La autonomía de los auriculares inalámbricos, al igual que la de cualquier otro dispositivo con una pila propia, termina degradándose con el paso del tiempo y llega un punto en el que no dura prácticamente nada y, en última instancia, deja de funcionar del todo. Si este es tu caso, en este artículo te vamos a contar cómo reparar unos auriculares con problemas de batería, incluyendo la opción de cambiarla por una nueva tú mismo.
No importa que hayas aplicado todas las buenas prácticas habidas y por haber y que tus auriculares funcionen como el primer día: llega un momento en el que todos los dispositivos que trabajan con una batería deja de funcionar correctamente, inutilizando potencialmente el dispositivo para siempre. Eso sí, ese descenso en el rendimiento puede producirse de forma brusca, de un día para otro, o paulatinamente, con un recorte cada pocas semana que termina desembocando en una nula funcionalidad.
Y es realmente una pena porque, en verdad, la batería de unos auriculares es un componente bastante barato y que no da mucho trabajo sustituir, como os vamos a contar a continuación, por lo que da mucha rabia que tengamos que comprar un nuevo modelo y dejar de utilizar el viejo por algo tan insignificante. Si la avería estuviera en los altavoces, o en un problema de conectividad, algo grave, todavía, pero por un par de pilitas pequeñas, da rabia quedarse sin ese modelo que tan buenso ratos te ha hecho pasar.
Esta operación, de todas formas, conforma riesgo así que sigue al pie de la letra todo lo que te expliquemos porque estamos hablando de un componente inflamable y que, aunque normalmente son seguros, no dejan de albergar posibilidades de que reaccionen de manera peligrosa en caso de llevar a cabo una mala manipulación. Así que tenlo en cuenta porque una batería mal manipulada, es un auténtico peligro… como puedes ver en este vídeo que os dejamos aquí debajo y donde se puede apreciar cómo NO hay que intentar despegar una pila.
¿Por qué se desgasta tan rápido la batería de los auriculares?
Dependiendo del uso que hagamos de los auriculares, la batería puede desgastarse más o menos rápidamente. Si únicamente los utilizamos para escuchar música o disfrutar del sonido de nuestros juegos favoritos, la batería de estos dura mucho más que si, además, utilizamos el micrófono integrado. Si utilizamos el micrófono junto con los auriculares, la batería de estos se reduce más rápido que sin utilizarlo.
Una buena forma de alargar la duración de la batería y evitar que se degrade tan rápido es utilizarlos únicamente sin habilitar el micrófono, no se trata de no hablar, ya que el micrófono seguirá estando activo y consumiendo recursos. Si lo utilizamos para jugar a videojuegos multijugador online con nuestros amigos, podemos utilizar como micrófono cualquier otro auricular que tengamos por casa estableciéndolo como fuente de entrada de sonido dejando los auriculares como fuente de salida únicamente. Es más, en muchos casos existen botones que activan y desactivan esta función, por lo que solo hay que recurrir a ella cuando vayamos a hablar y dejarla en off cuando simplemente estemos escuchando lo que dicen los demás jugadores (o el propio juego).
Ambas opciones podemos configurarlas desde el panel de configuración de Windows aunque algunos juegos también nos permiten configurar el dispositivo de entrada y de salida de audio desde las opciones de configuración, lo que hace que sea mucho más sencillo de cara al usuario. Obviamente, utilizar el micrófono no es el único aspecto que afecta a la su duración. Cuantas más horas los utilicemos al día, menos durará la batería, tanto si lo utilizamos en combinación con el micrófono como sin él.
Cómo comprobar la batería de los auriculares
Obviamente, el primer síntoma que percibirás de que la batería no funciona como debería es que dura muy poco tiempo; es frecuente que unos auriculares que al principio tenían una autonomía de, digamos, 10 horas, pasados un par de años vean esta duración reducida a apenas cuatro, e incluso menos. Esto apunta claramente a un desgaste habitual (dentro de lo que cabe) de la batería. Aunque si no es el caso y esta dura menos de una hora, o incluso si el dispositivo se apaga a los pocos minutos de desconectarlo de la corriente, sabrás que ha llegado la hora de tomar medidas radicales.
También cabe la posibilidad, y esto es más frecuente de lo que piensas, que la batería esté en tan mal estado que se hinche y termine «abriendo» a la fuerza los auriculares desde el interior (puedes ver un ejemplo de batería hinchada justo aquí encima). Esto es, además, muy peligroso y correrás el riesgo de que explote, por lo que en ese caso te recomendamos cambiarla por una nueva porque no hay reparación posible. Cuando veas una pila hinchada, ni tiene nada que hacer salvo retirarla y, a la mayor brevedad posible, ponerla a disposición de un servicio que sepa cómo manipularla con total seguridad.
Piensa que estas baterías, al ser más pequeñas, también sufren más problemas de refrigeración y degradación y, por tanto, no podremos realizar milagros, sobre todo si hemos estado utilizándolas durante un largo periodo de tiempo, es probable que ya estén en su recta final y tengamos que reemplazarlas.
