Si alguna vez te has preguntado el origen de alguno de los dispositivos que utilizas en el día a día, seguro que te encontrarás con alguna que otra sorpresa, ya que como ha sucedido en muchas ocasiones, muchos inventos nacen por accidente o para cubrir necesidades muy distintas a las originales y finalmente se han adaptado. En curioso ejemplo lo encontramos en cómo se inventó la webcam.
Para conocer la historia de la primera webcam debemos remontarnos a 1991, concretamente la Universidad de Cambridge. Hoy en día, cualquier persona puede tener su propia máquina café en cualquier despacho por unos pocos euros, sin embargo, hace más de 30 años, si alguien quería tomar café, tenía que ir a la cafetería o al departamento correspondiente donde se encontraba la máquina de café eléctrica, la que incluye un depósito de papel donde se coloca el café molido y sobre el que caen gotas de agua caliente.
Primera webcam de la historia
La invención de la primera webcam recae en James Quentin Stafford-Fraser y en Paul Jardetzky. Ambos eran asistentes de investigación en el laboratorio de la Universidad de Cambridge y aficionados al café. Cuando querían café debían acudir a la sala de profesores situada a 60 metros de su despacho, y, por desgracia para ellos, la cafetera casi siempre estaba vacía, por lo que se veían obligados a preparar café y esperar a que estuviera hecho si no querían quedarse sin él.
Si has utilizado una máquina de café de este tipo, sabrás que lleva su tiempo, un tiempo que no estaban dispuestos a perder. La solución fue utilizar una cámara de seguridad del fabricante Philips enfocada a la cafetera y, a través de la red de la universidad, conectarse a ella utilizando el programa XCoffee, un programa diseñado por ellos para mostrar la imagen de la cámara en su equipo y que era capaz de hacer 3 capturas por minuto. La cámara, de escala de grises, ofrecía una resolución de 128×128 más que suficiente para mostrar si la cafetería estaba llena o vacía.
De esta forma, siempre sabían cuando había café en la cafetería para ir a por él y no tener que hacer el camino en balde. Conforme Internet fue popularizándose y los navegadores añadieron la posibilidad de mostrar imágenes, Quentin modificó la aplicación para que estuviera disponible a través de Internet, convirtiéndose así en la primera webcam de la historia.
Datos curiosos
Debido a la diferencia horaria con otros países, cuando era de día en Japón, en Inglaterra era de noche, por lo que ningún tipo de iluminación en la sala donde estaba la cafetera. Quentin afirma que recibió varios emails de usuarios de este país solicitando si era posible dejar una luz durante toda la noche para que pudieran ver la cafetera en directo, aunque no tenía ningún sentido al no cambiar su estado por no haber nadie en las instalaciones que tuviera necesidad de consumir café de madrugada.
Esta cafetera estuvo en directo a través de Internet, desde este enlace, hasta el 22 de agosto de 2001, cuando la webcam dejó de transmitir a pesar de lo popular que se había vuelto ya que diariamente era visitada por más de 2 millones de personas desde cualquier rincón del mundo. La cafetera más famosa del mundo acabó subastándose en eBay por 3.500 libras esterlinas y fue comprada por la revista alemana Der Spiegel que la volvieron a poner en funcionamiento sin la primera webcam que había transmitido su funcionamiento a través de Internet durante 10 años, según afirman desde la BBC.