Con la llegada de las GPU GeForce RTX 3000 Series de arquitectura Ampere, y posteriormente con las Radeon RX 5000 Series de AMD, los requisitos de la fuente de alimentación se han visto incrementados dado el alto consumo de estas últimas generaciones de tarjetas gráficas, llevando a muchos usuarios a tener dudas al respecto. En este artículo te vamos a contar lo que dicen los propios fabricantes con respecto a cuánta potencia necesitarás tener en tu fuente de alimentación dependiendo de la tarjeta gráfica que tengas.
Antes de comenzar debes tener en cuenta que, a la hora de escoger una fuente de alimentación para tu equipo, son varios los factores que influyen además de su potencia máxima, como su eficiencia energética o el amperaje (intensidad de corriente) que es capaz de entregar en sus raíles de +12V. Dejando esto de lado pero por supuesto teniéndolo en cuenta antes de escoger, a continuación te vamos a contar qué dicen los fabricantes –en este caso, ASUS– sobre la potencia que necesita tener tu fuente dependiendo del procesador y la GPU que tengas.
¿Es correcta la potencia de la fuente de alimentación de los requisitos?
Cuando nos compramos una tarjeta gráfica, si miramos en las especificaciones de la caja veremos que aparece una potencia en vatios que es lo que aparentemente ha de dar nuestra fuente para que la tarjeta gráfica vaya con soltura. Sin embargo, dicha información es incompleta y se ha de entender como un mínimo por el hecho de que el fabricante no tiene poderes de precognición para saberlo. Especialmente en la parte del procesador que tengas montado, no es lo mismo tener por ejemplo un i9-13900K que en momentos de Boost puede alcanzar los 250 W, que un i5-13400F que alcanzará menos de la mitad y eso ya es una diferencia de 100 W.
Se puede ver a la legua que estas recomendaciones son muy genéricas, y realmente pueden ser acertadas en términos generales pero con ciertos matices. Dado que dependerá del consumo de la CPU que tengamos colocada en el sistema, es más, si somos usuarios de una estación de trabajo con una CPU Xeon W de Intel o Threadripper de AMD veremos que estos pueden alcanzar casi los 300 W de consumo. Aunque claro está, que el fabricante de la tarjeta gráfica tiene en cuenta que vas a montar un PC convencional y en ese caso la clásica regla de tres que utilizan, sumar 150 W, se queda totalmente corta como es obvió.
La eficiencia de la fuente de alimentación es importante
La eficiencia es la cantidad de corriente alterna que la fuente o transformador puede convertir en continua, pero es también una forma de hablar de calidades de la fuente. Es decir, cosas como los capacitadores es importante destacar que muchas fuentes de mala calidad dan problemas de eficiencia que no solamente se terminan convirtiendo un malgasto de energía, sino que llegan a perjudicial al rendimiento del resto del componentes e incluso, por momentos, para su integridad física: no podemos arriesgarnos a un malfuncionamiento que concluya en uns avería más grave.
Esto tiene que ver con la recomendaciones que suelen dar los fabricantes de tarjetas gráficas para determinar la fuente de la GPU a recomendar. A medida que las gráficas y procesadores avanzan también lo hacen sus estados de energía y sobre todo sus circuitos electrónicos, los cuales cambian de estado más rápido, con mayores voltajes y amperios.
Gestionar esos cambios a esa velocidad y en mayores valores repercute en un estrés para la fuente de alimentación que tiene que sortear unos picos demasiado grandes en no pocos casos. Así que llevar una cantidad de vatios demasiado justa solo va a repercutir en una peor eficiencia energética y un estrés mucho más acusado para la fuente, por ello siempre se sobredimensiona.
¿Qué potencia de fuente necesita mi GPU?
Comprar una PSU con el doble de vatios que el consumo real en full del PC es lo recomendable y sobre todo, una fuente de calidad que bien puede ser multirail o monorail, según lo que necesitemos, aunque estas últimas dados los cambios de las RTX 30 y RTX 40 parecen estar volviendo a ganar terreno en este apartado.
