Llegar a hablar de fuentes de alimentación de cuatro cifras es algo que parecía una exageración hasta hace relativamente muy poco tiempo. Sin embargo, con el aumento constante de la potencia utilizada por los diferentes componentes clave nos vamos a mover a potencias por encima de los 1000 W y, por tanto, a fuentes de alimentación cada vez más complejas y caras.
Desde que se terminó el escalado de Dennard, el coste energético por transistor ha ido aumentando paulatinamente en todos los procesadores. Esto ha ocurrido desde 2005. Desde entonces hemos visto un aumento del consumo energético en nuestros PC que pronto no situará con procesadores que tendrán picos de TDP de 300 W y tarjetas gráficas consumiendo por encima de los 600 W. Eso sí, la potencia obtenida por cada uno de esos vatios es cada vez mayor.
El salto en el consumo energético ha supuesto la creación de nuevos estándares en lo que a fuentes de alimentación se refiere. Sin embargo, los picos de consumo en lo que al hardware se refiere son el verdadero desafío de este componente clave. En dichos periodos de no más de 100 milisegundos cada uno, el consumo energético aumentar considerablemente y provoca que no sea necesario que la fuente pueda soportar una potencia mucho más alta que la especificada. Todo ello da como resultado un desafío enorme para los fabricantes de PSU bajo el nuevo estándar ATX 3.0,
A partir de 2023 tu PC para jugar consumirá más de 1000 W
En una entrevista concedida a PC World por el especialista en Intel en lo que a potencias y consumo se refiere, el señor Stephen Eastman. El ingeniero ha respondido varias preguntas acerca del nuevo conector para tarjetas gráficas, el cual es capaz de otorgar hasta 600 W de potencia por sí mismo. El cuál es conocido también por el complicado nombre de PCIe Gen 5 12VHPWR.
Con el nuevo conector PCIe 5.0 y el ATX 3.0. Tanto Intel como PCI SIG solventan lo que ambos de manera eufemística llamamos «escapas de potencia», las cuales, como podréis reconocer, no es más que una forma edulcorada de decir «picos de potencia». El PCI SIG ha marcado que la capacidad de una GPU es la de poder superar en tres veces la máxima potencia sostenida. Esto significa que una tarjeta gráfica a 600 W tiene permitido subir a los 1800 W por 100 microsegundos.
Con tal de ayudar a que dichas escapadas de potencia sean suaves, una fuente de alimentación ha de estar diseñada con los suficientes capacitadores en el sistema que prevengan el sistema de la caída de energía y posiblemente la parada repentina del PC. Por las estimaciones de Intel, una tarjeta gráfica de 300 W en un sistema ATX 3.0 bien diseñado debería ser soportado por una fuente de 750 W, con unos 300 W asignados a la CPU y 150 W para el resto del sistema.
Si lo que buscas es poder adaptar una fuente existente del tipo ATX 2.X para hacer funcionar la misma tarjeta gráfica de 300 W, entonces potencialmente vas a necesitar una fuente de 1100 W para darle soporte.
Si miramos la tabla de arriba de estas líneas, correspondiente a como se distribuye la potencia es la especificación ATX 3.0 y el aumento en el consumo de las tarjetas gráficas, entonces queda muy claro que cualquier PC para gaming mínimamente serio deberá descartar el uso de una fuente de alimentación de menos de 750 W y se recomendaría una de 1000 W o más.