La transición entre las memorias DDR2 y DDR3 fue mucho más lenta que la que hubo entre las memorias DDR y DDR2. La memoria DDR3 hizo su debut en la gama media (lógicamente la más extendida entre los usuarios) con las plataformas X38 y P35 Express, en una época en la que el controlador de memoria estaba en el chipset de la placa base en lugar de en el procesador, al menos en el caso de Intel. El chipset P35 además era capaz de soportar DDR2 y DDR3 simultáneamente, por lo que la transición fue mucho más sencilla y amena. Pero ahora con la DDR4 y teniendo en cuenta su precio y el de la plataforma X99, lógicamente de gama alta, ¿cómo planea Intel introducir la DDR4 en la gama media?
Está claro que el principal inconveniente para la adopción de la memoria DDR4 es el precio, pero en términos técnicos también tiene como pega unas latencias más elevadas. Esto, aunado a que el ancho de banda del bus de sistema es limitado, hace que la DDR4 tenga un porvenir un tanto complicado de cara a su introducción en la gama media, al alcance de todos.
Los precedentes
Volviendo al origen de la DDR3, hay que destacar que por primera vez se le sacó partido con los procesadores Nehalem de Intel, la primera plataforma de la compañía que tenía el controlador de memoria integrado (IMC) en el procesador. Esto significa que la propia CPU tenía pines dedicados a la memoria, con acceso directo a ésta, y solo podía soportar un tipo, es decir, que ya no había soporte para DDR2. Desde entonces, la memoria DDR3 se abrió camino por fin en la gama media. Por ello ahora nos planteamos la pregunta, ¿se verá la DDR4 en la misma situación? No exactamente. Mirad estas diapositivas pertenecientes a la presentación IDF 2014 de Intel.
Intel quiere asegurarse de que la DDR3, con un inventario de mercado todavía muy amplio, se queda sin existencias antes de implantar la DDR4 en la gama media. Por ello, la DDR4 hizo su «gran entrada» con la plataforma X99 de Intel y sus procesadores Haswell-E de gama alta, cuyos precios oscilan entre 390 y 1000 dólares nada más y nada menos. El público objetivo para esta plataforma es el de usuarios que buscan el máximo rendimiento sin importar el precio.
Los procesadores Haswell-E incorporan un IMC DDR4 de 256 bits, con unas estándar JEDEC de velocidad DDR4-2133 Mhz. A esta velocidad, los procesadores de esta familia de 6 y 8 núcleos tienen 68 GB/s de ancho de banda de memoria, más que de sobra para alimentar eficientemente toda necesidad de memoria del procesador. Ahora bien, la DDR4 también pone la eficiencia como premisa sobre la mesa. Funcionan a un voltaje de solo 1.2V, comparado con los 1.8 voltios con los que debutó la DDR3, si bien luego se vio rebajado a 1.65V con Nehalem y 1.5V con Sandy Bridge. Estas bajadas de voltaje se debieron a las mejoras en el proceso de fabricación de los fabricantes de memoria.
La transición hacia la DDR4
La idea de Intel para conseguir un satisfactorio proceso de transición desde la DDR3 hasta la DDR4 para la gama media no es muy diferente de la que utilizaron con el chipset P35 Express para pasar de DDR2 a DDR3. Los planes incluyen un nuevo factor de forma para los módulos de memoria llamado UniDIMM, y consiste en un módulo de memoria capaz de albergar chips de memoria DDR3 y DDR4 al mismo tiempo, y en teoría estarían diseñados para la próxima plataforma de Intel, Skylake.
Lógicamente, los procesadores Skylake contarán con un IMC que soportará tanto DDR3 como DDR4, y con las memorias en formato UniDIMM a su disposición, los fabricantes podrán crear memorias RAM con chips DDR3, más baratos y hasta agotar existencias, y con DDR4. En la idea de Intel se contempla que los fabricantes puedan ofrecer «actualizaciones» de UniDIMM de DDR3 a DDR4 en el futuro, ya que los chips DDR4 se harán, potencialmente, más baratos con el tiempo.