Finalmente, este agotamiento prematuro de la energía está relacionado con una batería que no funciona como debe cuando, por ejemplo, el alcance inalámbrico de los auriculares se reduce demasiado. Las baterías suministran una cantidad de voltaje muy preciso para el buen funcionamiento del dispositivo, pero cuando se va desgastando proporcionan cada vez menos, por lo que la potencia de transmisión inalámbrica se va acortando también.
Cómo reparar la batería de unos auriculares
Prácticamente todas las baterías integradas en unos auriculares, sean del tipo que sean, son de iones de litio, de NiMH o NiCd, así que vamos a ver qué es lo que podemos hacer para repararlas (los métodos son los mismos que, por ejemplo, la batería de un portátil).
Congelar la batería
Si la batería es de NiMH o NiCd, al meterla en el congelador conseguiremos gelificar el electrolito lo suficiente como para que el proceso de carga pueda superar la cristalización, al mismo tiempo que reducimos el movimiento de electrones del interior para que puedan unirse al flujo eléctrico.
Lo ideal para esto es que desmontes la orejera en la que está instalada la batería, que la desconectes y la saques, pero si no quieres hacerlo no pasa nada por meter el dispositivo completo en el congelador, eso sí, protegiéndolo antes. Para conseguirlo cubre la batería o el dispositivo con un paño de tela seco y luego mételo en una bolsa de plástico, a ser posible con cierre tipo Ziploc. Esto es importante ya que una bolsa de plástico sin cierre no aislará la batería de la humedad.
Una vez hecho esto, mete la batería en el congelador durante unas 10 horas. Una vez haya pasado ese tiempo, saca el dispositivo del congelador, retira su envoltorio y, muy importante, deja que se descongele al aire durante unas horas. Cuando esté totalmente descongelada vuelve a instalarla y mira a ver si ha dado resultado.
Aplicar sobrevoltaje
Otro método, más peligroso, es el de aplicar sobrevoltaje a la batería, pero hay que tener muchísimo cuidado porque podríamos provocar que explote si no lo hacemos correctamente. Por este motivo es recomendable utilizar gafas y guantes de seguridad con el objetivo de evitar posibles percances. Recuerda que si te decides a usar este método, debes ser consciente de los riesgos y asumir plenamente las consecuencias que puedan derivarse de una mala operación. Por lo que en caso de que no te veas lo suficientemente preparado o no hayas experimentado antes con procesos similares, optes por dejar a un profesional que lo haga.
Este método consiste en extraer la batería, meterla unos cables finos en los pines y conectarlos a una fuente USB de 5 V, a ser posible a una que tenga 2A o más de intensidad. Necesitarás obviamente un cable USB viejo que puedas cortar y pelar. En teoría, hay que dejar la batería conectada durante unos 15 minutos, tiempo en el que la carga «de más» que le estamos metiendo habrá restaurado una parte importante de su capacidad perdida.
Cómo reemplazar la batería por una nueva
El proceso es realmente muy sencillo, ya que la gran mayoría de baterías de auriculares viene con un conector que puede tener dos o tres pines. Simplemente tendrás que abrir los auriculares para sacar la batería, anotar su referencia o voltaje y amperaje, y hacerte con una igual (en tiendas en línea chinas e incluso en Amazon puedes hallarlas si los auriculares son de marca de renombre, y además son bastante baratas). Luego simplemente retiras una batería e instalas la nueva, conectando el cable en su sitio y volviendo a cerrarlo todo después.
En el caso de que tus auriculares no dispongan de conector para la batería y que esta venga soldada, tendrás que desoldar con un soldador de punta fina los cables y llevar a cabo el proceso inverso a la hora de instalar la nueva batería. Esta operativa no tiene complicación alguna, pero sí que es cierto que hay que ser un poco manitas para ello y si no te sientes especialmente seguro, o bien recurras a alguien que sepa hacerlo, o no sigas no sea que se provoquen daños innecesarios
En cualquier caso te recomendamos que si al abrir el auricular para acceder a la batería ves que la zona tiene óxido o que está corroída, no te molestes en intentar una reparación o en reemplazar la batería porque, por seguridad, lo más recomendable es (lamentablemente) reemplazar los auriculares por unos nuevos, ya que es bastante probable (especialmente si el síntoma inicial era que los auriculares ni siquiera encienden) que se haya estropeado el circuito eléctrico de estos. Eso tira por tierra cualquier alternativa de recuperación y te obligará a buscar una buena oferta en alguna tienda y tirar los viejos a la basura (al cubo de reciclaje que corresponda).
Y por desgracia, la batería es el elemento clave que permite que tus auriculares puedas llevarlos por la calle funcionando, por lo que es imposible renunciar a ellos salvo que tengas un modelo que, además de conexiones wireless, sea capaz de conectarse a través de un cable de minijack o USB hasta la fuente emisora del sonido. Un ordenador, un teléfono móvil, una tablet e incluso una consola.