SSD vs SSHD, ¿merecen la pena los dispositivos híbridos?

SSD vs SSHD, ¿merecen la pena los dispositivos híbridos?

Rodrigo Alonso

En tan solo unos pocos años, los dispositivos de estado sólido (SSD) prácticamente han sustituido a los discos duros mecánicos en el mercado, y más todavía en el de ordenadores portátiles donde en todos los casos el almacenamiento viene instalado de fábrica. Sin embargo, los SSHD están emergiendo en los últimos tiempos, prometiendo lo mejor de los SSD y de los HDD. Así pues, ¿qué opción es mejor? ¿Merece la pena tener un almacenamiento híbrido?

Los SSD suponen un tipo de almacenamiento Flash similar a los pen drives USB, pero mucho más rápidos ya que utilizan memoria NAND. Por otro lado, los SSHD contienen un disco duro normal en su interior pero además memoria NAND que sirve como un enorme búfer de caché (generalmente 8 GB o más). A diferencia de los discos duros tradicionales, los componentes de SSD y HDD de un SSHD se manejan en una sola pieza de hardware.

Ambos tipos de unidades están disponibles en variantes de 2,5 y 3,5 pulgadas, aunque como bien sabréis los SSD también podemos encontrarlos en formato M.2, mucho más pequeño y con la posibilidad de enlazarlo a la interfaz PCIe en lugar de SATA, por lo que son mucho más rápidos.

SSD vs SSHD, comparativa de rendimiento

La velocidad efectiva de lectura y escritura de un SSD SATA 3 suele rondar entre los 550 y los 450 MB/s normalmente. En la siguiente prueba podemos ver una comparativa entre un SSD Seagate lanzada en 2013 con respecto a uno de los nuevos Firecuda SSHD de 2 TB lanzados recientemente. La prueba ha sido realizada utilizando Passmark.

Rendimiento SSHD

Como se puede ver, el SSD es de media bastante más veloz que el SSHD, y de hecho el incremento de velocidad de esta unidad con respecto a un disco duro mecánico no es demasiado notable que digamos.

Rendimiento en tiempos de acceso

Una de las mejores ventajas que tiene un SSD frente a un disco duro tradicional es que, al no tener partes móviles, no tiene que esperar a que los platos giren y que el cabezal de lectura se sitúe en la posición correcta para acceder a datos concretos, sino que pueden ir directamente a ellos. Esto es lo que se llama tiempo de acceso, y el de los SSDs ha sido desde sus orígenes mucho más corto que el de los discos duros, por lo que podemos decir que tienen un rendimiento muy superior a este respecto. Pero, ¿qué pasa con los SSHD?

Pues sucede casi lo mismo que con los discos duro mecánicos. A pesar de que tienen cierta cantidad de memoria NAND que usan como caché, si el dato que se necesita no se encuentra en ésta en el momento en el que se necesita tiene que recurrir a su parte mecánica, tardando lo mismo que un disco duro tradicional. Nuevamente, gana un SSD y por mucha diferencia, del orden de 10 veces más rápido.

Precio vs capacidad

Actualmente, puedes encontrar SSDs SATA 3 de 500 GB (480-512 GB dependiendo de la tecnología de memoria que emplee) por menos de 50 euros si encuentras una buena oferta, aunque el precio habitual ronda más bien los 70 euros. Por su parte, los SSHD de 1 TB de capacidad (el mínimo en el que se ofrecen) tienen un precio de unos 75 euros, mientras que las unidades de 2 TB rondan los 110 euros.

En otras palabras, los SSHD tienen una ventaja sobre los SSD, y es su precio por GB incluso cuando hablamos de SSDs SATA 3, que son los más baratos actualmente. El precio por GB de un SSD SATA 3 y de 2,5″ es de aproximadamente el doble el que de un SSHD, y por lo tanto son estos últimos los que salen ganando en este apartado.

Sin embargo, también hay que tener en cuenta otro factor a este respecto que es la disponibilidad, ya que en la actualidad es tremendamente sencillo encontrar SSD SATA 3 e incluso con ofertas bastante interesantes mientras que encontrar un SSHD es, a día de hoy, una tarea que puede llegar a ser bastante complicada dado que tanto los fabricantes como las tiendas parecen haber perdido el interés en este tipo de producto.

Esperanza de vida: SSD vs SSHD

Como bien sabréis, los SSD tienen una vida útil limitada dado que los chips NAND se van degradando con el uso (en cuanto a borrados y escrituras, las lecturas no producen degradación). Y, aunque con las nuevas tecnologías la esperanza de vida de los SSD es cada vez mayor y pueden durar más de 20 años con una utilización «normal», esto no es tan acusado en los SSHD.

SSHD

La esperanza de vida de los SSD se mide en TBW y varía bastante en función del fabricante y la tecnología utilizada. Dado que los SSHD tienen relativamente poca capacidad de memoria NAND y esta se utiliza como caché, su durabilidad es de aproximadamente 10 veces más que la de los SSD. No obstante, en los últimos tiempos la tecnología de SSD ha evolucionado mucho y con una utilización normal (escribir 30 GB al día de media) un SSD puede durarte literalmente varias décadas, por lo que tampoco es que podamos decir que esto es un problema a día de hoy.

Entonces, ¿qué tipo de almacenamiento es mejor?

Como os hemos mostrado, cada tipo de tecnología tiene sus ventajas y sus desventajas; mientras que un SSD tiene un rendimiento mucho mayor, un SSHD es bastante más barato (cuesta la mitad en cuanto a precio por GB) y su esperanza de vida es mayor (en torno a 10 veces más), pero aun así con las nuevas tecnologías de los SSD, tampoco es que su esperanza de vida vaya a ser una preocupación para la mayoría de usuarios, pues su esperanza de vida generalmente es superior al tiempo que nos suele durar un PC.

Así pues, y respondiendo a la pregunta, consideramos que un SSD es una mejor opción, pero si andas corto de dinero y/o necesitas una mayor capacidad, un SSHD tampoco es una mala opción hoy en día, siempre y cuando tengas en consideración que no vas a tener el mismo rendimiento.

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