La mayoría de tarjetas gráficas modernas (salvo las de gama baja) cuentan con backplate, ese elemento generalmente metálico que se instala en la parte trasera y que, en muchas ocasiones, parece más un elemento de diseño que algo realmente útil. Vamos a contarte, en este artículo, si el utilizar o no un backplate en una tarjeta gráfica mejora realmente la temperatura de la misma, de manera que podremos saber si este elemento tiene una función que va más allá de servir de adorno.
Realmente el backplate de las tarjetas gráficas tiene una triple función (al menos en teoría): inicialmente, y todavía en muchos casos es un mero elemento decorativo, pero si el backplate es metálico también sirve para mejorar la temperatura, especialmente si el PCB de la gráfica tiene elementos en esta parte trasera como chips de memoria, y también sirve para darle mayor rigidez a la tarjeta gráfica, algo que es de agradecer especialmente en gráficas de gran longitud para evitar que se doblen tan fácilmente.
¿Ayuda el backplate a mejorar la temperatura de la gráfica?
Normalmente, los productos que son más baratos se producen de una manera más simple para alcanzar el precio objetivo, y por eso si tomamos como ejemplo las tarjetas gráficas de gama baja o media-baja, veremos que la mayoría no tiene backplate. Este elemento, para muchos, es algo que solo sirve para mejorar la estética, pero la realidad como vamos a ver a continuación es bien diferente.
La prueba realizada es muy sencilla: se utiliza una misma tarjeta gráfica (en esta prueba, una AMD RX 5600 XT) con y sin backplate ejecutando la misma prueba (The Witcher 3: Wild Hunt en UHD con todo al máximo durante 30 minutos) y se mide la temperatura en la superficie de la parte trasera del PCB con una cámara termográfica, pero más tarde también vamos a ver las temperaturas medidas mediante software.
Este es el resultado medido con la gráfica sin backplate instalado:
Podemos ver que la GPU está en torno a 66ºC, mientras que la zona más caliente de la zona de los conversores de voltaje ronda los 61ºC y los chips de memoria están sobre los 62ºC.
Ahora, este es el resultado de temperatura de la misma gráfica en la misma prueba pero con su backplate de serie instalado:
Aquí la GPU se encuentra a 60,7ºC, las memorias en torno a 60ºC y la zona de los VRM a 60,6ºC en su zona más caliente. Parece obvio que la temperatura se ha visto notablemente reducida, pero también podemos achacarlo a que obviamente no estamos midiendo los parámetros en los chips como tal, sino en el backplate que está en contacto con ellos y, por lo tanto, los chips podrían estar más calientes.
Para determinar si hay una diferencia real, vamos ahora a ver estos mismos datos pero arrojados por el software en lugar de por una cámara termográfica:
Aquí se ve claramente que la GPU con backplate (línea roja) está a una temperatura muy inferior a cuando se ha medido sin él (línea azul oscuro), y es que de hecho hay una diferencia de unos 9ºC. Lo mismo sucede con la zona más caliente con backplate (línea naranja) y sin él (línea azul claro), pues podemos ver una diferencia de varios enteros en cuanto a la temperatura alcanzada, pese a que parten de la misma.
Además, si os fijáis en las líneas amarillo y rosa (ventilador) podemos ver que sin backplate el ventilador se ve obligado a girar más deprisa todo el tiempo para evacuar mejor el calor, lo que a su vez estará generando más ruido. Ya sabéis cómo va esto, y es que a mayor temperatura los ventiladores tienen que girar más rápido, así que es sinónimo de un mayor nivel de ruido.
En conclusión, utilizar un backplate en una tarjeta gráfica ya no es solo un elemento estético, sino que mejora y mucho su temperatura y por lo tanto reduce el ruido que emiten los ventiladores de la tarjeta gráfica, por lo que podemos considerarlo ya un elemento bastante importante en términos de refrigeración de las tarjetas gráficas modernas.