Seguramente hayas escuchado hablar de las cajas de concepto abierto para PC, pero quizá no sepas exactamente qué son o para qué se utilizan y, sobre todo, por qué motivos podría llegar a interesarte tener una para tu equipo. A continuación vamos a explicártelo todo al detalle.
Verás que en muchas ferias y eventos como el Computex o el CES, los fabricantes utilizan este tipo de cajas para mostrar su hardware, y lo primero que se te viene a la cabeza, y más con este nombre, es que son cajas para enseñar mejor tu hardware. La realidad es más bien otra, y son cajas que tienen muchas ventajas pero también otras desventajas, así que vamos a hablar de ello en profundidad.
Qué es una caja de concepto abierto
El concepto abierto en una caja se refiere a que no tiene tapas y el hardware es accesible en todo momento sin tener que desmontar nada. En otras palabras, este tipo de cajas no tienen como finalidad el mostrar todo el hardware, sino que éste sea accesible para poder ponerlo y quitarlo con mayor comodidad. De hecho, el concepto nació de los antiguos Test Bench o Test Lab, «cajas» que consistían una mera pieza de metal en la que anclar la placa base, con botones de encendido y reset y poco más.
Este tipo de cajas, como todo en el mundo del hardware, fueron evolucionando a lo que son hoy en día, cuyo concepto abierto debería definirse más bien como «semi abierto», ya que aunque el acceso al hardware interno es mucho más sencillo -por norma general- que en una caja de PC convencional, en realidad no terminan de tener el hardware «al aire», que es lo que dice su definición.
¿Quieres una de estas cajas? Ventajas y desventajas
La principal ventaja está implícita en la definición de caja de concepto abierto: el acceso al hardware es inmediato y no hay que montar y desmontar más piezas que las que queremos poner y quitar.
Otra característica que podría considerarse una ventaja pero que a su vez podría ser una desventaja es la refrigeración. El no tener el hardware «encerrado» en una caja pudiera parecer que sería beneficioso para fomentar una mejor refrigeración, y así sería en una caja que no tenga el flujo de aire bien diseñado y en la que se formaran bolsas de aire caliente. La realidad, no obstante, es bien distinta, porque este tipo de cajas carecen de refrigeración activa ni hay flujo de aire alguno.
En otras palabras, por ejemplo no tenemos ventiladores apuntando a los discos duros o la tarjeta gráfica y eso podría resentirse porque dependeremos mucho de la temperatura ambiental.
La desventaja más evidente es que en este tipo de cajas, el polvo se deposita sobre los componentes con una facilidad pasmosa, y al no tener filtros anti polvo todo se ensucia antes. Por otro lado, y sobre todo para usuarios descuidados, el tener el hardware al aire podría implicar que toquemos donde no debamos y que causemos una grave avería en el hardware, o podríamos hacernos daño si por ejemplo tocamos un ventilador en marcha, así que hay que tener mucho cuidado. Esto, en las cajas modernas de concepto abierto -que como hemos dicho, difieren ya en mucho de los Test Bench originales- no sucede.
¿Quién querría tener una caja de este tipo en su sistema? Quien esté constantemente cambiando de hardware para hacer pruebas o por el motivo que sea y no quiere tener que andar abriendo la caja del PC cada vez. Realmente, no recomendaríamos este tipo de cajas a ningún otro tipo de usuario, ni siquiera por estética.