La mayoría de la gente (en la cual me incluyo) bajan la tapa de su ordenador portátil en lugar de apagarlo por la comodidad que eso ofrece. Poder volver a tener todo en cuestión de segundos cuando nos apetezca, hace que muchas veces nos dé pereza tener que apagar todo el equipo y volver a iniciarlo después.
Sin embargo, ¿sabías qué puede ocurrir si a menudo haces eso? Vamos a descubrir en que casos es una ventaja y en cuáles podría ser perjudicial.
Portátil siempre suspendido
Como bien decíamos, tener nuestro ordenador siempre suspendido es una gran ventaja, sobre todo en ahorro de tiempo. La velocidad con la que volvemos a tener todo disponible cuando lo necesitamos es casi instantánea. Pero no todo son pros, existen contras que nos harán pensarlo mucho la próxima vez que lo vayamos a hacer.
El punto más perjudicial sería la vida útil tanto de nuestro ordenador como de nuestra batería, y es que, cuando dejamos este suspendido, aunque su consumo es relativamente bajo, existe, y puede llevarnos a perder muchos ciclos de carga.
¿Cuántas veces has bajado la tapa de tu portátil y no lo has cogido en 2 o 3 días? En ese momento puede que te des cuenta de que ya no tiene batería o que si le queda es muy poca. Posiblemente, hayas perdido 1 ciclo de carga y esta, a su vez, capacidad general.
Por otro lado, cuando tus discos están en reposo, aunque utilicen poca energía, están en funcionamiento, y eso quiere decir que en épocas de calor, por ejemplo, estarían aumentando su temperatura sin un ventilador u otro sistema de refrigeración activo que los ayude. Y aunque el desgaste sea mínimo, existe, por lo que esos discos estarían perdiendo vida.
Es como dejar un coche encendido, sin moverse. Aunque su consumo es bajo y apenas realiza un esfuerzo, ya que el motor no tiene que mover el vehículo, está consumiendo energía y desgastando el motor. ¿A qué nunca lo dejas encendido durante horas? Pues esto es lo mismo.
En resumen, bajar la tapa de tu portátil por comodidad y para usarlo momentos después es una buena opción, sin embargo, si pretendes irte a dormir o simplemente no sabes cuando vas a volver a usarlo, es mejor que lo apagues, o lo hibernes en el peor de los casos, sino quieres perder todas las pestañas y programas abiertos en ese momento. Aunque un equipo en hibernación también genera un desgaste, aunque no lo creas.
Así que ya lo sabes, no cuesta nada, a día de hoy un equipo con SSD se inicia en cuestión de segundos. Es una tontería perder rendimiento y vida en nuestro ordenador por ganar unos segundos cuando ni siquiera sabemos el día que lo volveremos a usar.
Existen otros inconvenientes, como el gasto de energía eléctrica, ya que cada hora que pasa, aunque la batería no supone un coste, el volver a cargarla sí. Y aunque su consumo es bajo, vuelvo a ponerlos el mismo ejemplo, no dejarías tu coche encendido, salvo que tardes muy poco en continuar la marcha.