Tarjeta gráfica externa, el «invento» que duró menos que el FireWire

Tarjeta gráfica externa, el «invento» que duró menos que el FireWire

Josep Roca

En la actualidad la gran mayoría de tarjetas gráficas son internas, al mismo tiempo, la mayoría de sistemas que se venden para jugar son ordenadores portátiles. No obstante, apenas se ve una sola tarjeta gráfica externa o simplemente por no decir que no se ve ni una sola. Es más, es como si hubiesen desaparecido ¿Por qué ha ocurrido? Os lo explicamos.

El mayor problema de comprar un portátil gaming es precisamente su capacidad gráfica y es que por todos es sabido que por limitaciones de consumo y temperatura no se puede colocar las mismas bestias pardas que hay en ordenadores de torre. Lo que nos llevaría a pensar que debería haber una demanda por las tarjetas gráficas externas, sin embargo, no es así y no dejarán de ser una simple anécdota

¿Por qué no se ve ni una sola tarjeta gráfica externa?

El primero de los problemas de cara a usar una tarjeta gráfica externa es el alto consumo energético que estas requieren, por lo que se haría necesario que estas tuviesen una fuente de alimentación integrada y no precisamente una pequeña, dado que tenemos modelos que consumen varios cientos de vatios para funcionar. Esto además hace inviable que los modelos de sobremesa se hagan portátiles para poderlos llevar a cualquier lado por el tema del consumo. Por lo que si quisiéramos hacerlas totalmente portátiles deberíamos incluir una batería en el equipo, aumentando con ello el coste conjunto de todo el equipo para obtener un rendimiento menor.

portátil con tarjeta gráfica externa

Ahora bien, puede que tengamos un ordenador portátil y queramos darle una capacidad adicional de procesamiento gráfico para ciertas aplicaciones. Hace unos años las tarjetas gráficas para dichos equipos no venían soldadas a la placa base, sino que hacían uso un tipo de módulos llamados MXM que no dejaban de ser tarjetas gráficas para portátiles y solo tenías que reemplazarlas por otra más potente si te era necesario. ¿El problema? Eran tan caras y escasas que salía más a cuenta comprar una torre con el modelo de GPU equivalente en su interior.

Al final, la mejor opción no solo de cara a los juegos, sino de cara al renderizado profesional en tres dimensiones es comprar un equipo de sobremesa, el cual no tenga las limitaciones de un equipo portátil. Sin embargo, el motivo por el cual las tarjetas gráficas externas no han conseguido calar entre los usuarios son por motivos más que nada técnica.

El problema es la interfaz

Nuestras tarjetas gráficas a día de hoy se conectan a una interfaz en paralelo llamado PCI Express con la capacidad de poder transmitir decenas de gigas por segundo. Sin embargo, esto lo consigue usando una enorme cantidad de pines y de muy poca distancia. Precisamente uno de los motivos por los cuales los periféricos usan interfaces en serie es por el hecho que el conector deberías ser demasiado ancho. Los que seáis más veteranos recordaréis el tamaño del clásico conector para impresora, el llamado coloquialmente como LPT1 y lo ancho y lo grande que era.

PCI Express Óptico

En realidad interfaces PCI Express externas existen, pero se basan en una interfaz óptica y no de cobre para evitar que el consumo energético se dispare por la resistencia del cobre al aumentar la distancia de cableado. No en vano, el motivo por el cual la conexión de las tarjetas gráficas es tan corta, es por ello, si fuese más larga, entonces se necesitaría más energía para transmitir los datos y la factura de la luz se iría por las nubes.

Sin embargo, solo hace falta mirar el tamaño del conector, en este caso es una conexión x8 y como se puede ver ocupa buena parte del ancho trasero de la tarjeta. Aunque si bien se podría colocar en el lateral, haría falta construir un PCB o una placa dedicada para este tipo de interfaces y solamente solucionaremos parte del problema, el de la transferencia de información y el de la fuente de alimentación necesaria para poder tener una tarjeta gráfica externa.

Haz que las cosas sean simples

El motivo por el cual nadie ha apostado por una tarjeta gráfica externa es por el hecho que el modelo actual, basado en pinchar está a la placa base del PC, nos permite reducir costes, ya que entre otras cosas no es necesario ni una fuente de alimentación y tampoco una carcasa para la misma. Es decir, nos hace las cosas mucho más fáciles y sin necesidad de complicarnos con dos fuentes de alimentación, dos carcasas, etcétera.

Es más, la política de los conectores de 6, 8 y 16 pines para alimentar las tarjetas gráficas se vio necesaria tan pronto como se pudo comprobar que la interfaz anterior, el AGP, se quedará corta en cuanto a alimentación. Como curiosidad histórica hay que destacar algunos modelos que salieron con una PSU integrada.

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