Para nosotros el puerto PCI Express es el que manda y por tanto si hemos de sumar la potencia de la gráfica no deberías mirar el TDP de la misma, sino la potencia que dan los conectores de alimentación que necesita. Nada te asegura que tomen toda la potencia de los mismos.
Cómo elegir bien la fuente de la PSU para la GPU y el resto de tu PC
Elegir una fuente de alimentación para tu PC no es un tema que consista tan solo en mirar la potencia y a tirar millas, pues como te hemos explicado muchas veces hay múltiples factores que influyen en su desempeño y que pueden llegar a ser determinantes. Por lo tanto, te vamos a dar a continuación algunas recomendaciones personales para intentar ayudarte a la hora de elegir la próxima fuente de alimentación de tu equipo:
- Potencia: siguiendo la regla de «más vale que sobre», añadimos que tampoco hay que pasarse. Si tu equipo va a consumir por ejemplo 500 vatios a máxima carga lo ideal es que no escojas una fuente de 500 o 550 vatios porque vas a andar justo… aquí te recomendamos que te sobre como poco un 30% de potencia, siendo un 50% lo ideal (de manera que si el equipo consume 500 vatios a máxima carga, la fuente ideal sería de 750W).
- Eficiencia: actualmente, la certificación de eficiencia que ofrece el mejor balance entre calidad, eficiencia y precio es el 80 Plus Gold. Las fuentes de inferior certificación gastarán más electricidad y las de mayor certificación, menos, pero obviamente el incremento de precio en estas últimas es bastante notable.
- Cableado: en la actualidad no recomendaríamos fuentes que no sean modulares salvo que busques ahorrar el máximo; el contar con cables modulares (o aunque sea semi modulares) es algo que siempre es de agradecer, puesto que conseguirás un interior del PC más limpio y presentable y sin cables sin usar acumulados junto a la fuente entorpeciendo el flujo de aire.
- Protecciones y garantía: otro factor a tener muy en cuenta a la hora de escoger una fuente de alimentación para el PC es fijarte en que cuente con todas las protecciones posibles, ya que aunque lo ideal es no tener que hacer uso de ellas nunca, en caso de problemas eléctricos es algo que echarás de menos de carecer de ello. Igualmente, hay fabricantes que dan hasta 12 años de garantía en sus fuentes y eso es sinónimo de que están muy seguros de su buen funcionamiento, y es algo a tener también en cuenta.
Cuidado con los modelos ‘custom’
Tanto NVIDIA como AMD venden sus propias tarjetas gráficas con sus GPU y muchas veces se confunden unas con otras por una mala comunicación. Si por ejemplo se dice que la RTX 4090 en su Founders Edition de NVIDIA pide una fuente de alimentación de 850 W, esto no significa que todas las RTX 4090 de otros fabricantes requieran esa potencia. Esto se debe a que puede que hayan realizado modificaciones que hagan que la fuente de la GPU que se requiera sea distinta. Cosas como un sistema de refrigeración más potente, mayor velocidad de reloj en memoria y chip gráfico, etcétera.
Este es otro motivo por el cual tienes que ir con pies de plomo y fijarte bien en la recomendación del fabricante. En especial con el nuevo conector 16 pines que usan las RTX 40, ya que en la gama alta y de cara al overclocking hay cada vez más diferencia entre lo que puede dar el puerto de alimentación que va de la fuente a la GPU y lo que consume la tarjeta gráfica de base.
De todas formas, es un trabajo en sí mismo conocer cuál es la potencia que necesitamos y el componente perfecto para eso que queremos hacer, por lo que te recomendamos siempre, en caso de dudas, recurrir a un experto que te asesore. Y si tienes una tienda de confianza, ve a ella y explica los requisitos que tienes en mente para que te ofrezcan una solución a medida de lo que vas a utilizar.