Diablo IV sale oficialmente a la venta mañana 6 de junio, pero desde el pasado viernes ya es posible acceder a él gracias a las versiones más caras que abrían las puertas de Santuario de forma exclusiva, lo que ha llevado a millones de jugadores a estar probando durante todo el fin de semana el soberbio trabajo que han llevado los de Irvine. Que por cierto, no ha dado demasiados problemas técnicos más allá de un algunas leves incidencias en PS5.
Sea como fuere, tanto en PC (¡¡no está para Mac!!) como en Xbox Series X|S y PS5, ya podemos sumergirnos en la historia de Lillith y avanzar por todos los actos de este Diablo que experimenta con una especie de mundo abierto y que, curiosamente, mantiene y respeta toda la esencia de la saga original, lo que es una buena noticia para todos aquellos que llegaron a pensar durante un momento que Blizzard había desnaturalizado su franquicia.
Da igual dónde lo juegues
Ahora bien, a diferencia de otras compañías que no cuidan tanto el producto, debes saber algo si todavía no has pasado por la caja de Blizzard para hacerte con un ejemplar del juego: da igual dónde lo juegues porque tu experiencia será solo una a través de cualquier consola u ordenador en el que lo vayas a disfrutar.
Esto es así porque Diablo IV es totalmente crossplay y crossave, es decir, que dentro de las partidas podremos cruzarnos con jugadores que están conectados desde un PC, una PS5 o una Xbox Series X|S indistintamente, sin que se note el origen de su juego. De tal forma que podremos unirnos a sus grupos, disfrutar de misiones específicas con ellos de la mano y, por supuesto, comunicarnos a través de gestos, mensajes o chats donde participemos.
Tened en cuenta que todo el entramado online lo gestiona la propia Blizzard por lo que será necesario tener una cuenta de Battle.net activa, que en el caso de las consolas, antes de acceder por vez primera tendremos que vincularla tanto a nuestra ID de PlayStation como de Microsoft. Así nos olvidamos de problemas a lo largo de toda nuestra andadura por Diablo IV.
La partidas también
De todas formas, aunque cruzarnos con jugadores de otras plataformas está muy bien, hay otra función que es todavía más importante como es el crossave. Todo lo que hagamos con nuestros personajes quedará guardado en la cuenta de Battle.net por lo que da igual desde qué edición de Diablo IV juguemos que mantendremos los progresos hasta el último conseguido hace unos segundos.
Eso nos permite disfrutar del juego en consolas para tener un 4K esplendoroso a 60 fotogramas por segundo en la pedazo tele del salón (en PC también vienen funcionando muy bien los Diablo), y luego coger nuestra Steam Deck, o ASUS Rog Ally, para ir por la calle echando unas partidas gracias a la versión de PC. Algo que supone una inversión extra porque tendremos que comprar dos ediciones del juego (a ser posible idénticas) pero que ofrece al menos esa opción para llevarnos en movilidad con nosotros la partida de ese nigromante que tanto nos embelesa.
Por supuesto, y como ya sucedió en las ediciones anteriores de este juego, esto significa que es necesario tener una cuenta en Battle.net e iniciar sesión con ella… en este caso al menos tiene un motivo, ya que el hecho de que se sincronicen nuestras partidas y personajes es toda una ventaja. Por cierto, y aunque parezca obvio, también es necesario que tengas una conexión activa a Internet para que se pueda guardar tu progreso en la nube.
Así que ya lo sabéis, da igual desde dónde juguéis y dónde lo vayáis a hacer en el futuro que ese progreso en la historia no se perderá. Como vuestra amistad con personajes que no se han creado en la misma plataforma desde la que tú estás conectado.