No, no nos hemos vuelto locos y es que sería posible hacer tarjetas gráficas sin memoria propia. Al fin y al cabo estas son las más usadas en el mercado y no lo decimos por decir, ya que la integrada en el procesador de vuestro PC cumple con dicha especificación. No obstante, nos referimos a lanzarlas como tarjetas de expansión. Pues bien, en este artículo aprenderéis el motivo por el cual nadie las hace y no se encuentran a la venta.
El motivo por el cual los diferentes componentes tienen memoria propia es para evitar contenciones y peleas por el acceso a la misma con la CPU y por el hecho de que estos rinden mucho mejor teniendo su propia memoria. Este es el caso de las tarjetas gráficas. Sin embargo, hoy os traemos un concepto que a muchos os puede sonar extraño, pero que no es tan disparatado, dado que en muchos sistemas de la historia se ha dado, ¿por qué no en PC? Bueno, os lo explicamos.
¿Tarjetas gráficas sin memoria?
Pues aunque os parezca una imposibilidad, sería posible hacerlas, sin embargo, no tendrían el mismo rendimiento de las unidades pensadas para gaming debido a que harían uso de la memoria RAM del sistema para ello, a la que accederían a través del puerto PCI Express. Es decir, no podrían ser mejor que una tarjeta gráfica integrada, pero lo bueno es que las podríamos ver en forma de tarjeta de expansión M.2 gracias a ello. ¿Por qué no se ven? Pues por el hecho que al no alcanzar mayor potencia que una iGPU, pues, no dejan de ser una redundancia y una estupidez.
Sin embargo, es posible hacerlo y todo se debe a una particularidad y es que las GPU están acostumbradas a trabajar con dos memorias distintas:
- Una es la memoria local a la que acceden a través del controlador de memoria integrado en la GPU y que se suele encontrar en la memoria de vídeo, es decir, lo que llamamos la VRAM.
- La otra es la RAM del sistema, a la que la GPU accede a través de sus unidades DMA.
Ahora bien, muchos os preguntaréis si esto no es contraproducente debido a la latencia por la distancia existente entre ambas partes. Pues bien, hemos de pensar que las GPU tienen la capacidad de enmascarar la latencia hasta cierto grado. No en vano, incluso con la propia memoria de vídeo, nos podemos encontrar tiempos de acceso entre 5 y 10 veces respecto a la RAM habitual y que no son más altos que cuando la propia tarjeta accede a su propia memoria.
Lo veremos en el futuro, pero no de la forma que creéis
Con la llegada de los chips disgregados vamos a ver como las GPU integradas en los procesadores se van a separar del chip principal. Un adelanto de ello lo tenemos con los Ryzen 7000 de escritorio, donde tenemos una pequeña gráfica integrada en el chip que es el IOD, pero la separación la veremos por primera vez en Meteor Lake, donde si bien no se puede hablar de una tarjeta de expansión, será la primera vez que tengamos una GPU separada de la unidad principal sin su propia memoria.
No obstante, no veremos dichas unidades en unidades M.2 y es que hemos dejado un elemento para el final para terminar nuestro argumento y es que la potencia entregada a dichas tarjetas de expansión no es mayor de 10 W, mientras que dentro del entramado de la CPU pueden recibir una potencia mucho más alta. Por lo que al final, no solo nos veríamos limitados a las capacidades de una iGPU por ancho de banda con la memoria, sino también en cuanto a velocidad de reloj por el bajo consumo.
Y es por ello que no existen las tarjetas gráficas sin memoria, ya que el rendimiento sería bastante bajo como para ser útil en cualquier caso y sería, por tanto, una perdida de tiempo y de recursos. Es más, la gama de entrada ya se está viendo absorbida por las gráficas integradas y desapareciendo de forma progresiva.