Montar un ordenador realmente no es muy complejo, ya que cada componente tiene un único punto y posición de instalación. Y aunque uno de los procesos más sencillos a la hora de montar un ordenador es la instalación del disco duro o SSD, en este artículo te explicaremos paso a paso el proceso para instalar un nuevo disco duro o SSD en tu ordenador.
Ya sea que vayas a instalar un disco duro o SSD adicional en el PC para ampliar su capacidad, o que vayas a cambiar de unidad de almacenamiento para mejorar la que tenías, el proceso es bastante sencillo y es complicado equivocarse (de hecho, prácticamente imposible), y lo único que debes tener en cuenta es ser delicado con los componentes, pues aunque el hardware moderno está hecho para durar no es ni mucho menos resistente a golpes.
Instalación física de la unidad de almacenamiento
Como hemos mencionado antes, es complicado equivocarte a la hora de instalar un nuevo disco duro o SSD en el ordenador porque básicamente solo puede ir en un sitio, aunque como es lógico depende de la caja y la placa puede tener varios puntos de anclaje y conexión diferentes, pero todos ellos son iguales. Así pues, suponiendo que lo que quieres es instalar una nueva unidad, lo primero que debes hacer es localizar dónde se pueden instalar. Y como en términos de almacenamiento tenemos tres posibilidades, vamos a verlas por separado.
Instalar disco duro de 3.5 pulgadas
Los discos duros tradicionales tienen un formato de 3.5 pulgadas, y debes saber que muchas cajas modernas de PC han dejado de incluir bahías para instalarlos. Si tu caja tiene espacio para estas unidades no te costará mucho localizarla, ya que suelen estar en racks con bandejas extraíbles, normalmente para 2 ó 3 unidades las unas encima de las otras.
El proceso de instalación depende del fabricante de la caja, pero generalmente es tan sencillo como extraer la bandeja, colocar el disco duro en ella haciendo coincidir los soportes laterales a ambos lados y volver a colocar la bandeja en su lugar. No tiene ningún misterio.
Tras colocar la unidad de disco duro de 3.5 pulgadas en su bandeja y esta en su rack correspondiente, ya solo queda conectarlo. Los discos duros necesitan dos cables para ello: uno de alimentación que va directo a la fuente de alimentación del PC (generalmente, SATA) y otro de datos (generalmente SATA 3).
Como hemos mencionado ya, el conector de alimentación va a la fuente de alimentación del PC, mientras que el conector de datos deberás conectarlo a uno de los conectores SATA de tu placa base.
Instalar un SSD o disco duro de 2.5 pulgadas
El segundo escenario en el que podemos encontrarnos a la hora de querer instalar una nueva unidad de almacenamiento en el PC es que ésta sea de 2.5 pulgadas, y a este respecto puede ser un disco duro mecánico o un SSD. Generalmente, las bandejas que hemos visto para los discos duros de 3.5 pulgadas también permiten la instalación de unidades de 2.5 pulgadas, con la única diferencia que tendríamos que atornillarlas a la propia bandeja, pero el resto del proceso de instalación y conexión sería exactamente el mismo.
Sin embargo, hoy en día sí es frecuente que las cajas de PC tengan espacios exclusivamente diseñados para estas unidades en alguna parte, sea encima de la cubierta inferior o sea por detrás de la placa base.
En este caso, podemos encontrarnos o bien pequeñas bandejas individuales más pequeñas (pues estas unidades son de 2.5 pulgadas y no de 3.5 pulgadas) que funcionan igual que en los discos duros, o bien zonas a las que podremos atornillarlos directamente. En todo caso, la instalación es igualmente simple, al igual que lo es su conexión ya que estamos hablando de SSD o discos duros SATA, por lo que el cableado y los conectores son idénticos a la situación anterior.
Cómo montar un SSD M.2
El tercer escenario en el que te puedes encontrar es que hayas comprado un SSD moderno, en formato M.2. En este caso no necesitas conectar ningún tipo de cable, ni de datos ni de alimentación, ni tampoco necesitas que la caja tenga un espacio dedicado a ello puesto que este tipo de unidades se instalan directamente en la placa base.
