Es evidente que cuando hablamos de videojuegos existen dos grandes corrientes de opinión en el momento en que un juego llega a las tiendas. Por un lado la crítica de los medios especializados que, en teoría, analizan los títulos antes de salir a la venta y, por otro, los usuarios, que son los que sentencian de verdad comprándolos o no. Y no se puede negar que en muchas ocasiones existe una divergencia entre unos y otros realmente preocupante. Cosa que ha ocurrido con High on Life.
Una locura realmente divertida
El caso es que High on Life salió a la venta el pasado 13 de diciembre pero lo hizo, además de con la opción de comprarlo en tiendas, como una de las novedades del famoso Xbox Game Pass para este mes. Y su éxito fue instantáneo. Desde las primeras horas quedó claro que era uno de los más descargados y con el paso de las jornadas incluso Microsoft confirmó que se había transformado en el lanzamiento más jugado de toda la historia del servicio en su estreno.
Así que una aceptación tan mayoritaria para High on Life solo podía ser considerado de una manera: el juego había gustado y mucho, así que podemos inferir que se trata de un título bien valorado por parte de los usuarios que han decidido confiar en él sus muchas horas de ocio desde el pasado 13 de diciembre. Pero aquí viene el dilema: ¿creéis que las valoraciones de la crítica van en la misma línea que la de los videojugadores (la RAE ya ha aceptado esta palabra)?
Pues la respuesta es clara y concisa: no. No existe una alineación entre lo que piensan los periodistas especializados y los jugadores que están disfrutando de cada vez más horas con High on Life, lo que viene a dejar constancia de que no es necesaria la bendición de los críticos para que un estudio triunfe con uno de sus proyectos.
Una brecha insalvable
Si nos damos ahora mismo una vuelta por Metacritic, veremos claramente lo abierta que sigue esa brecha entre los dos bandos. En la página de High on Life para Xbox Series X podemos ver que los usuarios han considerado el título de Squanch Games como un notable, alcanzado la media de un 8,2 que está muy, muy bien, mientras que en el lado de la prensa especializada y los sites de videojuegos, esa valoración cae hasta un 65 sobre 100. En PC, por ejemplo, la cosa se mantiene más o menos igual con un 7,7 en el caso de la votación popular y un 68 para las webs y medios especializados.
Que High on Life no es un juego redondo está muy claro. No es un título de 10, ni siquiera de 9, pero se olvidan muchos de los medios que su gran virtud no reside en ser el mejor en todos los aspectos sino en divertir y entretener todas las horas que lo tenemos en marcha. Y es que la disposición de sus misiones como si fueran encargos aislados que podemos ir eligiendo de uno en uno provoca que nos piquemos como lo hacíamos con los viejos Diablos de Blizzard: «venga, una quest más».
Eso, todo hay que decirlo, está al alcance de muy pocos y por eso High on Life ha conseguido arrebatar a los usuarios de Xbox Game Pass su corazón.