Puede haber múltiples factores por los que sospeches que tu fuente de alimentación está estropeada, y salvo en el caso de que el PC no encienda de ninguna manera, a veces no es fácil eso de poder detectarlo. A continuación te vamos a dar unas directrices muy sencillas para que puedas determinar si tu fuente de alimentación se ha estropeado y ha llegado el momento de cambiarla por una nueva.
Una fuente de alimentación estropeada puede que siga funcionando, y de hecho es más peligrosa esta situación porque podría llegar a dañar alguno de los demás componentes del PC dado que, recordemos, es el componente encargado de suministrar energía a todos los demás. Por lo tanto, no solo es importante el asegurarnos de que no esté estropeada, sino también que funcione en buenas condiciones.
¿Por qué una fuente de alimentación podría estar estropeada?
Como cualquier otro componente, la fuente de alimentación puede fallar en cualquier momento. No obstante, concretamente las fuentes de alimentación son más propensas a fallar que otros componentes porque por ellas entra la energía desde el principio. Hay muchas causas que pueden terminar en una fuente estropeada.
- Edad: aunque las fuentes tienen hasta 10 años de garantía en algunos casos, llega un momento en el que ya no dan para más, puesto que al final los componentes internos tienen cierto desgaste con el uso y el paso del tiempo.
- Interferencias eléctricas: las interferencias pueden terminar causando que la fuente no funcione adecuadamente, que salten los sistemas de protección y que quede inutilizable. Cuidado con esto.
- Picos de tensión: es la causa más común. Las fuentes tienen sistemas contra el sobrevoltaje, pero a veces no son 100% efectivas y causan que se dañen los componentes internos, especialmente si la instalación eléctrica de la propia casa se encuentra en mal estado.
- Calor: como todo componente eléctrico, las fuentes no se llevan demasiado bien con las altas temperaturas. Si en el interior de la caja no hay una ventilación adecuada o el ventilador ha fallado, podría causar la muerte prematura del componente.
Síntomas de que la fuente está estropeada
A continuación os vamos a enumerar los síntomas por los que podréis sospechar (o confirmar en algunos casos) que la fuente se ha estropeado y que es hora de sustituirla por otra nueva. Pero tened en cuenta que el hecho de que vuestra fuente tenga alguno de ellos no significa, necesariamente, que haya que cambiarla. Por ejemplo, puede que se haya estropeado únicamente su ventilador y con sustituirlo por otro nuevo la fuente seguirá funcionando con normalidad.
Por este motivo, vamos a ver qué síntomas podemos detectar fácilmente para saber si la fuente de alimentación se ha estropeado y necesita reemplazo. Como verás, estos pueden ser diversos, pero con todo, puede no querer indicarnos necesariamente que la fuente se haya estropeado y que debas cambiarla, así que vamos a explicarte cada caso para evitar que se genere confusión alguna.
El PC se apaga o reinicia sin motivo
Este es uno de los síntomas más habituales, aunque cuidado porque también puede estar producido por el procesador (en algunos casos, especialmente por exceso de temperatura en el mismo). En cualquier caso, si estás en la situación de que tu equipo se apaga o reinicia sin motivo aparente, es posible que la fuente de alimentación esté en mal estado.
Esto puede suceder porque la fuente de alimentación no es capaz de mantener la potencia continua que necesita el equipo para funcionar, o que ha tenido una sobretensión grande y se ha estropeado el sistema de protección contra los mismos.
Pantallazos azules (BSOD)
Cuando la fuente de alimentación no funciona correctamente y no está suministrándole a los componentes la energía que necesita, pueden comenzar a producirse pantallazos azules. Claro está que estos BSOD pueden estar causados por muchas razones, pero si comenzamos a tenerlos de nuevo sin motivo aparente podría ser a causa de la fuente de alimentación, especialmente si el mensaje de error que recibimos tiene que ver con la tarjeta gráfica justo cuando arrancamos algún juego, pues es el instante en el que la tarjeta gráfica requiere de más energía.
El ventilador de la fuente hace ruidos extraños
Cuando el ventilador de la fuente de alimentación empieza a hacer ruidos raros, como que algo está rozando, también puede ser un síntoma de que ha llegado la hora de cambiar la fuente. Los rodamientos de los ventiladores hacen un ruido muy característico cuando están empezando a fallar y es fácilmente identificable. Si te sucede esto, deberías, como mínimo, cambiar el ventilador de la fuente para evitar que este falle y se termine por sobrecalentar catastróficamente.
Olor a quemado (incluso humo) es sinónimo de fuente estropeada
Este es el peor de los casos, pero también es el síntoma más evidente de que la fuente está muriéndose (o ha muerto ya). Si estás utilizando el ordenador de manera normal y, de repente, se escucha un sonido de «¡POP!», el equipo se apaga y empieza a oler a quemado e incluso a salir humo, por regla general significa que uno de los condensadores de la fuente ha pasado a mejor vida e irremediablemente hay que cambiarla por una nueva. Si lo miramos desde el lado bueno, es la evidencia de que tenemos que cambiar el componente y, por tanto, no hay dudas de que se ha roto del todo.
