El ganador del premio por Mejores Gráficos e Interactividad en Tiempo Real del certamen SIGGRAPH 2016 es una demo de una escena del que va a ser el próximo juego del desarrollador Ninja Theory llamado Hellblade: Senua’s Sacrifice que se filmó, editó y renderizó hasta alcanzar la calidad final en cuestión de minutos en un proceso que hasta hace no mucho hubiera costado meses para poder obtener ese mismo resultado gracias al empleo del motor gráfico Unreal Engine 4.
Los primeros atisbos del empleo de la cinematografía por ordenador ya llevamos un tiempo viéndolos en el cine y es un proceso que cada vez más se va extendiendo más. Seguro que todos os acordáis de Avatar y del enorme trabajo de renderizado que supuso cambiar las caras de los actores de carne y hueso por sus contrapartes binarios. Hablamos de semanas de trabajo renderizando una escena que, en general, no era muy larga.
Esta tecnología también se empleó durante la filmación de El Señor de los Anillos y El Hobbit y en otras muchas películas. En general, hablamos de un trabajo en el que hasta ahora se ha requerido granjas de servidores para poder renderizar las escenas ya completamente editadas y finalizadas, listas para ser insertadas en la película.
En el vídeo se puede ver como todo el equipo que se emplea permite crear la escena en tiempo real y, empleando Unreal Engine 4, editarla hasta el resultado final prácticamente en cuestión de minutos. Esto abre un campo de posibilidades enorme a la hora de crear animación por ordenador dado que el director y los actores pueden ver el resultado final de su trabajo al poco tiempo de haberlo realizado y comprobar lo que funciona y lo que no lo hace.
Desde luego, entre las imágenes de Avatar y El Hobbit con las del juego de Nija Theory hay un espacio de tiempo considerable (7 años para el caso de Avatar) y está claro que 7 años a efectos de tecnología es como mirar a la Alta Edad Media dada la rapidez con la que se producen hoy en día los cambios. Aun así, no me extrañaría gran cosa que este tipo de tecnologías no se acaben imponiendo y consigan transportarnos, junto con el uso de la VR, a mundos mucho más ricos en contenido e interactivos con nuestros personajes.