La crisis y escasez actual de chips y semiconductores que estamos sufriendo tiene una serie de vertientes de la que poco se habla. Y es que como dice el dicho: hecha la ley, hecha la trampa, ya que como industria paralela y salvo excepciones muy contadas, las compañías se están enfrentando a algo un poco insólito: las falsificaciones. Normalmente esto lo sufren los usuarios finales, pero esta mafia se está extendiendo hasta arriba irrumpiendo en sectores donde antes no tenía cabida. ¿Estamos comprando productos electrónicos originales con componentes falsos?
Era de esperar por un lado que los productos falsificados en cuanto a chips se refiere llegaran a fabricantes y ensambladores, pero por otro lado la demanda está haciendo que al no haber oferta suficiente muchas empresas no estén verificando si dichos chips son originales. Ahora se está dando el caso de que podemos comprar un producto totalmente original y que este incluya componentes que no son tal, copias casi perfectas, de baja calidad y menor durabilidad, lo cual tiene serias connotaciones en el producto final. ¿Esto está realmente pasando a día de hoy?
Oferta, demanda, falsificación y posterior deterioro o rotura
Lo vivido en nuestro país con el cierre total del mismo durante un periodo de tiempo es casi el pan de cada día en empresas de Asia. Las ciudades industriales tienen fuertes medidas contra el COVID y como tal los cierres parciales están a la orden del día.
Esto implica que en muchos casos no hay una oferta y producción adecuadas, lo que afecta a las ventas hasta el punto de que empresas TOP a nivel mundial están lanzando stock de productos ya descatalogados para intentar paliar el golpe de las ventas que no están haciendo con los productos nuevos.
Esta escasez de chips tiene un foco oscuro bastante siniestro, y es que ante la escasez mundial los delincuentes están entrando de lleno al mercado de los componentes electrónicos de bajo y alto nivel. Todas las empresas de electrónica tienen escasez de algún componente, por distintos motivos, y aquí ahora mismo están haciendo su agosto particular los falsificadores. Falsificar un iPhone es complicado, requiere materiales decentes, un sistema operativo, una integración del hardware y estudio del mismo, pero fabricar chips concretos para dicho smartphone … Es mucho más fácil.
Más baratos, más rápidos de fabricar y sin control por la escasez
Por lo tanto, producir chips funcionales resulta mucho más barato en términos generales y ahí se están enfocando los falsificadores. Si una empresa necesita para mañana 5000 chips y los pide a otra empresa con la que está trabajando, es complicado demostrar que esta última no esté incluyendo parte de los chips con menor calidad de la original, sobre todo si la empresa que los solicita no pasa verificación alguna por falta de tiempo.
La Asociación Internacional de Revendedores Electrónicos (ERAI) está detectando un aumento de piezas falsificadas en la cadena de suministro, todo a pesar de que los chips por diseño tienen una serie de características para evitar ser falsificados, pero hasta eso están copiando en la actualidad.
Esto no parece afectar a las grandes empresas que no trabajan con distribuidores, sino con fabricantes directamente, pero solo con aquellos que fabrican todos los chips desde cero y no dependen de terceros. Esto está produciendo que los componentes que se crean tengan o bien un funcionamiento no tan correcto como se espera, o tengan menor durabilidad o problemas de fugas de energía, por citar algunos ejemplos.
La duda está en el hecho de que si ciertas empresas son conscientes de esto y están comprando a sabiendas de la peor calidad o prestaciones, principalmente porque les sale más caro mantener las líneas de producción paradas que enfrentar costes por demandas, retiradas de productos o reemplazos. Triste, pero parece que si esto sigue así tendremos problemas incluso con productos originales, así que habrá que estar atento a estos movimientos de la industria.