Los amantes del hardware estamos bastante cansados de esta situación. La mayoría de fabricantes que trabajan con dólares suelen hacer la odiosa conversión 1 dólar = 1 euro que tanto nos perjudica, y dado que durante las últimas semanas la cotización del dólar está al alza, está repercutiendo directamente en los precios de los componentes de hardware. En más claro ejemplo son los procesadores de gama alta de Intel; por ejemplo los Intel Core i7-4790K han subido de unos 280 euros de media a más de 300 euros.
Otro ejemplo es el Intel Core i5-4690K, un procesador ya «modesto» que costaba 190 euros hasta ahora, pero que por culpa de la subida del dólar ahora se encuentra por unos 210 euros de media. Es curioso que esta subida de precios solo afecta, de momento, a los procesadores de gama alta de Intel, ya que tarjetas gráficas, placas base, fuentes de alimentación o incluso los procesadores de la competencia, AMD, siguen con sus precios intactos. Los procesadores de gamas más bajas como Celeron o Atom han subido de precio también, pero prácticamente no se ha notado.
El dólar, el eterno problema para los Europeos amantes del hardware
Ya lo hemos dicho antes y lo repetimos: estamos cansados de ver cómo los fabricantes estadounidenses se aprovechan del mercado europeo, y lo siento si suena rudo pero las cosas son así. Ellos venden un producto por, digamos, 100 dólares, y haciendo una conversión justa debería llegar a nuestro mercado por unos 80 euros, pero nada más lejos de la realidad, ya sabéis que si lo venden a 100 dólares, nos llega a 100 euros, por lo que se embolsan 20 euros (casi 30 dólares) de más de manera «gratuita».
Pero eso no es todo. Tal y como hemos comentado arriba, cuando el dólar sube sí que repercute directamente en nuestro mercado. Y las grandes compañías alegan que este «incremento» de precio es por los costes de distribución, logística y pagos aduaneros. Y nosotros les respondemos que con los volúmenes de ventas que tienen y con la mayoría de sus fábricas en Asia, que vayan con ese cuento a otro: les cuesta exactamente lo mismo llevar los productos fabricados en Asia hacia América que hacia Europa (de hecho probablemente a Europa salga más barato ya que pueden hacerlo por tierra).