Desde los Estados Unidos quieren fabricar chips, no es algo que nos deba sorprender, pero parecen empeñados en querer entrar en una especie de autarquía donde todo el proceso en vez de distribuirse por todo el mundo lo haga en un solo país. ¿Significa esto que vamos a ver a NVIDIA y AMD fabricando en Intel? Quién sabe si a futuro. En todo caso, están echando todo el dinero posible en dicha apuesta.
Llevamos tiempo hablando del concepto regionalización y si existe un país obsesionado con ello son los Estados Unidos, especialmente por la posibilidad de la invasión de Taiwán por parte de China o el acercamiento comercial. Lo cual podría significar la pérdida de TSMC como fabricante de chips o que deje de haber trato preferente hacía la superpotencia del Tío Sam. Y es que no debería extrañarnos su comportamiento y el deseo de mover toda la producción de chips posible a su país e incentivarla en lo máximo posible.
Y es que la globalización está muy bien cuando juegas con las cartas marcadas y eres la estrella del show. Pero la cosa cambia cuando aparece alguien con quien tienes que compartir el primer plano del cartel. De repente ya no quieres jugar por el hecho que sabes que puedes perder la ventaja que tenías hasta el momento. Y es que después de años en los que se vendía que la política proteccionista de la anterior administración era nefasta, desde la casa blanca han decidido continuarla. Esta vez como el tren de los hermanos Marx, es decir, sin frenos.
Estados Unidos quiere fabricar chips
La Casa Blanca está desarrollando una propuesta de ley para incentivar el aumento de la fabricación de chips dentro de sus fronteras. El motivo de ello es que en la actualidad solo se están fabricando el 12% de los chips diseñados por empresas estadounidenses en dicho país. Lo que en realidad supone una bofetada por parte de la administración Biden a NVIDIA y AMD, las cuales fabrican sus chips en Samsung y TSMC. Para más inri, Lisa Su y Jen Hsun Huang son de origen asiático. No olvidemos que el contrario de sus rivales, Intel no solo diseña, sino que también fabrica. No olvidemos que Intel ha conseguido una capitalización de más de 100.000 millones de dólares para desplegar sus futuras fábricas.
En todo caso hemos de tener en cuenta que el problema real no es Taiwán, sino China. Se ha de tener en cuenta que pese al clima político, muchos de los fabricantes y ensambladores de la isla tienen acuerdos comerciales con China, la cual ya ha perjudicado varias veces el envío de material para la fabricación de tarjetas gráficas, portátiles y todo tipo de hardware. Algo que es visto por la administración Biden como una interrupción significativa de su suministro de semiconductores que podría causar un daño histórico a la economía de EE. UU.
Sin embargo, no es el mercado de componentes para PC el más perjudicado, sino el del automovilismo, donde el aumento del uso de la electrónica en los últimos años se ha visto cada vez más patente. Y es que la escasez de componentes ha parado de lleno y durante días e incluso semanas las fábricas en los Estados Unidos y sus países satélites. En todo caso, todo esto se resume 52.000 millones de dólares más que se quieren poner desde la Casa Blanca para que se fabriquen en dicho país. ¿Quién iba a decirnos hace unos años que tendríamos un giro de 180º respecto a la globalización?