Soy un usuario de PC que, por mi trabajo, me veo obligado a utilizar siempre las últimas tecnologías me gusten o no. Y en el caso de Windows, los que leéis mis artículos sabréis que no estoy precisamente contento con Windows 11, y más con sus últimas actualizaciones… hasta el punto de que he llegado al punto en el que me estoy planteando muy seriamente volver a Windows 10, al menos en mi PC personal. En este artículo os cuento por qué.
Windows 11 fue controvertido ya de inicio, por aquel absurdo de necesitar un chip TPM 2.0 físico en el PC, algo que aunque había medidas para evitarlo, provocó que no todo el mundo pudiera actualizar. Luego vino el tema de necesitar una cuenta online de Microsoft sí o sí, por lo que ya no se puede instalar Windows 11 en un PC que no tenga Internet y, además, te están obligando a pasar por el aro de su trampa para la privacidad. Y por si eso no fuera poco, honestamente la última versión es cada vez menos user friendly, y más fea, todo sea dicho.
Instalar Windows 11 es una odisea
Como la mayoría de vosotros sabréis, en esta web analizamos bastante hardware, y eso incluye portátiles y equipos completos. Esto significa que, cada vez que analizamos un equipo, tenemos que instalar Windows o al menos configurarlo desde cero en los portátiles en los que viene ya preinstalado. Lo más normal y mejor para nosotros es utilizar una cuenta de administrador local, sin restricciones, pero en las últimas versiones de Windows 11 esto ya no es posible de ninguna de las maneras (llevaban tiempo «obligándote», pero había varios métodos para saltarte el requisito… ahora ya no es posible y si no tienes Internet y una cuenta de Microsoft ya no puedes configurar el equipo).
¿Y qué pasa con esto? Bueno, a un usuario normal puede que le de un poco igual, pero a mi no. Y ya no es solo el hecho de que no puedes comprarte un portátil para jugar al solitario en tu casa del campo, sin Internet, es que para los que nos dedicamos a esto a nivel profesional nos obliga a pasar por el aro y aceptar que Microsoft monitorice todo lo que hacemos, que nos instale bloatware que ralentiza el funcionamiento del PC, y que en general todo funcione peor.
Venga hombre, si en el propio asistente de instalación ya intentan venderte Office y el Game Pass sin ningún pudor…
Mis motivos para volver a Windows 10 en pleno 2025
Windows 10 se lanzó inicialmente en julio de 2015, y fue sustituido por Windows 11 en octubre de 2021. Así pues, ¿por qué volver a un sistema operativo que tiene casi 10 años y que, de hecho, dejará de tener soporte en octubre de 2025? Por pura usabilidad… y que conste que estas son mis opiniones personales y no quiero instar a nadie a hacer lo mismo que yo.
Dejando de lado el tema de la instalación y de «pasar por el aro de Microsoft», comenzaré hablando de la estética y la usabilidad. La barra de inicio. Microsoft quiso parecerse a Apple con la barra de inicio de Windows 11, y lo que han conseguido es que sea más fea y menos amigable a la hora de utilizarla. Desde la estética o su posición, cosas que se pueden arreglar con unos cuantos ajustes, hasta los iconos y las ventanas, todo es peor.
Ya no hablemos del menú inicio. En Windows 10 no necesitas ni iconos en el escritorio porque puedes tener un menú inicio perfectamente organizado y clasificado con todo lo que necesitas.
Y ya no hablemos del hecho de que en Windows 11 cuesta mucho desactivar las notificaciones… notificaciones que, como te descuides, incluyen publicidad.
Esto entra dentro de lo que os comentaba hace un rato, eso de «pasar por el aro» incluye que tengas que tragarte publicidad en tu propio PC y sin tener ningún programa o web abierta… bueno, sí si consideramos que Windows 11 es al fin y al cabo un programa, pero en fin, el hecho es que esto en Windows 10 no pasaba.
Pero para mi, en lo personal, que pruebo decenas de equipos todos los años y que tengo que andar midiendo su rendimiento para contaros qué tal funciona en las reviews que publicamos, Windows 11 es otra «trampa». El nuevo sistema operativo de Microsoft no solo es que contenga una decena de servicios en segundo plano que lastran el rendimiento de los equipos, es que en términos de compatibilidad también da problemas.
Y he hecho la prueba. El mismo equipo (el mío personal) recién formateado, solo con Windows tal cual viene por defecto, da mejor rendimiento en Windows 10 que en Windows 11. Tampoco una barbaridad, pero sí que es algo que, a la larga, se nota. No os voy a aburrir con datos empíricos y con capturas de pantalla, podéis probarlo por vosotros mismos, pero el hecho es que por ejemplo en el benchmark de memoria RAM de Aida64 que siempre utilizamos, he notado pérdidas de rendimiento de hasta el 5% con Windows 11.
En resumen y en definitiva, para las reviews y probar equipos nuevos tendré que seguir utilizando Windows 11 porque es lo que toca, pero para mi PC personal, el que utilizo día a día tanto para trabajar como para jugar, voy a volver a Windows 10 y me va a dar igual el tema del soporte, y los principales motivos son:
- Puedo tener una cuenta de administrador local, no me obligan a usar una cuenta online de Microsoft (nota: aunque tengas que pasar por el aro inicialmente, luego sigues teniendo la posibilidad de crear una nueva cuenta local y eliminar la cuenta Microsoft del equipo).
- El menú Inicio es mucho más sencillo y claro de utilizar.
- Lo mismo con la barra de tareas, todo más claro y visible.
- Tengo menos limitaciones y mejor compatibilidad.
- No recibo publicidad.
- El rendimiento no se ve tan lastrado.
Repito que no estoy intentando instar a nadie a hacer lo mismo que yo, ya que de hecho no es lo recomendable por el tema del soporte. Pero que cada cual haga lo que crea conveniente, ¿no?