MSI GE63VR 7RF Raider

MSI GE63VR 7RF Raider

Rodrigo Alonso

Hacía ya un tiempo que no analizábamos uno de los nuevos portátiles de MSI, categoría en la que sin duda el fabricante destaca por encima de los demás como mínimo en catálogo, así que hoy volvemos a la carga para ofreceros nuestro análisis detallado del nuevo MSI GE63VR 7RF Raider, un portátil que como no podía ser de otra manera está orientado a jugar al máximo nivel y que, según palabras del fabricante, ofrece el rendimiento de un equipo de sobremesa en formato portátil.

Y ya puede por el precio que tiene, la verdad, pues no hay mucha gente dispuesta a gastarse los 2.150 euros que cuesta este equipo en tiendas de España, pero desde luego que quien lo hace es porque espera un rendimiento acorde. Y lejos de querer decepcionar a los usuarios, MSI ha instalado en este GE63VR 7RF hardware que como siempre utiliza las últimas tecnologías, y que en este caso incorpora una GeForce GTX 1070 de sobremesa como GPU dedicada, que no es poca cosa precisamente.

En seguida vemos el hardware que monta, pero antes vamos a repasar las tecnologías que MSI incorpora en este y en la mayoría de sus portátiles de la serie Gaming, pues al igual que el hardware interno ha ido evolucionando y utilizando las últimas generaciones de cada cosa, las tecnologías que el fabricante utiliza en sus equipos también lo ha ido haciendo.

Nuevo teclado SteelSeries mejorado con iluminación por tecla: Ahora ya no solo podremos configurar la iluminación RGB por zonas o secciones, sino que el fabricante ha evolucionado el sistema de iluminación para permitir una configuración individual por tecla, como si se tratara de un teclado mecánico Gaming de escritorio.

Cooler Boost 5: MSI siempre ha presumido de los sistemas de refrigeración empleados en sus equipos, y en éste GE63VR 7RF Raider no es una excepción. Su sistema Cooler Boost 5 utiliza nada menos que siete heatpipes y cuatro flujos de aire para que tanto GPU como CPU estén siempre a una temperatura óptima.

Giant Speaker: El fabricante ha aumentado el tamaño de los altavoces integrados -mantiene la tecnología Dynaudio- para una mejor calidad de sonido. Ahora se incorporan dos altavoces y dos woofers de mayor tamaño para un sonido más realista y satisfactorio.

Puertos USB 3.1 iluminados: El equipo incorpora una función que permite iluminar los dos puertos USB 3.1 Type-A con los que cuenta, de manera que será más fácil dar con ellos en la oscuridad.

Además de todo lo mencionado, el portátil incorpora todas las tecnologías de generaciones pasadas, como el chásis construido en aluminio cepillado, la pantalla con 120 Hz de frecuencia de refresco y 3 ms de tiempo de respuesta, ideal para juegos rápidos, y con tecnología True Color, el sistema VR Ready con salida HDMI 2.0 para sistemas de realidad virtual y audio mejorado, así como la posibilidad (dependiendo del hardware interno) de contar con la tecnología SuperRAID 4 de almacenamiento. De igual manera, a destacar que el equipo cuenta con diversos perfiles pre configurados tanto de refrigeración y rendimiento como de visualización de pantalla, para adaptarse a las necesidades de cada usuario.

CARACTERÍSTICAS TÉCNICAS

Tomadas de la web del fabricante.

Ya sabéis que generalmente hay varias versiones del mismo portátil dependiendo del hardware interno, así que vamos a pasar a enumerar las que tiene el modelo que el fabricante nos ha enviado para analizar.

Como podéis ver, se trata de un portátil cuya característica -de hardware- fundamental es la inclusión de una GTX 1070 8 GB de sobremesa, porque por lo demás es más bien “normalito” teniendo en cuenta lo que es habitual dentro del catálogo de MSI.

ANÁLISIS EXTERNO

En este caso, y a diferencia de otras gamas como la Dominator o la Stealth, el equipo viene embalado en una caja de cartón duro a todo color, en cuya cara frontal simplemente vemos un dibujo de una especie de dragón mecánico, con el logo de MSI, la serie GE Raider y poco más.

Es en la parte posterior del embalaje en la que tenemos resumidas sus características principales en doce secciones en las que el fabricante nos cuenta las bondades del equipo.

Como siempre, en una etiqueta blanca en uno de los laterales es donde encontramos las especificaciones técnicas (como nota, me ha hecho gracia donde pone “Color: black, black, black, black”, haciendo bien de énfasis en que es negro).

Abrimos la caja en forma de cofre y nos encontramos con el equipo. No hagáis mucho caso a como viene en la imagen, pues tened en cuenta que como es habitual lo que nos envían es una muestra para análisis que ha pasado por diez manos antes que las nuestras, y a veces vienen las cosas… como vienen.

