cambio Intel pretende que a partir de 2020 todo el hardware que tengamos en el equipo sea moderno, si bien para ese entonces estaremos hablando, por ejemplo, de gráficas que ya tendrán 7 años de antigüedad (así que tan modernas no serán), e impedirá que en equipos nuevos podamos utilizar hardware no compatible con UEFI.