Todo el mundo tiene en casa una televisión, pero no todos se han planteado alguna vez poner en su lugar un proyector. Yo lo hice, y es una decisión de la cual no me arrepiento. Te voy a contar los beneficios e inconvenientes de poner uno en tu casa y si realmente en tu caso sería aconsejable o no.
Los proyectores antiguamente hacían mucho ruido y su nivel de luz era tan bajo que necesitabas estar totalmente a oscuras para poder ver algo con claridad. Ahora eso ha cambiado mucho. No necesitas algo de 1.500€ para que su calidad sea aceptable. Además de que su distancia necesaria para hacer una gran pantalla también ha reducido, con solo tener 2 metros disponibles entre donde lo ubiques y donde quieres que se vea, es suficiente.
Ventajas e inconvenientes
En primer lugar, su ventaja principal ya sabemos cuál es, hacer de un pequeño espacio una sala de cine debido al potencial que tienen en cuanto a crear enormes pantallas se refiere. Además de tener directamente un Smart TV acoplando un Fire TV u otro dispositivo. No necesitas cambiar de televisión si queremos ver Netflix a lo grande. Al igual que poder ver los canales de televisión actuales con cualquier app de TDT.
También tendremos la opción de conectar directamente un ordenador o un móvil a través de Bluetooth o WiFi y transmitir lo que deseemos sin cables.
Depende de tu presupuesto puedes adquirir un proyector u otro. Desde 100€ tienes opciones como está, muy aceptables a niveles de ruido y calidad, aunque si tu economía te lo permite (ya que vas a ahorrarte mucho respecto a comprar una TV) yo me iría por algo de 200€-300€. Para nada un proyector profesional de +500€, es innecesario si lo que quieres es ponerlo en tu casa. Salvo que necesites montar una sala impresionante de cine, no sería el caso.
Un proyector como el primero que te he comentado (este) contaría con unas grandes prestaciones por menos de 100€. Su nivel de brillo sería de 9.000 lúmenes, con calidad FullHD y hasta 300 pulgadas de pantalla. Además de que podrías colgarlo en el techo o simplemente apoyarlo en un armario o balda. No pesa apenas nada y no necesitarías tampoco una pantalla, podrías proyectar directamente en una pared uniforme y de un color claro.
Hasta ahora son todo ventajas ¿no? Menor precio, buenas pulgadas, conexión inalámbrica, fácil de guardar y ocupa poco espacio, sin cables de antena ni agujeros en la pared… Sin embargo, también tiene sus inconvenientes.
Por un lado, la mejor forma de ver una pantalla que viene emitida por luz, es precisamente que haya poca luz en la sala. Es verdad que podremos disfruta de nuestro proyector aunque sea de día, pero si planteas ponerlo en una habitación muy soleada y verlo como si fuera una TV en 4k, olvídate, piensa en esto y donde lo pondrás para ver si te interesa.
En temas de ruido son mucho más silenciosos que antes, pero eso no quiere decir que no emiten ruido al funcionar, aunque con el volumen necesario de reproducción no se tiene porque notar, aparte de que puedes conectar tus auriculares para oír lo que se emite.
Y en temas de conexión están muy bien, pero a la vez dependes de ella siempre. Sino tienes Wifi en ese momento ni nada descargado, no vas a poder tener acceso a nada, ni ver la TV Online ni ver Netflix ni nada. Aunque esto es fácilmente solucionable si lo piensas con tiempo. Puedes incluso llevar películas en un pendrive y conectarlo desde donde sea.
Si estos puntos negativos no te afectan, ya lo sabes, tu próxima compra debería ser un proyector. Al menos yo no me arrepiento de haberlo hecho.
