Los formatos de almacenamiento han ido variando con el paso del tiempo, a día de hoy con el auge de los SSD y el almacenamiento en la nube no nos acordamos de todos los formatos de almacenamiento. Pero, ¿quién no recuerda esos juegos y programas de 8 bits vendidos en cintas de música cómo formato de almacenamiento? Hacemos un repaso a sus orígenes.
Los que vivimos el auge de la informática doméstica recordamos esas tardes esperando varios minutos en que nuestro juego favorito se cargara en la memoria de nuestro microordenador de 8 bits. Ya fuese un Spectrum, un Amstrad CPC, un Commodore 64, un MSX o cualquiera de ellos. Todos tenían en común dicho formato. Pero, ¿nunca os habéis preguntado cuál es el origen del uso de las cintas de música como almacenamiento?
El origen del uso de las cintas de música para almacenar datos
Una de las piezas de la informática más curiosas fue el TV Typewriter, un aparato electrónico creado por Don Lancaster, un ingeniero de terminales para mini-ordenadores. No se trataba de nada más que una forma de escribir en la pantalla del televisor de manera directa y su hardware no ejecutaba ningún programa. Un día le preguntaron a Lancaster si había alguna forma de grabar los textos escritos de alguna forma y que no se perdiese, la solución que dio fue simple. Otorgarle al TVT la capacidad de poder conectarle una interfaz de audio, para así poder grabar los datos en una cinta de música.
No obstante el primer diseño del TV Typewriter no era fácil de construir, buena parte de sus piezas estaban ya fuera de mercado y para colmo no utilizaba memoria RAM. Aprovechando el enorme éxito del kit de Don Lancaster y la falta de piezas, un ingeniero de Datapoint, Daniel Meyer, empresa que también se había dedicado al diseño de terminales decidió diseñar lo que sería conocido como el TV Typewriter II o CT-1024. ¿La diferencia con el modelo original? El uso de memoria RAM, lo cual redujo enormemente la cantidad de piezas en el kit, y para ello se escogió la popular y ampliamente disponible en la época Intel 2102,
¿La particularidad del segundo modelo? El uso de memoria RAM le permitía interactuar con una CPU. Así pues, de la unión de un TVT y las primeras CPU de 8 bits como el Intel 8080, el MOS 6502 o el Motorola 6800 nacieron los primeros ordenadores domésticos. Los cuales incluyen una interfaz de audio no solo para que la gente almacenará sus escritos, sino especialmente para que los programadores almacenará el código fuente de sus programas una vez escritos y compilado desde el mismo PC, sin necesidad de ningún mini-ordenador externo.
Debido a que las unidades de cinta eran sumamente baratas ya incluso en la década de los 70 se acabaron convirtiendo por eso en el primer formato de almacenamiento persistente masivo de la informática doméstica.
Se trataba del formato más barato del momento
La mayoría del hardware en los ordenadores de 8 bits de la época viene de los años 70, momento en que el formato más extendido y barato eran las cintas de música o casetes. Además estos permitían almacenar hasta 100 KB de datos por cara, algo que no es mucho, pero si tenemos en cuenta que CPUs como el MOS 6502 y el Zilog Z80 que utilizaban direccionamiento de memoria de 16 bits, lo que se traduce en que era suficiente para estos ordenadores, ya que solo podían ver 64 KB de memoria.
La primera generación de ordenadores de 8 bits apenas tenían 4 KB y fue lanzada en 1977, la segunda de 1979 funcionaba con modelos de 16 KB de RAM, pero en 1983 ya habían modelos con 64 KB de memoria. Estos sistemas también podían utilizar cartuchos de almacenamiento, pero su fabricación era muy cara y debido a que se accedía a ellos como extensiones de la RAM de solo lecturas estaban limitados a solo 32 KB.
Para sistemas más complejos basados en CPUs como el 8086, capaz de direccionar 1 MB de memoria y el 68000, con 16 MB la capacidad de direccionamiento. Tanto la capacidad de almacenamiento como la velocidad de acceso de una cinta de música para almacenar datos era insuficiente. No obstante todos los que somos de una generación recordamos con cariño los tiempos de carga de las cintas de nuestros Spectrums, Commodores 64 o Amstrads CPC.
Para terminar, recordar que las cintas democratizaron materialmente la distribución de los juegos. No era necesario tener una cantidad ingente de dinero para que nos fabricaran las ROMS de los juegos, cualquier podía escribir un programe en el interprete de BASIC o en ensamblador, compilarlo, guardar el programa en una cinta y distribuirlo.