A pesar de que el precio de la memoria Flash ha aumentado en los últimos tiempos y ha dado como consecuencia una subida de precio de los SSD, básicamente todo el mundo elige ya un SSD como almacenamiento de su sistema, ya que después de todo el incremento de precio no es tanto comparado con el incremento de prestaciones que se obtiene a cambio. En 2021, ya solo quedan tres fabricantes de discos duros principales, mientras que durante los últimos 30 años han existido más de 200 fabricantes de SSD, ¿qué es lo que está pasando para tener esta diversificación.
El desarrollo de los discos duros mecánicos por parte de los fabricantes ha durado casi 50 años; tras el lanzamiento del primer disco duro comercial por parte de IBM en el año 1956, es complicado establecer una ruta técnica posterior diferente a la suya y prueba de ello es que fueron muchas las empresas que ingresaron en este mercado de manera posterior. Durante su época de mayor auge, hubo más de 200 proveedores, pero a día de hoy ya solo quedan tres.
El auge de los SSD y el declive de los fabricantes de discos duros
Mucho tiempo se lleva hablando del hecho que la industria de los discos duros está en extinción. Con la retirada de empresas como la pionera IBM o la gigante Samsung, ahora solo quedan tres grandes fabricantes de discos duros: Western Digital, Seagate y Toshiba.
Por el contrario, los dispositivos de estado sólido son mucho más jóvenes; se considera que el primer SSD del mundo fue lanzado por SanDisk en el año 1991, con una capacidad de tan solo 20 MB y un precio de 1.000 dólares en aquel entonces. Con tal precio, tan solo ciertos portátiles ThinkPad de IBM lo integraban, pero aun así ya habéis visto la evolución que ha tenido en sus 30 años de historia, pues a día de hoy es casi imposible encontrar un ordenador que no lleve ya un SSD de fábrica, ya que su precio se ha visto reducido considerablemente.
Aunque los discos duros van a la zaga de los SSD en términos de «concepto técnico», el proceso de fabricación real es muy complicado y el umbral es extremadamente alto. Desde los platos, cabezales magnéticos hasta los sistemas de servidor, evolucionar estas tecnologías conlleva una inmensa inversión, y aunque fabricantes como Seagate siguen insistiendo en mejorar y mejorar la densidad de sus discos duros ofreciendo cada vez mejores capacidades, están cerca de llegar al límite, mientras que la capacidad de los SSD parece poder crecer sin limitación alguna.
Por el contrario, la producción de los SSD es bastante simple, básicamente tienen un PCB con una controladora y los chips de memoria Flash, además de una simple carcasa. La memoria flash la fabrican seis principales fabricantes de memoria del mundo, y lo mismo sucede con la controladora, así que en comparación con los discos duros el acceso a la fabricación de estos es mucho más simple.
Dicho de otra manera: en la actualidad es muchísimo más caro fabricar y desarrollar técnicamente un disco duro mecánico que un SSD, motivo por el que más y más empresas han abandonado este nicho de la industria hasta el punto de que solo quedan tres, mientras que en la industria de los SSD, como son mucho más sencillos y baratos de fabricar, cada vez son más los fabricantes que se están subiendo al tren.
Los últimos datos muestran que hay más de 200 fabricantes de SSD, y su distribución es también bastante interesante ya que un 40% procede de los Estados Unidos, país que abarca el mayor número de fabricantes aunque pudiéramos pensar que sería China quien dominara este mercado. Los fabricantes de China y Taiwán representan el 13% y el 22% respectivamente, mientras que Japón y Corea del Sur representan el 6% y 4% nada más.
Por ahora no hay indicios que nos hagan pensar que ninguno de los tres fabricantes de discos duros que quedan pretendan abandonar también la industria, y de hecho como hemos señalado antes especialmente Seagate está empujando con mucho ahínco el desarrollo de la tecnología. Pero de lo que no cabe duda es de que siendo el desarrollo de SSD mucho más fácil y barato, su auge terminará por dominar completamente la industria… llevamos mucho tiempo vaticiándolo, pero es que en último término es lo que sucederá.