Como accesorios, en éste caso tan solo encontramos los habituales panfletos con la garantía, instrucciones y demás.

Y por supuesto la fuente de alimentación externa con su cable correspondeinte.

La fuente está como siempre fabricada por Chicony, y en este caso tiene 230 vatios de potencia.

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Vamos ahora a ver el equipo. Tal y como comentábamos al principio tiene un armazón fabricado en aluminio cepillado de color negro, muy elegante y resistente pero que tiene como pega que se quedan las marcas de los dedos en seguida.

Como siempre, el logo de la marca adorna esta parte, y se iluminará cuando el equipo esté encendido.

En la parte inferior tenemos un armazón de plástico con unas generosas rejillas de ventilación y adornado, si os fijáis un poco, con el logo del dragón de MSI. Cuatro grandes patas de goma elevan unos milímetros el portátil de la superficie donde lo coloquemos para dejar pasar el aire.

Vamos con los laterales. En el frontal no tenemos nada salvo los habituales LEDs indicadores de estado.

Por detrás tampoco hay nada salvo dos salidas de aire (y es de agradecer que estén por detrás y no en los laterales para que no creen sensación de incomodidad cuando estemos utilizando el equipo).

En el lateral derecho tenemos un lector de tarjetas 2 en 1, dos USB 3.1 iluminados, una rejilla de entrada de aire y el conector de alimentación.

Finalmente, en el lateral izquierdo tenemos el resto de la conectividad, que incluye (de izquierda a derecha) el cierre de seguridad Kensington, otra rejilla de entrada de aire, RJ-45 Gigabit, HDMI, mini DP / Thunderbolt 3, USB 3.1 Type-A, USB 3.1 Type-C y minijacks de audio.

Aquí tenéis el equipo con la tapa abierta, donde podemos ver pantalla, webcam, teclado, touchpad y demás.

Aquí el teclado y el touchpad más de cerca.

Y aquí los botones (de arriba hacia abajo) de encendido, cambio de perfil de color del teclado y Cooler Boost (pone los ventiladores a tope durante unos segundos para un incremento de refrigeración temporal).

ANÁLISIS INTERNO

Retiramos la tapa inferior con unos cuantos tornillos y podemos acceder al interior del equipo rápida y fácilmente. Por cierto, mirad los cuatro altavoces en la zona inferior.

Como podéis ver, en total tenemos efectivamente siete heatpipes de cobre aplastadas que dan servicio cinco al procesador y tres a la gráfica, estando una de ellas compartida por ambas. Todo el entramado desemboca en dos ventiladores de tipo blower para refrigerar el conjunto.

En la zona izquierda tenemos el disco mecánico de 2,5 pulgadas, justo al lado del módulo combo WiFi + Bluetooth.

Hay dos zócalos SO-DIMM para memoria RAM, aunque en este caso solo hay ocupado uno de ellos por un módulo DDR4 de 16 GB a 2400 Mhz. Una pena que un fabricante de la talla de MSI siga poniendo en sus equipos de gama alta un solitario módulo, que no aprovecha el dual channel y por lo tanto nos va a entregar un pobre rendimiento de memoria. Afortunadamente como hay un zócalo libre siempre podremos adquirir otro módulo aparte y ponerlo nosotros.

Al lado de la memoria RAM se encuentran los zócalos M.2 (hay dos en total), cubiertos por una placa electrónica que no he logrado identificar.

Esta placa se puede quitar con solo dos tornillos y nos da acceso a los zócalos, uno de ellos ocupado por un disco de interfaz SATA 3 en este caso, aunque es compatible con SSDs PCIe NVMe si queremos.

Finalmente, la batería. Solo quitando un tornillo la podemos extraer fácilmente, una ventaja si queremos cambiarla.

TESTEO

Temperatura

La temperatura es un factor que podría llegar a preocupar bastante en un equipo con hardware dedicado al Gaming y que tiene reducidas dimensiones como en éste caso. Sin embargo MSI presume de su tecnología Cooler Boost 5 con dos disipadores de tipo blower, así que a ver qué tal se comportan a la hora de la verdad.

Para medir la temperatura hemos realizado las pruebas de siempre: en reposo (dejándolo sin hacer nada durante 20 minutos), en carga (estresando el procesador con Prime95 y la gráfica con Furmark al mismo tiempo durante 20 minutos, a la vez que hacíamos un test de lectura secuencial para los discos duros con Aida64). Se ha tomado el dato de temperatura más elevado en cada caso con el software gratuito Open Hardware Monitor. Hay que tener en cuenta que el dato de temperatura que se muestra en la siguiente gráfica es el Delta, es decir, la temperatura medida menos la temperatura ambiente. De esta manera se muestra el incremento de temperatura sin importar qué temperatura ambiente tengamos en cada momento.

