Los que crecimos en los años 90, cuando los ordenadores comenzaban a llegar a muchos hogares, recordamos con cariño el diseño de las cajas de entonces, cajas en color beige, con un frontal repleto de espacio para instalar unidades de disco y lectores de CD principalmente.
Si todavía conservas un equipo de esta época, y te estás planteando la posibilidad de utilizarla para montar un nuevo PC si el diseño futurista y repleto de luces de la mayoría de las cajas actuales no te acaba de gustar, existen varios motivos por los que deberías descartar esta rápida rápidamente de la cabeza.
Problemas de ventilación
La mayoría de las cajas de PC de antaño contaban con un ventilador en la parte trasera que se encarga de hacer circular el aire entre el interior y el exterior ya que el calor que se podía generar en el interior de esta no era tan elevado como con cualquier procesador moderno.
Estas cajas, no contaban con rejillas de ventilación adicionales donde ubicar más ventiladores ni en los laterales, ni en el frontal y mucho menos en la parte superior. Debido a la falta de rejillas de ventilación, tampoco hay espacio ni soportes diseñados para añadir un sistema de ventilación más eficiente, algo que se puede solucionar si tenemos experiencia en bricolaje.
Olvídate de los puertos de la caja
En aquella época, no existían lápices USB y mucho menos discos duros portátiles por lo que las cajas no tenían la necesidad de ofrecer puertos en la parte exterior de la caja para tenerlos más a mano. Además, si queríamos disfrutar del sonido de un videojuego necesitábamos una tarjeta de sonido (las SoundBlaster fueron las más populares) donde debíamos conectar directamente los auriculares o conjunto de altavoces que utilizáramos.
Con el tiempo, se lanzaron al mercado módulos que se podían colocar en el espacio para la unidad de CD donde se podía conectar algún puerto USB, aunque su principal uso era leer tarjetas de memoria. Estos módulos dejaron hace muchos años de fabricarte conforme las cajas evolucionaron para incluir conectores en el frontal.

Poco espacio en el interior
El espacio disponible en el interior de estos equipos era muy reducido ya que el espacio reservado para los discos duros y unidades de CD eran muy grandes, reduciendo así el espacio disponible para utilizar tarjetas PCIe. Si tenemos una tarjeta gráfica de gama alta, es imposible hacer espacio en el interior de la caja para poder colocarla correctamente en el equipo. Esto, a su vez, está relacionado con el calor que generan y con los problemas de ventilación de este tipo de cajas.
¿Merece la pena?
Estas son las principales limitaciones con las que nos podemos encontrar a la hora de utilizar una caja antigua de PC con un hardware relativamente moderno, a y lo que tenemos que sumar la posibilidad de reemplazar el lateral por uno transparente a no ser que nos lo hagan a medida y de no poder utilizar iluminación RGB, algo completamente secundario en caso, ya que no afecta a su funcionalidad.
Si bien se puede llevar a cabo esta tarea, las limitaciones y problemas a los que nos podemos enfrentar son demasiadas como para hacer viable este proyecto. Algunos fabricantes como Toshiba han lanzado al mercado cajas retro con este diseño clásico, pero adaptadas a las necesidades actuales, con ranuras de ventilación adicionales, espacio para colocar ventiladores adicionales y gráficas de gama alta.