Puede que no se entienda en primer término tras las variadas noticias que hemos ido dando sobre la mejora en las FABs y en los tiempos de entrega de los chips. Pero como en todo hay una explicación a esto y para darla hay que excluir a Intel, TSMC y Samsung de la ecuación, porque fuera de ahí la crisis de los chips ha empeorado: un 50% más de demora que en 2021.
¿Crees que la situación se solucionará el año que viene como decía Intel? Pues parece que no va a ser así, y eso que la compañía no se refería a sí misma puesto que apenas tienen problemas de suministro al ser el gigante de mayor tamaño de la industria. Fuera de ello y según citan las fuentes los investigadores están encontrando un panorama desolador.
Sin capacidad de reacción y producción
Lo cierto es que dichos investigadores de mercado observan varios problemas principales en la industria. El principal es que la expansión de las compañías y sus FAB de obleas de mayor tamaño en cuanto a nanómetros apenas ha mejorado.
La demanda sigue creciendo y estas compañías están en un problema porque como se suele decir «les ha pillado el toro». La crisis empezó con las grandes FAB y ahora ha llegado a las pequeñas, que por otro lado, no han sabido moverse como sí han hecho los tres tenores. Los datos son muy esclarecedores: se ha creado un 13% más de capacidad de producción para los chips a 28 nm, pero más allá de este proceso litográfico y sobre todo para aquellas FAB con 40 nm o superior la capacidad solo se ha aumentado un 4%.
El resultado en primera instancia para aquellos clientes de estas compañías ha sido demoledor para el cuadre de sus cuentas trimestral: un aumento del precio promedio de un 15% para estos chips.
Empeora la crisis de los chips: +50% de demora
No olvidemos que todo lo que nos rodea tiene chips y como tal, está sujeto a una industria que se está tambaleando por los tiempos. Los investigadores fueron más allá y citan textualmente que otoño de 2021 era bastante mejor que este primer trimestre de 2022. Para ser concretos hablan de cifras bastante preocupantes: el tiempo de entrega ha aumentado 15 semanas más, donde ciertos procesadores básicos tienen plazos de 44 semanas, es decir, 10 meses.
El resultado estadístico medio es más preocupante si cabe: la industria ha subido el tiempo medio de entrega en un 50%, es decir, la demora desde que se hace el pedido hasta que se entrega ha crecido en dicho porcentaje.
Pero hay más, porque como en todos los sectores hay piezas clave. En estos chips que son imprescindibles y su demanda está disparada la demora asciende a la friolera de 99 semanas en el peor de los casos. O lo que es igual, más de dos años desde que una empresa solicita cierto volumen hasta que pueda ser entregado para su instalación junto a otros componentes.
Por lo tanto, 2022 está siendo peor año que 2021 y no parece ni de lejos que esto se vaya a terminar en 2023, al menos para la industria en su totalidad. Quizás Intel, NVIDIA, AMD, Apple, TSMC y Samsung sí salgan de la crisis, pero seguirán dependiendo de FABs y chips externos para sus productos, de ahí que Intel se haya movido para comprar Tower Semiconductor.