Conforme avanza la tecnología, los fabricantes optar por diseñar productos cada vez más compactos, especialmente la compañía con sede en Cupertino, una empresa cuyos portátiles con una obra de ingeniera que solo podemos encontrar en los denominados ultrabooks y que están diseñados para ocupen el mínimo espacio posible y que sean lo más ligeros posibles.
El último portátil de Apple que acaba de llegar al mercado es el MacBook Air con el chip M3, un equipo que está disponible en versiones de 13 y 15 pulgadas con una configuración básica de 8 GB de memoria RAM y 256 GB de almacenamiento flash.
Como suele ser habitual en este fabricante, todos los componentes están soldados a la placa base, por lo que no se pueden ampliar a posteriori llevándolos a Apple, pero si lo llevamos a un servicio técnico que sea lo que hace, aunque eso conlleve perder la garantía.
¿Se puede reparar un MacBook Air M3?
Lo primero y principal que debemos saber si se puede reparar o no un equipo y conocer lo fácil o complicado que lo ha hecho el fabricante para que se pueda desmontar con facilidad. La mayoría de los fabricantes, especialmente Apple, utiliza pegamento para fijar la mayoría de los componentes en sus equipos, como la batería, sellos y demás, lo que dificulta enormemente el proceso para desmontar un equipo sin romper ninguna pieza, por no hablar de la manía de soldar todos los componentes.
Los iFixit han comprado el nuevo MacBook Air de 15 pulgadas con el chip M3 para desmontarlo y, en base a su dificultad, darle una nota de reparabilidad. La que ha obtenido este nuevo portátil de Apple es de un 5 sobre 10, algo superior a la que habitualmente reciben estos equipos de Apple, ya que se ha cambiado parcialmente el diseño y los tornillos que se empleaban en modelos anteriores haciendo que sea un poco más sencillo desmontarlo para acceder a su interior.
Según afirman desde iFixit y tal y como podemos ver en el vídeo del proceso que han colgado en YouTube y que os mostramos sobre estas líneas. Un detalle que llama especialmente la atención es que los tornillos que fijan la parte inferior, no se encuentra debajo de los soportes de goma, sino que están accesibles a simple vista. Afortunadamente, la parte inferior no incluye ningún tipo de adhesivo, por lo que únicamente debemos hacer palanca hacia afuera ayudándonos de una cuña.
A diferencia de los modelos anteriores, no es necesario desmontar medio equipo para poder acceder la batería, por lo que reemplazarla o nos llevará mucho más tiempo que cualquier otro PC que la incluye en interior y no es extraíble, aunque previamente tendremos que lidiar con unos cuantos tornillos y una sujeción plástica. El diseño del interior del modelo de 15 pulgadas es muy similar al de 13, por lo que el proceso es exactamente el mismo.
Desmontar el Touchpad implica tener que desatornillar hasta 10 tornillos y también carece de pegamento para fijarlo al equipo, algo que, sin duda, también es de agradecer. Desmontar la pantalla, los puertos y la placa también es un proceso bastante sencillo y donde únicamente tenemos que lidiar con gran cantidad de tornillos torx.
Parece que en Apple ha comenzado a olvidar se soldar todos los componentes a la placa y piensan más en la facilidad para reparar que en poner obstáculos para hacerlo, aunque no por voluntad propia sino porque la ley de derecho a reparar le obliga a crear dispositivos más fáciles de reparar (dejando de lado las soldaduras) y a publicar guías de cómo hacerlo.
Y hasta aquí las opciones para reparar un MacBook, ya que, si la memoria o la unidad de almacenamiento dejan de funcionar, no podemos reemplazarlo al estar soldados a la placa base, por lo que nos veremos obligados a acudir al servicio técnico oficial de Apple si todavía tiene garantía o acudir un servicio técnico profesional que pueda lidiar con el problema.