El peso de tu fuente de alimentación no influye en su calidad
Existe una creencia muy difundida entre los usuarios por la que, una manera de saber cómo de buena es la fuente de alimentación, es lo que pesa. En teoría, tal afirmación se basaría en el hecho que, cuanto mejores son los componentes internos de la fuente de alimentación, y cuantos más componentes se le ponen dentro a esta, es porque el fabricante de la misma ha querido crear un modelo de mayor calidad frente a la competencia. Veamos si esta afirmación tiene alguna parte de razón.
El origen de esta afirmación respecto a las fuentes de alimentación, es tan antiguo que se remonta a los tiempos en los que las fuentes empleaban los PFC pasivos. Como bien sabréis, las fuentes de alimentación para PC pueden montar un PFC pasivo o un PFC activo. El PFC (Power Factor Correction), es un circuito que se encarga de corregir el factor de potencia de la red, eléctrica a la hora de entrar en el circuito de la fuente de alimentación. Al corregirse y llevarse cerca del valor «1», se incrementa la eficiencia de la fuente de alimentación.
Los PFC pasivos solo consiguen una aproximación del 0,85, y lo hacen a base de bobinas de cobre. Por costumbre, solían ser bastante aparatosos, por llevar unos bobinados grandes. Por contra, los actuales PFC activos emplean un circuito integrado, donde se instalan una serie de MOSFETS, que consiguen que el factor de potencia llegue hasta 0,99.
Los PFC pasivos eran uno de los componentes más pesados de las fuentes de alimentación
A la derecha de la anterior imagen podéis ver la diferencia de tamaño entre un PFC pasivo y otro activo. Era lógico pensar que, cuanto mejor fuera este componente, mejor sería la fuente.
Sin embargo, muy pronto comenzaron a surgir fabricantes de fuentes sin demasiados escrúpulos, que sustituían el PFC por un bloque de cemento o de acero en el interior de la fuente. De esta manera, se aprovechaban de esta equívoca creencia de los usuarios respecto al peso de las fuentes. Sin embargo, hoy en día ninguna fuente de alimentación que llega al mercado (especialmente, el europeo) usa este tipo de PFC en su interior. Con ello, esta teoría del peso se desarma por sí misma.
¿Qué es lo que realmente hace que una fuente de alimentación sea mejor que otra?
Aunque es verdad que las fuentes de alimentación de gama alta suelen ser más pesadas que las de las gamas medias (no queremos ya ni decir de las de gama baja, que no pesan nada), este peso extra se suele deber al uso de ciertos componentes encargados de proteger el funcionamiento de la fuente. A este respecto, el número de protecciones que el fabricante afirma que tienen sus modelos suelen ser:
- Protección contra sobre tensiones de la red.
- Protección contra el sobre voltaje.
- Protección contra el exceso de potencia.
- Protección contra el exceso de temperatura.
- Protección contra cortocircuitos.
- Protección contra voltajes muy bajos.
Aparte de todo lo citado, también es importante el tipo de condensadores que se empleen en la construcción de la fuente. Ya sean estos electrolíticos o sólidos, el uso de buenos condensadores ayudan a que las fuentes tengan un mejor desempeño cuando funcionan. Este aspecto generalmente es más complejo de conocer, a no ser que encontréis un análisis del modelo que os interesa comprar. Aunque muchos fabricantes anuncian que usan condensadores japoneses para sus fuentes (que son los que tienen fama de ser los mejores).
La eficiencia energética es lo que nos dará la mejor pista sobre la calidad de la fuente
Por supuesto, algo que no podéis dejar de lado es la certificación energética de la fuente. Generalmente, cuanto mayor es la eficiencia energética de esta, mejor son los componentes que se han usado en su construcción. Aquí, quizás, el problema podría estribar en que el salto de calidad que hay entre una fuente 80 PLUS Bronze y una 80 PLUS Gold es bastante grande. Y los fabricantes, en la gran mayoría de casos, han optado por dejar de lado el escalón intermedio entre ambas certificaciones: la 80 PLUS Silver
Luego ya estaría conocer las topologías con las que se ha fabricado el modelo en cuestión. Pero este aspecto es más complejo, y no es algo que se pueda conocer a simple vista, mirando las especificaciones de la fuente. Y, por supuesto, huid de las fuentes que anuncian mucha potencia por bajo precio. Porque el 100% de ellas son basura. Y ni siquiera son capaces de producir la mitad de la potencia que anuncian.
Por tanto, el peso de una fuente de alimentación es, probablemente, el peor indicador de la calidad y fiabilidad de la misma. Así que, nunca os guieis por esta característica, y sí buscad todas las otras que os hemos comentado a la hora de elegir la fuente.