En esta situación, el proceso de instalación no podría ser más simple, y solo debes tener en cuenta algunas consideraciones previas, como dónde están los zócalos M.2 en tu placa base (puedes verlo en su manual) o si tienes que desmontar previamente un disipador pasivo.
De esta forma, recuerda que para instalar un SSD en formato M.2 simplemente debes hacer coincidir su conector con el del zócalo en la placa; fíjate que tiene una muesca, así que solo puede entrar en una posición.
Cuando hayas introducido la parte del conector, presiona hacia abajo en la parte opuesta de la unidad hasta que la muesca que tiene en el PCB coincida con el punto de anclaje de la placa; algunas placas tienen un sistema de retención que con simplemente girar una pieza de plástico el SSD ya queda fijado, mientras que en otras muchas tendrás que ponerle un tornillo.
Una vez atornillado, ya estará listo para funcionar, pero de nuevo dependiendo de tu placa base es posible que quieras volver a poner el disipador pasivo en su sitio si es que lo tuviste que desmontar previamente.
Cómo configurar el SSD o disco duro en Windows
Una vez que hayas terminado de montar el disco duro o SSD en el equipo, hay que hacer que funcione. Si es un nuevo PC, tendrás que realizar el habitual proceso de instalar Windows y demás y en ese caso no hay que hacer ningún paso previo, pero en el caso de que simplemente hayas añadido más almacenamiento al PC sí que hay que hacer algunas cosas para que el sistema lo reconozca y puedas empezar a utilizarlo. Para ello, sigue estos pasos:
- Haz clic con el botón derecho del ratón en el botón Inicio y luego selecciona Administración de discos.
- En la ventana que se abre, verás que en la zona inferior aparecerá una zona en negro que indica «No asignado». Ese es tu nuevo disco duro o SSD, así que debes hacer clic derecho sobre ello y seleccionar «Nuevo volumen simple».
Cuando pulses sobre esta opción, aparecerá el típico asistente que te irá preguntando qué sistema de archivos quieres utilizar, si quieres ponerle un nombre a la unidad y qué letra quieres asignarle. Si no quieres complicarte mucho la vida, dale a Siguiente todo el tiempo porque con las opciones estándar que nos ofrece Windows ya nos vale.
¿Es posible que Windows no detecte mi nueva unidad o disco duro?
No es algo que suela suceder de forma común, pero si que es verdad que puede haber alguna ocasión en la que Windows es posible que no reconozca un dispositivo que se acaba de instalar, lo que causa que obviamente no lo podamos utilizar. Realmente no es algo de lo que debamos preocuparnos al instalar un componente nuevo, pero si os ha sucedido, es probable que tengáis que «obligar» al sistema operativo a reconocer el dispositivo que hayáis instalado, y esto realmente es algo muy sencillo de hacer, ya que tan solo tenemos que seguir una serie de pasos para solucionarlo.
De primeras, tenemos que asegurarnos que lo que falla es del sistema operativo y no de los componentes del PC, por lo que en un principio debemos comprobar que el dispositivo está bien conectado, cambiando el cable en caso de funcionar mediante SATA, o de zócalo en caso de utilizar un formato PCI. Una vez hemos comprobado que el problema reside en el sistema operativo, tan solo debemos hacer que este lo reconozca, lo que nos permitirá ver si el problema reside en el SO o si por el contrario es posible que nuestra unidad o disco no esté funcionando correctamente.
Para ello tan solo debemos abrir el administrador de dispositivos, e ir hasta el apartado «Unidades de disco», y una vez aquí hacer clic sobre el para consultar el desplegable de todas las unidades que Windows ha detectado. Para conocer si el sistema operativo no ha sido capaz de detectar nuestra unidad o disco, realmente solo tenemos que consultar el nombre de los dispositivos que salen, ya que si encontramos alguno que tenga un nombre genérico como «MassStorage», tendremos que actualizar el controlador, haciendo clic derecho sobre el y seleccionando esta opción, lo que debería hacer que funcione.