Llevamos ya meses hablando de Ada Lovelace, la que será la próxima generación de tarjetas gráficas de NVIDIA. Su lanzamiento se iba a producir, supuestamente, hacia el mes de octubre de este año, y sin embargo parece ser que vamos a tener que esperar todavía más para comprar una de las nuevas RTX 40 Series de la marca porque su lanzamiento podría verse postergado… por culpa de la propia NVIDIA.
Y es que a estas alturas, se han producido un cúmulo de circunstancias que podrían llevar al gigante de las GPU a tomar la decisión de retrasar el lanzamiento de su nueva generación de gráficas, entre ellas el hecho de que en este momento el mercado ha sufrido casi una inundación de gráficas RTX 30 Series de generación actual de segunda mano.
¿Las RTX 30 canibalizan las nuevas gráficas de NVIDIA?
Si eres aficionado al hardware y has ido siguiendo las noticias que han ido llegándonos en las últimas semanas e incluso meses, habrás visto que la burbuja de la minería en PC ha sufrido una gran explosión (conocida como el «crypto crash«); la subida del precio de la electricidad aunado al hecho de que las criptomonedas como el Bitcoin y el Ethereum han bajado su precio ha provocado que ya no sea rentable minar, por lo que no son pocos los mineros que han decidido abandonar esta práctica y poner a la venta su hardware.
Por este motivo, el mercado de tarjetas gráficas de segunda mano está sufriendo un inesperado auge, y hemos pasado de una situación en la que no había tarjetas gráficas disponibles para gamers (y las pocas que había tenían precios casi prohibitivos) a la actual, con el mercado de segunda mano realmente copado de diferentes modelos (y a este respecto, tanto de AMD como de NVIDIA) procedentes en su mayoría de rigs de minado (y una parte mala es que la mayoría de ellos venden las gráficas sin decir que han sido utilizadas 24×7 para minar, con lo que eso conlleva).
El hecho es que en este momento hay una gran cantidad de tarjetas gráficas NVIDIA RTX 30 Series en el mercado de segunda mano, ahora sí vendiéndose a precios decentes y relativamente asequibles, algo que está generando bastante movimiento (usuarios que compran estas gráficas para cambiar las anteriores). Conscientes de ello, NVIDIA se ha dado cuenta de que esto provocaría que los usuarios perdieran el interés en volver a cambiar su gráfica, como es lógico (si acabas de comprar una RTX 30 Series de segunda mano, difícilmente te interesará comprar una RTX 40 Series en octubre).
NVIDIA debe «hacer los deberes» con Ada Lovelace
En realidad, esta situación que podría desembocar en el retraso del lanzamiento de Ada Lovelace, la próxima generación de tarjetas gráficas de NVIDIA, podría haberse evitado si el fabricante hubiera hecho las cosas bien cuando las RTX 30 Series llegaron al mercado. Como sabéis, NVIDIA prácticamente «lanzó humo» al mercado, pues el lanzamiento se produjo sin haber apenas stock en el mercado, dando como resultado que fueron muy pocos los usuarios que pudieron comprar esta generación de gráficas nuevas. Además, como sabéis, las nuevas GPU llegaban a cuentagotas a las tiendas y a precios realmente abusivos.
Para que con Ada Lovelace no les pase lo mismo, NVIDIA debería tener la lección aprendida y que cuando lance su nueva generación de gráficas, que no haya ningún problema de stock en ninguno de los modelos para que todos los usuarios puedan comprar los productos que quieran, y a los precios que corresponde. De hecho, retrasar el lanzamiento de octubre a finales de año podría servir, al menos en parte, para que el fabricante haga acopio de stock y así evitar estos problemas, así que al final podría ser una buena noticia en última instancia.