Nuestros ordenadores llevan décadas haciendo uso de las tarjetas de expansión, aunque muchos no conozcan qué son y para qué sirven este tipo de tarjetas. Hoy en día, su uso está bastante menos extendido que al principio de los tiempos de la informática de consumo, pero, aun así siguen realizando una labor de lo más interesante para los usuarios. En este artículo vamos a ver qué es una tarjeta de expansión para PC y cómo nos puede ayudar a ampliar las posibilidades de este.
Las tarjetas de expansión son un componente cotidiano para cualquier aficionado al hardware y, aunque no lo sepas, incluso una tarjeta gráfica no deja de ser una tarjeta de expansión, por poner un ejemplo.
¿Qué es una tarjeta de expansión?
Como bien indica su nombre, una tarjeta de expansión es una tarjeta con la que se intenta incrementar la funcionalidad de un PC. Es decir, este tipo de dispositivos añaden características a una placa base. Características que, o bien no estaban presentes desde un principio o bien sí lo estaban, pero los chips integrados se nos quedan cortos en potencia o funcionalidad a la hora de usarlos. Por tanto, son instrumentos que nos pueden ayudar a prolongar la vida útil de nuestros equipos.
Han formado siempre parte del PC
En los inicios de la informática de consumo, las placas base carecían de todos los componentes integrados que poseen actualmente, y en consecuencia era el usuario el que debía de añadirlos a su placa base gracias a este tipo de tarjetas. Puertos USB extra, tarjeta de red, tarjeta de sonido, etc. debían de ser todos añadidos manualmente en forma de tarjeta de expansión.
¿Cuántas ranuras para tarjetas de expansión tiene mi placa base?
Como todos sabéis, en las placas base tenemos ranuras «de expansión», y dichas ranuras se crearon, como podéis ver en la anterior foto, para montar en ellas las tarjetas de expansión. Por tanto, a mayor número de ranuras, mayor es el número de este tipo de tarjetas que podremos conectar a nuestro PC. Este número de ranuras suele ser más o menos estándar, según el tamaño de placa base que montemos:
- Placas ATX: máximo de 7 ranuras de expansión.
- Placas micro ATX: máximo 4 ranuras de expansión.
- Placas mini ITX: solo 1 ranura de expansión.
También se puede dar el caso que la tarjeta de expansión que queramos montar ocupe más de una ranura (normalmente no porque tenga varias conexiones, sino por su tamaño, que quedaría tapando las aledañas). Este caso es habitual cuando se trata de las tarjetas gráficas (sí, las gráficas son de este tipo de tarjetas). Como es bien sabido, las tarjetas gráficas suelen ocupar entre una y dos ranuras de expansión (o incluso más) por el ancho de sus disipadores, por eso, habréis escuchado o leído que una tarjeta gráfica es «de dos espacios» u «ocupa dos espacios». Eso hace referencia al espacio físico en planta que ocupa.
Integración versus tarjeta de expansión
Hoy en día, la gran mayoría de placas base integran casi todas las funciones principales en la propia placa. Por ello, tenemos sobre la superficie de su PCB conectores para los puertos SATA, para los USB 3.0 o 2.0, etc. De la misma manera que en su panel I/O trasero también encontraremos el puerto RJ45 que nos permitirá tener conexión de red. Con ello queremos decir que, las tarjetas de expansión han disminuido en su preponderancia desde hace años, pero siguen siendo útiles para muchos usuarios, al fin y al cabo.
La mayoría de tarjetas de expansión hacen referencia a día de hoy a otros productos como pueden ser tarjetas de sonido, tarjetas para SSD M.2 bajo PCIe con protocolo NVMe, sistemas complejos RAID o incluso sistemas CrossFire X o SLI con múltiples tarjetas gráficas. Estas han quedado para usuarios que buscan un rendimiento o características muy específicas, puesto que como hemos comentado antes, la gran mayoría de placas base integran todo lo necesario y como mínimo de lo que puede necesitar cualquier usuario medio.
¿Qué tarjetas de expansión siguen vendiéndose hoy en día?
Pese a que muchos tipos de tarjetas de expansión han desaparecido de las tiendas, otras, en cambio, se siguen vendiendo como el primer día, ya sea por el hecho que su creciente complejidad les impide ser integradas o simplemente que sería contraproducente irlas fusionando con el procesador o el chipset.
Tarjetas Gráficas
Tal y como hemos dicho hace un momento como el ejemplo más claro, las tarjetas gráficas son la «tarjeta de expansión» que más se vende a día de hoy. Y son realmente tarjetas de expansión, porque lo que estás haciendo es darle a tu PC una funcionalidad que de por sí no tiene (en el caso de los procesadores que no tienen gráfica integrada), o mejorando la funcionalidad actual, ya que a todas todas, una gráfica dedicada siempre es más potente que la integrada en el procesador.
Tarjetas de red, WiFi y de sonido
Además de las tarjetas gráficas, otras tarjetas de expansión que siguen vendiéndose hoy en día, aunque en bastante menor medida, son las tarjetas de red (especialmente las que añaden conectividad WiFi a un PC de sobremesa) y las tarjetas de sonido, aunque estas últimas son solo más bien para audiófilos que buscan algo mucho mejor que la que ya viene integrada en las placas base (que, todo sea dicho, por norma general hoy en día tienen ya una calidad excelente).
Tarjetas para añadir puertos para periféricos adicionales
Más allá de esto, y ya en menor medida todavía, podemos ver algunos usuarios que compran tarjetas de expansión para añadir puertos USB a su PC, algo que en realidad es ya casi innecesario para la mayoría puesto que cualquier PC moderno ya viene con conectividad USB más que de sobra, y en el caso de que algún usuario necesite puntualmente más conexiones a este respecto, tiene HUBs USB por bastante poco dinero y que, de hecho, son más cómodos porque los puedes poner donde quieras y así puedes conectar y desconectar los dispositivos USB más cómodamente.
Tarjetas para unidades de almacenamiento SSD M.2
Finalmente, un último añadido son las tarjetas de expansión específicas para SSD en formato M.2. Algunos fabricantes de placas base las incluyen entre los accesorios de sus productos (aunque generalmente solo en los tope de gama), y son dispositivos pensados para hacer RAID de unidades SSD M.2 directamente por hardware para mayor comodidad del usuario que busca un rendimiento extremo en el almacenamiento. Son incluso más raras que las anteriormente mencionadas.
Como podéis ver, aparte de las tarjetas gráficas, el mercado de las tarjetas de expansión para PC es un mercado que está prácticamente muerto, y no porque sea algo peor sino porque, a fin de cuentas, la tecnología ha evolucionado mucho desde su aparición hace ya décadas y hoy en día las placas base de PC ya integran prácticamente todo lo que antes había que añadir a mano mediante estos dispositivos.