En este artículo no os vamos a hablar de una consola real, sino de las posibilidades que existen de que algún día veamos una consola de NVIDIA en las tiendas que compita con las marcas actuales. La popularidad de la marca y su influencia en el mundo de los videojuegos es lo suficientemente grande para plantearlo en nuestras cabezas. Es por ello que hemos decidido hacer el ejercicio creativo. ¿Y vosotros? ¿Pensáis que veremos una consola de NVIDIA?
NVIDIA tiene cierta experiencia haciendo consolas, ya la vimos participando en la GPU de la primera Xbox, en la de PlayStation 3, el chip principal de la Nintendo Switch y muy probablemente de su sucesora es de ellos y no hablemos ya de sus eventuales dispositivos Shield que salieron en su momento. Sin embargo, en este punto nos vamos a centrar en la capacidad que puede tener NVIDIA de lanzar un sistema de videojuegos propio. ¿El motivo? Tiene tecnología para hacerlo y os vamos a explicar el porqué.
¿Es posible una consola de NVIDIA?
Si bien NVIDIA Grace es un procesador pensado para utilizarse en servidores gracias a sus 144 núcleos y está pensado para utilizarse junto a la GPU para computación de alto rendimiento H100, nada le impide a NVIDIA lanzar una versión mucho más sencilla que se combine con una RTX 40 construida en un solo chip. Obviamente, con menor cantidad de núcleos y usando memoria GDDR6 en vez de HBM.
Una de las claves de las tarjetas gráficas de NVIDIA, la cual no se usa en PC, pero si en el resto de dispositivos es que tienen direccionamiento de memoria totalmente coherente con las CPU con ISA ARM de la compañía. Esto permite crear un sistema de memoria totalmente unificado donde ambas partes compartan el mismo pozo de memoria sin tener que utilizar mecanismos de copia. Algo que en PC se lleva tiempo buscando, pero que es complicado desde el momento en que tenemos la RAM y la VRAM separada en dos pozos diferenciados.
Por lo que el chip de dicha consola no sería x86, pero sí compatible con los binarios ARM y, por tanto, los juegos necesitarían ser compilados de nuevo en el nuevo binario para que funcionen en la consola de NVIDIA. Sin embargo, la ventaja de la empresa de Jen Hsen Huang es que tienen unas excelentes relaciones con los diferentes desarrolladores de videojuegos en consolas y PC.
El modelo de negocio
Esta sería el mismo que el de todas las consolas, vender el hardware barato y recuperar con las regalías del software y la venta de periféricos. La consola se basaría íntegramente en la venta y distribución de juegos a través de la tienda oficial de NVIDIA y el sistema operativo sería una variante de Linux con el menú de la consola y la tienda de NVIDIA integrada.
Por otro lado, la consola de NVIDIA podría tener online de pago como en las consolas PlayStation y Xbox, pero con servicios integrados como GeForce Now para poder probar los juegos sin tener que instalarlos y posiblemente un catálogo de juegos de alquiler a la carta que poder seleccionar para disfrutar del nuevo sistema. Por lo que no sería diferente en este aspecto que las consolas que tenemos en el mercado.
La clave de todo, como todo lo de NVIDIA, es la IA
Y llegamos al quid de la cuestión, la parte más importante de todo ello que no será otra cosa que el servicio que podría ofrecer NVIDIA para portar sus juegos de PC a la nueva consola por poco esfuerzo y usando para ello la IA para trasladar los binarios de x86 a ARM de forma fácil.
Para ello se utilizaría la reescritura de binarios, la cual trata de modificar el binario origen para hacerlo compatible con el binario destino. Se trata de una técnica que no requiere potencia computacional al no hacerse en caliente, sino sobre el código fuente, pero puede terminar teniendo errores, por lo que puede necesitar una intervención de terceros. Pues bien, una solución a ello es usar la IA y en concretos redes neurales que aprendan la correlación entre las instrucciones x86 y ARM, de la misma manera que se aprende un lenguaje.
Una vez el sistema ha aprendido, el sistema puede trasladar el código de un set de registros e instrucciones a otro con un margen de error muy bajo y recortando los costes de desarrollo. Tener en cuenta que una conversión, pese a ser más barata que un juego desde cero, puede costar varios millones de dólares y con el uso de la IA se puede reducir a unos cuantos miles.