Google acaba de presentar su nueva apuesta en el mercado de la realidad mixta en colaboración con Samsung, propuesta que llegará al mercado en 2025 y que tiene por nombre Android XR, unas gafas gestionadas por una versión de Android diseñada para estos dispositivos que llegará al mercado en 2025, probablemente con la presentación de los nuevos Samsung Galaxy S25.
Este no es el primer proyecto de Google en el mercado de las gafas de realidad aumentada. El gigante de las búsquedas presentó en junio de 2012 las Google Glass, unas gafas de realidad aumentada con un diseño muy curioso que llegaron al mercado estadounidense en 2014 por 1000 euros. Uno año después, Google anunció que abandonaba este proyecto, bueno, más bien que lo dejaba guardado en un cajón para retomarlo más adelante.
Si bien es cierto que la idea de las Google Glass no era mala, tenía una importante limitación en cuanto a hardware (hablamos de 2012) además de no ser compatibles con unas gafas de vista y o de sol tradicionales, limitando su uso a las personas que tienen una versión perfecta.
Las Google Glass están de vuelta
Con Meta liderando el desarrollo de unas gafas de realidad aumentada con el proyecto Orion que presentó en septiembre pasado (todavía no tienen un nombre comercial) Google ha vuelto a sacar el cajón el proyecto de las Google Glass y le ha dado una vuelta completa.
Según afirman desde Patently Apple, Google ha presentado varias patentes de una serie de aplicaciones de uso de unas gafas inteligentes que, sin lugar a dudas, suponen el regreso de las Google Glass a la mesa de los ingenieros de Google.
Según podemos ver en las imágenes de esta patente, ahora si hablamos de unas gafas y no de una especie de gafas del futuro con un cristal donde se proyecta la información como funcionaban las Google Glass originales.
Además, lo que considero más importante de todo es que se podrán utilizar con lentes graduadas, esto supone un importante cambio no solo con respecto a la primera generación sino también con todas las gafas de realidad mixta disponibles en el mercado ya que ninguna admite la posibilidad de incluir lentes graduadas, la única opción es regular la distancia de la lente al ojo.
En estas mismas imágenes, también podemos ver un marcador de posición que es donde se mostrará información en la lente, información que sería proyectada desde uno de los laterales, aunque esa información no aparece en este potente de Google.
De esta forma, Google lo único que vendería sería la montura siendo el usuario final el que tendría que ir a una óptica para implementar unas lentes graduadas, un proceso para el que probablemente Google llegue a un acuerdo con un número limitado de centros ópticos para asegurarse de que el proceso se lleva a cabo correctamente.
Es importante señalar que hablamos de una patente. Esto significa que Google ha registrado su idea para protegerla y no implica que tenga la intención de llevarla a cabo, al menos en un futuro cercano. Esta vuelta de tuerca a las Google Glass es lo que necesitaba este proyecto para salir adelante.