En algunos casos se ha llegado a ver incluso grandes arcos voltaicos en el interior de la fuente de alimentación, en este caso por culpa de un sistema contra sobre tensiones defectuoso, pero esto es algo que, generalmente, nunca debería suceder salvo que la unidad esté defectuosa de fábrica.
Como extra en este punto, si abres la fuente de alimentación y ves que algunos condensadores están hinchados por la parte superior, incluso con óxido o con restos de ácido reseco (imagen de arriba), debes cambiar esa fuente de alimentación inmediatamente. Generalmente te darás cuenta de que esto ha pasado cuando la fuente empieza a emitir coil whine de manera alterna (en lugar de un pitido constante, son pitidos largos, pero que terminan cada pocos segundos).
¿Cómo evitar tener una fuente estropeada?
No existe una fórmula mágica que garantice que la fuente te vaya a durar más tiempo, no obstante sí que hay algunas cosas que puedes hacer para favorecer que esta no se estropee y te dure lo máximo posible. En todos los casos, si crees que tu fuente de alimentación está estropeada, no te líes a intentar repararla tú mismo, salvo que tengas elevados conocimientos de electrónica y soldadura. Vale más invertir algo de dinero y cambiarla por una nueva y de mejor calidad que la que tenías.
En todo caso es importante saber escoger y darle un buen mantenimiento a la fuente de alimentación antes de que esta termine rota por una mala elección en cuanto a potencia o a un pésimo mantenimiento.
Asegúrate de que tiene la potencia adecuada
Esto es el punto más relevante, es más, a la hora de comprar una nueva CPU o una tarjeta gráfica se nos suele dar una potencia recomendada para la PSU que puede ir en el sistema. No obstante, nos puede ocurrir que la combinación del hardware requiera un mayor nivel de potencia que el recomendado por los componentes por separado.
Por lo que si, por ejemplo, la GPU o la CPU te piden una PSU de 450 W no vayas por ejemplo a una de 500 W, porque la tendrás casi siempre a máximo rendimiento y, al final, esto acorta su vida útil. Mejor pasarte por exceso que por defecto y optar por una de mayor potencia.
No compres fuentes OEM
Poco que añadir aquí. Siempre vamos a recomendar fuentes de marca y de buena calidad. Las fuentes OEM se estropean con más facilidad y no tienen los mismos sistemas de protección. Lo barato sale caro y es por ello que siempre os vamos a recomendar que os montéis vuestro propio PC si hablamos de uno de escritorio, en vez de optar por un sistema preconstruido.
Tampoco hay que dejarse llevar por los certificados, estos no garantizan nada y habrá que mirar, por lo tanto, reviews en caliente y en frío así como en distintas cargas que muestren resultados fidedignos.
Mantenla limpia
Igual que el resto de componentes del PC, debes tratar de mantenerla limpia realizando limpiezas periódicas para evitar que el polvo se acumule en el interior. Eso sí, procura no abrirla, salvo que sea necesario, primero porque eso anula su garantía y segundo porque corres el riesgo de que se dañe alguno de sus muchos componentes internos.
Para hacerlo correctamente podemos usar una brocha muy suave de pelo largo que llegue hasta los componentes principales y pueda quitar lo más superficial, así como limpiar el ventilador. El resto con un compresor de aire sin dejarlo muy pegado a la superficie es más que suficiente, sobre todo mejor hacerlo en un espacio abierto porque seguramente salga bastante polvo si no había filtro del mismo en la torre.
Ojo a las temperaturas
Por eso es importante no colocarla contra la pared bloqueando la salida de aire, para no permitir que la fuente de alimentación se caliente demasiado. Por lo que procura que esté bien ventilada y que el aire caliente salga sin problemas en todas direcciones, con tal de evitar las altas temperaturas.
Lo ideal es tener una torre de doble cámara donde ella tenga aire limpio y, sobre todo, mantenga fresca la parte inferior de la misma. Este sistema es el más utilizado por motivos obvios, puesto que a menor temperatura más eficiencia y menos oscilaciones de voltaje y amperaje tendremos, al mismo tiempo que gozaremos de un menor consumo energético y eso siempre es fundamental de cara a un ahorro en la factura de luz mensual.
Sobre todo hay que tenerla bien refrigerada, con filtros antipolvo instalados, en una zona óptima y revisar periódicamente que la suciedad no se acumule, lo que enlaza directamente con el punto anterior. Y es que el sobrecalentamiento suele producirse por un uso intensivo fuera de sus límites eléctricos, un problema electrónico con un componente de alto consumo como la tarjeta gráfica y sobre todo por la suciedad… y el paso del tiempo. Que no suele perdonar.