Hay muchas especulaciones con respecto a las configuraciones de hardware idóneas para poder jugar al máximo en estos dos nuevos títulos que han visto la luz hace poco en el mercado: Call of Duty Modern Warfare 3 y Battlefield 3. En esta comparativa vamos a tratar de dar un poco de luz a este asunto con pruebas empíricas en ambos juegos con diferentes configuraciones y en distintos equipos.
Primeramente vamos a ver los requisitos de sistema recomendados para ambos.
Requisitos recomendados
– Procesador: Quad core o superior.
– Memoria RAM: 4Gb
– Gráfica: NVIDIA GeForce GTX560 / Radeon HD6950 o mejor compatibles con DX10 y 1Gb VRAM.
Nota: MW3 tiene requisitos mínimos pero no recomendados. Por lo tanto hemos puesto los recomendados del Battlefield 3 para ambos.
ENTORNO DE PRUEBAS
Para el entorno de pruebas hemos utilizado dos equipos completamente distintos, un equipo de sobremesa y un portátil.
Equipo de sobremesa:
– Procesador: Intel Core i5 2500K @ stock y con Overclock @ 4,4 Ghz.
– Memoria RAM: 4Gb G.Skill Ripjaws DDR3 1600Mhz CL7.
– Tarjeta gráfica: XFX Radeon HD6870 1Gb Black Edition.
– Pantalla: 24 pulgadas 1920×1080 (Full HD).
Equipo portátil (Asus S53SV):
– Procesador: Intel Core i7 2670QM @ 2,2Ghz (3.1 Ghz Turbo).
– Memoria RAM: 4Gb DDR3 1333Mhz CL9.
– Tarjeta gráfica: NVIDIA GeForce GT540M 2Gb.
– Pantalla: 15 pulgadas 1366×768.
Como veis, son dos equipos de gama media o media-alta (el sobremesa en su conjunto costará en torno a los 800-900 euros en tiendas, mientras que el portátil lo podéis adquirir por menos de 700 euros).
TESTEO
Nota: Las gráficas que se muestran a continuación están medidas en FPS (Frames por Segundo). El ojo humano solo es capaz de detectar entre 28 y 30 FPS, por lo que cualquier medición por debajo de estos valores produce el efecto que llamamos en argot «Gamer» los lagazos. Resumiendo, veremos que el juego pega tirones. Para una experiencia de juego óptima, los FPS deben mantenerse constantes por encima de 40, aunque lo ideal son 60 FPS (para que no se noten esos bajones cuando hay explosiones o mucho humo).
Vamos a ver qué resultados hemos obtenido en ambos juegos. Comencemos con el equipo de sobremesa en su configuración de stock (sin Overclock, no se tocan valores en el procesador). La configuración es a 1920 x 1080 de resolución, detalles al máximo (Ultra) y Anti Aliasing a 8X.
Como vemos, ambos juegos funcionan de manera perfectamente fluida en el equipo de sobremesa. En el Battlefield 3 los FPS varían de una manera un poco irregular (fijaos la diferencia que hay entre los mínimos y los máximos), no obstante la experiencia de juego no se ve afectada dado que en ningún momento bajan de 30 FPS (y esto solo ocurre en momentos con explosiones y humo cercanas). En cuanto al Call of Duty Modern Warfare 3, la experiencia de juego es óptima, el juego funciona de manera fluida en todo momento.
Vamos a comprobar qué ocurre si le hacemos Overclock al procesador. Para esta prueba vamos a subir la velocidad hasta los 4,4 GHz. De esta manera, si nos estábamos quedando cortos en cuanto a la potencia del procesador, le daremos alas al juego, así como más margen para que la tarjeta gráfica pueda trabajar más desahogada.
Haciéndole overclock al procesador, los FPS han mejorado considerablemente, sobre todo en el Battlefield.. Sé que el 85% de la gente que utiliza el ordenador para jugar no va a hacer Overclock, pero este apartado puede servir de aliciente para quien tiene dudas de si sirve de algo o no hacer Overclock en su sistema 🙂
Vamos a ver ahora qué ocurre en el portátil. La configuración es a 1366 x 768 (la resolución estándar en un portátil de 15 pulgadas), los detalles han sido configurados en modo Alto excepto las texturas, que fueron puestas al máximo (Ultra) y el Anti Aliasing a 8X.
La experiencia de juego en el equipo portátil también ha sido correcta. De acuerdo, la resolución no era Full HD, pero bajo mi punto de vista, si quieres jugar en Full HD en un equipo portátil, no es un portátil, es simplemente un ordenador móvil (por el peso y el tamaño). De todas las maneras, excepto en algunos momentos jugando al Call of Duty que los FPS bajaron hasta 28 (valor que roza el límite en el cual notamos el «tirón», pero sin llegar a hacerlo), la experiencia en ambos juegos ha sido totalmente fluida y con unos efectos visuales tremendamente buenos.
Como anexo al testeo, hay que comentar que durante el juego he estado monitorizando la actividad del procesador y de la tarjeta gráfica en todos los entornos. Jugando al Battlefield 3, el uso del procesador se situó en el 70% en el equipo de sobremesa y en un 85% en el portátil, mientras que en el Modern Warfare 3 el consumo de procesador únicamente fue del 40% en el sobremesa y un 45% en el portátil.
Por otro lado, jugando al Battlefield 3, el uso de la tarjeta gráfica en el equipo de sobremesa fue del 85% y del 100% en el portátil, mientras que en el COD Modern Warfare 3 fue de un 75% en el equipo de sobremesa y de un 90% en el portátil.
¿Qué quieren decir estos datos? Que el Battlefield 3 es un juego que requiere más procesador que gráfica, al contrario que el Call of Duty, juego que tiene más requerimientos gráficos que de procesador.
CONCLUSIÓN
En este pequeño artículo hemos demostrado que es posible jugar perfectamente y con altísimo nivel de detalle a dos de los juegos más modernos del panorama actual con equipos de gama media o media-alta. Queda claro que no es necesario tener una carísima tarjeta gráfica de último modelo para poder disfrutar a tope (o al menos de una manera más que decente) de estos dos grandes títulos. También hemos comprobado lo efectivo que es hacer Overclock en el sistema a la hora de jugar (hemos ganado unos 5 FPS en ambos juegos).
Como nota, también hemos podido ver la diferencia que hay entre jugar a Full HD (1920 x 1080) y con una resolución estándar de un portátil de 15 pulgadas (1366 x 768), con la cual podemos jugar con buen nivel de detalles en un equipo mucho menos potente.