Los analistas advierten: los vetos a China supondrán una guerra de precios
La guerra comercial entre Estados Unidos y China no es nada nuevo, es un tema recurrente del que se lleva hablando desde hace mucho tiempo, pero cada vez se agrava más, debido a diversos motivos como pueden ser las restricciones a la hora de realizar exportaciones desde EEUU hacia China. Es por ello que el país asiático ha decidido responder frente a estos vetos preparándose para una guerra de precios, abriendo una gran cantidad de fábricas de microchips.
La enemistad entre estos dos países cada vez es más grande, y más si nos referimos en el ámbito económico, ya que cada vez tratan de hacerse una competencia más grande unos a otros, lo que termina derivando en que existan dos grandes potencias que lo controlan (casi) todo. Dependiendo desde que punto de vista lo miremos puede resultar algo bueno o malo para los consumidores, ya que más competitividad por lo general significa precios más bajos, pero a la vez más producción también implica un aumento del uso de las materias primas, por lo que puede terminar en cierto momento en una escasez de las mismas.
Los vetos podrían crear una guerra de precios
Frente a los vetos que ha estado estableciendo Estados Unidos estos años, el gigante asiático lleva ya bastante tiempo tratando de evitar que esto le repercuta de forma negativa, ya que teniendo en cuenta que se trata de un país extremadamente industrializado, que se impida o se regule de una forma extremadamente dura puede resultar en un gran problema para su economía, y aunque no lo parezca, para la nuestra.
El principal motivo por el que a nosotros como consumidores nos pueden llegar a afectar estos vetos es en la capacidad de producción, ya que menor producción implica mayores precios como bien hemos visto durante la escasez de chips que hubo durante la pandemia del Covid-19, que junto con otros factores que hubo, hicieron que por ejemplo, nuestras gráficas costasen el triple de lo que deberían.
Por este motivo China ha decidido preparar el camino para entrar en otra batalla comercial con Estados Unidos, ya que para evitar la escasez de semiconductores que puede haber debido a estas restricciones y por otros factores, han planeado abrir una gran cantidad de fábricas de chips durante los próximos años, que se puede traducir en que en el momento que abran y comiencen a producir, exista una posibilidad de que terminen por inundar el mercado con demasiada producción.
La rivalidad se hace más grande
Como bien hemos comentado antes, el hecho de que se vayan a abrir una gran cantidad de fábricas (un total de 32), va a permitir que haya un gran flujo de microchips en el mercado chino, por lo que tendremos que ver como afecta esto a los componentes de todo lo que nos rodea, ya que teniendo en cuenta que cada vez hay más cosas que funcionan mediante uno de estos chips, puede que terminen por bajar los precios debido a la gran cantidad que se va a fabricar a diario de estos mismos.
Esto implicaría una competencia todavía más grande entre ambos países, ya que como es comprensible, tras los vetos ejercidos es normal que se busque crear una guerra de precios para tratar de desestabilizar lo máximo posible la economía del contrincante. Pero a su vez, esto también implica que cada vez se van a utilizar más materiales básicos para crear estos productos, y existe un gran problema actualmente sobre como estamos gestionando las materias primas, ya que el hecho de tratar de maximizar la producción implica que en algún momento va a haber una escasez de los suministros básicos que se utilizan para crear estos componentes.