He de decir que las temperaturas son sorprendentemente buenas. Recordemos que estamos ante un portátil equipado con un procesador Core i7 y una gráfica de sobremesa dedicada, todo en un espacio reducido, así que aunque parezcan altas en realidad son estupendas. Eso sí, el equipo sometido a máxima carga es rumoroso.

El software

Como buen equipo de MSI incorpora el software Dragon Center que nos permite controlar y monitorizar prácticamente todos los parámetros del equipo. Ya lo hemos visto varias veces con anterioridad así que no vamos a entrar a explicar cada punto, pero os ponemos sendas capturas de todos sus parámetros para que podáis verlo por si tenéis curiosidad.

Pruebas sintéticas

Como siempre, comenzamos con una captura de GPU-z y CPU-z para mostraros lo que tenemos entre manos (clic para ampliar las imágenes).

Como podéis ver, el equipo conserva la gráfica Intel HD integrada aunque tenga una dedicada, algo que beneficiará la autonomía de batería y generará menos calor cuando estemos con el equipo en reposo.

Vamos ahora sí con las pruebas sintéticas.

CrystalDisk Mark

Disco mecánico:

SSD:

En ambos casos estamos ante un rendimiento de almacenamiento dentro de lo normal, nada del otro mundo pues recordemos que en ambos casos la interfaz es SATA 3. Eso sí, el SSD tiene un rendimiento estupendo para ser SATA, cerca del máximo que da esta interfaz.

Aida64

Tal y como augurábamos, el rendimiento de la memoria es paupérrimo. Es lo que pasa por instalar un solo módulo y desaprovechar la posibilidad de que ésta funcione en modo de doble canal.

Cinebench

Tanto el procesador como la gráfica nos entregan un rendimiento estupendo en ésta prueba de renderizado, a la altura de un equipo de sobremesa tal y como anunciaba el fabricante.

3DMark

Como de costumbre, éste es el mejor benchmark para medir el rendimiento 3D del equipo. Recordad que en éste caso tenemos entre manos una GTX 1070 8GB de sobremesa, una gráfica de gama media-alta.

El rendimiento en 3DMark es excepcional. El mes pasado analizamos el MSI GS63VR 7RF Stealth Pro que montaba una GTX 1060 6GB y que nos dio una puntuación de 3421 en Time Spy, 8696, 4744 y 2506 en Fire Strike, FS Extreme y FS Ultra respectivamente, unas puntuaciones muy inferiores a las que vemos en este equipo que lleva montada la siguiente gráfica de NVIDIA en cuanto a rendimiento. Menudo salto de prestaciones, al menos en 3D.

SteamVR

Cerca de terminar y antes de ponernos con los juegos, éste es el resultado que nos ha dado el benchmark SteamVR para sistemas de realidad virtual.

Juegos

Como de costumbre, hemos probado unos cuantos juegos para ver el rendimiento real de este equipo en la que es al fin y al cabo su finalidad: juegos. Lo hemos hecho como de costumbre: a resolución Full HD y con los ajustes gráficos al máximo para representar la opción más económica de éste portátil, que es la que MSI nos ha enviado.

Éstos han sido los resultados:

Tal y como podéis apreciar en la gráfica de rendimiento, y en la de SteamVR de más arriba, el MSI GE63VR 7RF Raider va más que sobrado para cualquier juego actual jugando al máximo en su pantalla Full HD. Lo que podíamos esperar, ni más ni menos.

CONCLUSIÓN

El MSI GE63VR 7RF Raider es sin duda un gran portátil para juegos, gracias a que incorpora una GeForce GTX 1070 de sobremesa en su interior que asegura que podremos jugar al máximo a cualquier título del mercado. Además, con todas las nuevas tecnologías que MSI va trayendo bajo el brazo en cada nueva generación de portátiles, el fabricante se va superando a sí mismo.

Eso sí, me parece imperdonable que un fabricante de la talla de MSI siga instalando en sus portátiles módulos de memoria RAM en solitario, desaprovechando el doble canal y perjudicando el rendimiento del equipo, que podría ser todavía mejor.

PROS:

  • Muy buen rendimiento, especialmente en juegos.
  • Bajo peso y reducidas dimensiones.
  • Excelente calidad de sonido.
  • Estética Gamer.
  • Teclado con iluminación por tecla.
  • Dos de los puertos USB están iluminados. Un puntazo.
  • Buena refrigeración.

CONTRAS:

  • Pobre rendimiento de memoria RAM.
  • Caro (2.150 euros) para no llevar si quiera un SSD PCIe NVMe.

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