Los problemas y retrasos que enfrentó Intel con su nuevo buque insignia estaban justificados a raíz de las últimas filtraciones que vamos a ver a continuación. Y es que el nuevo i9-10900K no será un procesador que puedan refrigerar todos los usuarios, ya que según lo visto esta CPU es capaz de llegar hasta cifras realmente preocupantes con una buena refrigeración.
Muchas críticas han sido apaciguadas tras la presentación oficial, pero Intel sigue en el fondo dependiendo de un proceso litográfico ya llevado al límite y que aun así ha seguido sorprendiendo. La última muestra la tenemos precisamente en su nuevo procesador TOP para gaming, el i9-10900K, que tras pasar por las manos del usuario WolStame ha mostrado sus fortalezas y debilidades.
Un procesador de gama alta que necesitará una refrigeración a la altura
Como ya ocurre en sus homólogos en AMD (Ryzen 9 3900X y Ryzen 9 3950X), cuando a tanto núcleo le pides que de su potencial bajo estrés, las temperaturas hacen lo propio y tienen a subir apresuradamente hasta niveles que muchos consideran un peligro.
Lo que vamos a ver a continuación es una captura de dicho procesador bajo AIDA64 en FPU con Furmark funcionando al mismo tiempo para la GPU, lo que mostrará que dicho procesador es estable aun cuando se le está exigiendo a todos sus buses principales.
Aunque efectivamente aguanta sin problemas durante más de 47 minutos, lo reflejado por HWinfo64 no es demasiado halagador, ya que muestra un consumo de 235,17 vatios de media y unas temperaturas de nada menos que 93 ºC.
Aunque son cifras realmente altas, hay que tener en cuenta que se consiguieron mediante una AIO de 240 mm, por lo que denota que este procesador necesitará una refrigeración líquida custom para poder mantener temperaturas por debajo o cercanas a 80 ºC.
Intel Core i9-10900K: sin Throttling y con frecuencia estable
Lógicamente, viendo las temperaturas de Intel es posible que pensemos que la CPU ha entrado en Throttling de manera inmediata, pero nada de esto. Tras más de tres cuartos de hora la frecuencia sigue en unos estables 4,77 GHz de 4,8 GHz y AIDA64 no muestra ni un altibajo en referente a estrangulamiento térmico.
Si tomamos como vara de medir lo que podían conseguir sus predecesores de 10 núcleos (6950X, 7900X, 9900X y 10900X) en la gama HEDT con un mayor IHS, lo conseguido por Intel es todo un logro, ya que la frecuencia es mayor de serie que en todos estos, el consumo es similar bajo overclock en esta gama y en cambio una AIO de 240 mm consigue mantener a raya y al límite a dicha CPU, algo impensable con cualquiera de las CPUs comentadas anteriormente.
No son buenas cifras evidentemente, no será un procesador para todos los públicos, no sin una refrigeración TOP por aire o al menos competente en AIO, pero refleja que la evolución de Intel con su proceso litográfico ha sido mayor de la esperada (quién haya tenido un 10 núcleos de los mencionados sabrá mejor apreciarlo).
Bien es cierto que el test de estrés es muy exigente y que en gaming las temperaturas serán muy inferiores, pero es un ejemplo de cómo llevar al límite de lo físico un nodo y una CPU que prometen dar guerra a Zen 2 y sus Ryzen 9 3900X y Ryzen 9 3950X.