Cuando compramos un PC, ya sea de sobremesa o portátil, es importante tener claro cuáles son las ventajas que nos ofrece cada uno. Si buscamos un equipo para llevar siempre encima o si tenemos poco espacio en casa, un portátil es la mejor solución. Para todo lo demás, un PC de sobremesa.
Pero, además, es importante tener en cuenta cuánto queremos que nos dure el equipo, ya que las posibilidades de ampliación de un portátil y de un PC son completamente diferentes. Mientras que en un PC podemos reemplazar cualquier componente, desde la caja hasta el procesador pasando por la fuente de alimentación, la memoria, disco duro, disipadores y demás, en un portátil las opciones son muy limitadas.
Conforme ha ido avanzando la tecnología, los portátiles se han hecho más pequeños, lo que ha ido en detrimento de las opciones de ampliación. Hace unos años, cuando los portátiles eran grandes y pesados, muchos fabricantes permitían, incluso cambiar el procesador por uno más potente, permitiendo ampliar la vida útil de estos.
Hoy en día, si tenemos previsto comprar un portátil, antes de nada, es importante saber cuáles son las partes del equipo que se pueden reemplazar en caso de que dejen de funcionar o si queremos ampliar sus capacidades, es decir, su rendimiento.
Memoria RAM
Cuanta más memoria RAM tenga un equipo, ya sea portátil o de sobremesa, este funcionará de forma más fluida. La mayoría de los portátiles, excepto los ultrabooks donde todos los elementos están soldados a la placa y los equipos con procesadores con arquitectura ARM, tienen la opción de añadir nuevos módulos de memoria a través de uno o varios módulos.
Algunos modelos incluyen la memoria soldada a la placa base, lo que limita las opciones de ampliación a un solo módulo. A la hora de comprar un portátil, es importante saber si la memoria va soldada a la placa base o es independiente, ya que, si está soldada, puede limitar las posibilidades de ampliación.
Almacenamiento
La mayoría de los equipos que podemos encontrar en el mercado incluyen 256 GB o como mucho, 512 GB, espacio que a las primeras de cambio puede quedarse corto. Al igual que con la memoria RAM, la mayoría de los equipos que llegan al mercado permiten reemplazar la unidad de almacenamiento SSD SATA o SSD PCIe M.2 por una con mayor capacidad.
Si se trata de un ultrabook, lo más probable es que la unidad esté soldada a la placa, pero puede ofrecer la opción de añadir una unidad de almacenamiento adicional en formato M2.
Conectividad
Si el equipo que utilizamos habitualmente tiene unos cuantos años, y hemos empezado a tener problemas para conectarnos a redes inalámbricas que utilizan protocolos de seguridad no compatibles con nuestro portátil, no es necesario tirarlo a la basura.
El módulo de conectividad de un portátil, donde se incluye soporte para Wi-Fi y Bluetooth es otro de los componentes que podemos reemplazar rápidamente con un módulo que ofrezca Wi-Fi 6 y, además Bluetooth para conectar periféricos de forma inalámbrica.
Este tipo de módulos se pueden reemplazar fácilmente en un portátil, aunque es necesario desmontar toda la parte trasera del equipo al no estar accesible a través de una tapa como si lo está la memoria RAM y el almacenamiento. Una vez, es importante señalar que esta opción no está disponible en equipos compactos como los ultrabooks y los equipos con procesadores ARM.