Las aplicaciones que se le dan al SBC más popular son cuanto menos de lo más variado posible y van más allá que montar consolas para emuladores y juegos retro. Lo hemos visto en cosas como una impresora 3D e incluso ratones de ordenador que usan la versión nano como microcontrolador. ¿Lo último? Un exoesqueleto construido con una Raspberry Pi 4.
Una de las áreas en los que la robótica está avanzando más en los últimos años es de cara a ayudar a personas con movilidad reducida. Y es que a diario muchas personas se enfrentan a la difícil tarea de poder desplazarse por los impedimentos arquitectónicos en su ciudad. En especial los de urbanismo hostil y poco consciente. Una de las soluciones a ello son los exoesqueletos y un proyecto llevado a cabo por un estudiante universitario nos ha llamado poderosamente la atención. Aunque se ha de decir que por el momento está en las etapas tempranas de desarrollo.
Así es el exoesqueleto hecho con Raspberry Pi 4
Pues sí, y eso se lo debemos a la investigación de un estudiante de la universidad de Stanford, en concreto de Patrick Slade que ha decidido usar para la construcción de su Exoesqueleto una Raspberry Pi 4. El cual por el momento solo sirve para poder andar con menos esfuerzo, pero que no deja de ser una propuesta interesante de cara a llevar esta tecnología más allá del ámbito militar.
El motivo por el cual ha decidido hacer esto no es uno, sino varios.
- El primero de todos es que permite individualizar el diseño final al físico de cada uno de los usuarios y esto es un elemento muy importante, ya que no todos somos iguales.
- El segundo es que su procesador permite ejecutar varios hilos simultáneos que sirven para tomar datos de los sensores, interpretarlos y controlar también los motores. Lo cual es algo que no se puede hacer usando microcontroladores convencionales y el desarrollo de un hardware a medida terminaría por aumentar los costes si se usará un chip a medida.
- El tercer elemento es la disponibilidad y el coste, una Raspberry Pi 4 se puede encontrar a un nivel mucho más alto que un FPGA y permite una producción a menor coste y está pensado para producirse a gran escala. Lo cual es ideal para un proyecto que busca convertirse en un producto para el mercado de masas.
- Y ya en último lugar, esto le permite al sistema aprender la forma de andar de los usuarios y poder ajustar el exoesqueleto, incluso utilizando algoritmos de IA para ello.
Aunque lo mejor de todo es el hecho de que por el bajo consumo de la Raspberry Pi el exoesqueleto no requiere estar conectado a un generador para funcionar. Lo que hace posible la portabilidad del mismo.
Buen rendimiento para un prototipo
En cuanto a su rendimiento, se ha demostrado que pueden aumentar la velocidad de desplazamiento en un 9%, consumiendo un 17% menos de energía. Todo ello llevando una mochila de 13 Kg de peso. ¿Su único problema? La cantidad de circuitería a la vista, pero hemos de partir de que es un prototipo. En todo caso, es el primer paso para ver exoesqueletos, no solo de cara a accesibilidad, sino para facilitar tareas físicas en el uso diario.