La falta de opciones de los fabricantes de discos duros ante la creciente demanda del mundo de los centros de datos tuvo su tregua a inicios del año 2013, cuando una tecnología bastante revolucionaria propició que unos y otros siguiesen de la mano. Casi de forma providencial y tras años de I+D, la tecnología SMR llegó para volver a marcar terreno a los SSD y su aumento de capacidad, pero ¿qué es realmente SMR y cómo impulsó el sector tanto de escritorio como de servidores?
En cualquier caso, el objetivo de cualquier fabricante de discos duros se basa en tres factores: mayor capacidad, mayor velocidad y mayor seguridad. A estos se le podría sumar un cuarto que no siempre va unido a ellos o al menos no a todos ellos, como es un menor coste de producción.
SMR: la tecnología que logró un aumento de la densidad del área
La tecnología SMR no fue la única que los fabricantes implementaron en su momento para lograr una mayor capacidad general en sus HDD, por ello, normalmente al hablar de SMR se suele hablar de PMR al mismo tiempo, ya que son contemporáneas.
En cualquier caso, SMR es el acrónimo de Shingled Magnetic Recording y es una tecnología que ha permitido aumentar la cantidad de bits de información que se pueden registrar en un área específica de un disco duro magnético. Evidentemente, cuanto más bits de información se puedan almacenar en un sector, más grande será la capacidad del HDD.
SMR es casi una extensión de PMR, ya que no se entienden una sin la otra. PMR logró algo muy importante: reducir el límite físico del cabezal del HDD a la hora de escribir o leer. Esto lograba escribir más bits en el mismo espacio, lo cual fue un alivio para el sector de discos duros, pero no era suficiente.
La tecnología SMR va un paso más allá y logró algo hasta ahora no concebido: permitir que una pista magnética se superponga a una parte de la previamente escrita en orden para aumentar la densidad del área. Lo que se consigue es que sea posible que el cabezal de lectura pueda obtener los datos escritos de la parte descubierta de las pistas magnéticas.
Menor espacio usado para escritura equivale a mayor densidad final
Para entender lo revolucionario de esta técnica, hay que tener en cuenta que en un HDD sin ella, las pistas magnéticas están superpuestas de forma paralela entre sí y de forma perpendicular (solo con grabación perpendicular), es decir, unas al lado de las otras.
En cambio, con SMR las pistas se pueden solapar unas encima de otras debido a que el cabezal de lectura solo requiere un área más estrecha que la pista magnética que escrita. Esto solo funciona cuando los datos que se van a escribir son nuevos y no editados o sobrescritos.
El porqué es simple, evitar dañar las pistas adyacentes. Para ello, los datos editados se escriben en un área vacía del disco, mientras que la pista original se mantiene sin cambios temporalmente. Para no llenar el HDD con datos duplicados o modificados, cuando éste esté totalmente inactivo los mecanismos de reorganización entrarán en funcionamiento, borrando los datos de la pista magnética original y con ello estarán disponibles nuevamente para albergar más datos.
Los problemas de la tecnología SMR
Mucho se ha hablado de que fabricantes como WD, Toshiba o Seagate han utilizado esta tecnología en muchos de sus discos duros sin avisar previamente al usuario, dando como resultado un descontento general tanto por el «engaño» como por las consecuencias que trae consigo.
Un disco con esta tecnología es sustancialmente más lento que uno CRM, y además necesita «periodos de reposo» para poder escribir los índices. Además de eso, se ha reportado que dan problemas cuando se utilizan en entornos NAS con RAID, provocando que falle una reconstrucción de RAID por incoherencia de datos y haciendo que se pierdan los datos contenidos.
Por lo tanto, aunque estos discos duros tienen bastantes ventajas, es recomendable utilizarlos solo cuando no vayan a ser sometidos a cargas intensas de trabajo, ni se vayan a utilizar en entornos RAID.